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Carlos Sainz, en el circuito Gilles Villeneuve de Montreal.
Carlos Sainz, en la cresta de la ola
FUTURO

Carlos Sainz, en la cresta de la ola

El piloto madrileño vive sus mejores momentos en Fórmula 1 y su nombre está encima de la mesa de varios equipos punteros

DAVID SÁNCHEZ DE CASTRO

Lunes, 13 de junio 2016, 20:24

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La frontera entre el peloteo patriótico y el elogio justo es, en muchos casos, difusa. Carlos Sainz lo padece en sus carnes cada fin de semana. El interés mediático que suscita en el presente para intentar mantener alta la fiebre que despertó Fernando Alonso hace que cada buena acción del madrileño se eleve a la categoría de machada, lo que, en varias ocasiones, distorsiona los éxitos y los fracasos tanto al alza como a la baja. No obstante, después de lo conseguido en Canadá, son muchos los que apuntan a que dichos elogios eran más que justos y merecidos.

Ganar once posiciones en un circuito como el Gilles Villeneuve no es una tarea simple, aunque tampoco es hercúlea visto en contexto. Sainz salía el 20º y acabó noveno, en la que de momento es su mayor remontada en la Fórmula 1. No obstante, no hay que dejar de lado la labor de su equipo. El pilotaje del joven piloto madrileño fue excelente en un trazado donde un mínimo fallo (como probó él mismo el sábado), puede mandarte a casa antes de tiempo. Paralelamente, desde el muro, lanzaron la moneda y la estrategia salió a la perfección. Todo se puso de cara a un Sainz que sale de Canadá con 18 puntos, los mismos que Fernando Alonso.

La salida de Max Verstappen hacia arriba ha despejado el horizonte en Toro Rosso. Fue salir el holandés de la escudería de Faenza, y Sainz empezar a mejorar sus resultados. El caníbal Verstappen fagocitaba todos los recursos y los ánimos del equipo, casi como un agujero negro sobre el que giraba todo el trabajo tanto propio como del propio Sainz. Él mismo admite que ahora están más cómodos, más relajados, y eso se ha venido notando en las primeras carreras formando pareja con Daniil Kvyat.

Ofertas de los grandes

Si a Verstappen le ha tocado el camino más rápido hacia un equipo potencialmente ganador, como demostró en Montmeló, a Sainz le tocará remar un poco más pero no mucho más. Carlos Sainz se ha colocado en el paddock como uno de los pilotos más sensatos, seguros y fiables para cualquier escudería. Hombre de equipo, disciplinado, sin ansia por ganar, pero con la suficiente ambición como para revolverse si nota que algo no le gusta.

Por eso, a su puerta, han llamado varios equipos top. Ferrari es uno de ellos, nada menos. Kimi Räikkönen es más pasado que futuro de la escudería italiana, y desde las oficinas de Maranello ya están sondeando el mercado para hacerse con un corredor que pueda ejercer de escudero de Sebastian Vettel (el indiscutible número uno). La opinión del tetracampeón se está teniendo muy en cuenta, y Sainz, con quien compartió jornadas de trabajo bajo el manto de Red Bull, es uno de sus favoritos. Otro ex del gigante de las bebidas energéticas, Daniel Ricciardo, está pensando en la agenda del equipo italiano.

También Renault

Lo que hace unos meses era un sueño patriótico en la prensa afín y pelota para Sainz, empieza a ser una corriente de opinión muy palpable en el paddock. Personalidades como el mismísimo Alain Prost apuestan por Sainz como un sustituto más que aceptable de Räikkönen de cara al próximo año. De puertas hacia afuera, Sainz sólo habla de Toro Rosso en presente y de Red Bull en futuro, pero de puertas hacia adentro no puede evitar sonreír cuando lee o escucha que su nombre va colocado al lado del de la mítica marca italiana.

Si Ferrari es el destino soñado, Renault no le va a la zaga. Allí donde su ídolo Fernando Alonso levantó a las masas, Sainz puede volver a clavar una pica española que le lleve al éxito. El fabricante francés ya se toma la temporada 2016 como un mero trámite hasta 2017, fecha en la que el reglamento va a cambiar y en la que quieren colocarse como candidatos a sustituir el reinado de Mercedes por el suyo propio. El nombre de Sainz suena con fuerza para ser el comandante de ese asedio.

La Fórmula 1, como cualquier otro deporte, vive de momentos, y este es el de Carlos Sainz. El piloto español tiene en su destino la obligación impuesta de liderar una transición desde la era Alonso a la suya propia. Las decisiones que tome, y sobre todo las actuaciones que protagonice, determinarán si dicho cambio de régimen en el automovilismo español va a ser tranquilo y cómodo, o turbulento y arisco.

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