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1944 es el año del primer play off del Racing. En la imagen, un partido de Liga ante la Gimnástica.
Un especialista en fases de ascenso
Fútbol-fase de ascenso a segunda

Un especialista en fases de ascenso

El Racing ha jugado anteriormente ocho play offs, todos con éxito menos el del curso pasado

Sergio Herrero

Miércoles, 24 de mayo 2017, 07:27

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El Racing se encuentra inmerso en el noveno play off de ascenso de su historia. Vivir tranquilo no entra dentro del día a día racinguista. Y cuando no luchaba por volver a su sitio natural, se jugaba la vida en alguna batalla por el descenso. Lo mejor de todo es que prácticamente siempre el equipo cántabro ha tenido éxito. De Segunda B a Segunda. De Segunda a Primera. Siete de ocho. Sólo el intento del pasado curso terminó en fracaso. Toca recuperar la fortaleza de los momentos clave.

La primera vez que el Racing (por entonces Real Santander) se enfrentó a una fase de ascenso, se encontraba sumido en el pozo de la Tercera División. Allá por 1944. Tras quedar campeón de su grupo, se metió como uno de los grandes favoritos al ascenso a Segunda. En la liguilla final quedó encuadrado junto a Club Ferrol, Cacereño y Logroñés. Empezó perdiendo en Las Gaunas (2-1) pero, a partir de ahí, todo fueron victorias. El dominio cántabro fue absoluto. Un gol de Soberón en el penúltimo partido, frente al Club Ferrol, dio al equipo cántabro el billete a la categoría superior.

El cásting paraentrar en la primera Liga de la historia

  • 1928

  • No fue una fase de ascenso al uso, pero, según se mire, puede contar como tal. Sobre todo, porque terminó con éxito. En enero de 1929, el Racing afrontó el torneo de acceso a Primera División. A la Liga inaugural del campeonato más importante del fútbol español. El equipo cántabro se enfrentó en la eliminatoria inicial frente al Valencia. El choque disputado en Chamartín se saldó con tablas a dos goles, por lo que hubo que llegar al desempate. Se jugó dos días después en el Metropolitano, también de Madrid. Y ahí el Racing impuso su ley con un triunfo por dos goles a uno, gracias a los tantos de Loredo y Larrínaga.

  • De nuevo en Chamartín, el 23 de enero, el equipo cántabro dejaría en la cuneta al Betis. 2-1, con dianas de Loredo y Óscar. Aún quedaba un escollo más. El otro equipo de la ciudad hispalense el Sevilla. Hubo que llegar hasta el segundo desempate. Montañeses y andaluces empataron a uno en el Metropolitano. Cuatro días después repitieron signo, esta vez a dos goles. Yel 9 de febrero, por fin, el Racing consiguió una plaza como fundador de la Liga. Eso sí, con suspense, porque hubo que jugar una prórroga para dilucidar el vencedor final (2-1).

Tras un corto periplo por la Segunda División, el Racing volvió a caer a las catacumbas del fútbol nacional. Era la temporada 1947-48. El conjunto verdiblanco consiguió el efecto rebote. Tocó el fondo para volver a coger impulso. Aunque después de una travesía casi interminable. Fue el equipo más fuerte del campeonato regular, aventajando en once puntos a la Gimnástica de Torrelavega y su tocaya burgalesa. Aún tuvo que pasar por dos fases más. Primero, una intermedia, contra Pontevedra, Salamanca y Osasuna. Cuatro victorias y dos empates le colocaron ante el último escollo. Un grupo definitivo contra Gerona, Salamanca y Melilla. El cuadro dirigido por Patrick OConnell logró el objetivo en casa, frente al Salamanca (2-0).

Tan fuerte fue el impulso que cogió el Racing en su paso por Tercera División que en apenas dos temporadas ya estaba peleando por subir a Primera. El equipo cántabro culminó la campaña 1949-50 en el liderato, con siete puntos sobre el Lérida y un espectacular registro de 99 goles marcados en 30 partidos. El trabajo aún no estaba completado. Ortega, Lorín, Amorebieta, Ruiz, Felipe, Mathiesen, Nemes, Joseíto, Mariano, Alsúa y Echeveste. Fue la alineación prácticamente inamovible de la fase de ascenso. Con veinte dianas en cuantro encuentros, el Racing superó a Lérida, Murcia y Alcoyano y recuperó su sitio entre los mejores. La fiesta por el ascenso junto al Ayuntamiento de Santander fue digna de recordar.

Pasaron dos décadas hasta la siguiente participación del Racing en un play off de ascenso. Otra vez en una Tercera División que siempre ha aparecido, periódicamente, en la vida del conjunto cántabro. Y qué casualidad, su gran rival fue la Cultural. Corría el 1970. Qué poco han cambiado las cosas. Aquel fue el Racing de los récords. Anotó 103 goles en 38 partidos. Fue campeón con cinco puntos sobre los leoneses. A los verdiblanco les tocó medirse por el ascenso con el Cádiz. Los montañeses cayeron eliminados pero contaron con la opción de una repesca frente al Ilicitano. Tras igualar a dos en Elche y sin goles en Santander, el Santiago Bernabéu acogió el desempate final. Aguilar, con un gran tanto, dio el ascenso al equipo de Manuel Fernández Mora. El autobús de la expedición fue recibido en Renedo por una gran caravana de coches que le escoltó hasta Santander, donde esperaban miles de personas para la celebración. "Fue una emoción tan tremenda la que yo viví... Saqué una conclusión muy bonita, que me ha quedado para toda la vida:se puede llorar de felicidad", rememoraba el veterano abonado racinguista Pepe Barros, en la última campaña lanzada por el club.

El Racing recuperó su denominación y volvió a enfrentarse a una fase decisiva a comienzos de los años noventa, en la ya conocida como Segunda División B. El equipo dirigido por Felines fue campeón del grupo II, con sólo dos puntos de ventaja sobre el Alavés. La suerte le metió en el grupo por el ascenso con Cartagena, Getafe y Córdoba. Con dos victorias y tres empates, llegó a la última jornada empatado con el conjunto murciano. En Las Margaritas, contra el Getafe, se produjo el milagro. De infarto. En el minuto 89 de partido, todo estaba perdido para el Racing. El empate a tres en tierras madrileñas y el triunfo por 0-3 del Cartagena en Córdoba dejaba a los cántabros un año más en el pozo. Córner a favor de los visitantes. Subió a rematar prácticamente todo el equipo. Sin embargo, el gol lo iba a anotar, en su propia portería, el local Pombo. Un tanto para la historia racinguista. Gelucho, uno de los componentes de aquella plantilla, reconoce que lo pasó "mal" durante los días previos. "El Racing no pasaba por su mejor momento económico y si nos quedábamos un año más en Segunda B el club desaparecía". Suena tanto al presente... "Aquel ascenso fue la tabla de salvación del club. Si no lo hubiéramos logrado, la decepción habría sido inmensa", recuerda. Y como las comparaciones son inevitables, el zaguero cree que la fase de ascenso de esta temporada es "má difícil" que la le tocó sufrir a él. "Jugar tres partidos de eliminatorias es más complicado que una fase de grupos. En tres encuentros, uno te puede salir más y te quedas sin ascenso".

De vuelta a la élite

La vuelta a Primera División no tardó mucho. En 1993. Pero se complicó más de la cuenta. La ventaja desperdiciada en Sabadell en la penúltima jornada al final iba a lamentarse. Dos goles separaron al Racing del ascenso directo a Primera. El Valladolid salió beneficiado. Así, el equipo de Paquito tuvo que jugarse las habichuelas contra el Español ahora Espanyol, que podía perder la máxima categoría. Promoción. En Sarría, en la ida, el encuentro se saldó con triunfo racinguista, gracias al gol de un experiquito como Michel Pineda. En la vuelta, el Racing fue capaz de mantener la renta y el empate a cero fue suficiente para sellar la vuelta a la élite. Para el actual presidente de honor del club, Tuto Sañudo, fue "algo inolvidable". "Era nuestra segunda temporada consecutiva en Segunda y habíamos preparado un equipo para mantenernos, con la idea de subir en dos ó tres años". Sin embargo, una mezcla de veteranía y juventud sirvió para dar la campanada ante el Español. "Ellos eran muy superiores, pero sabíamos que si queríamos tener opciones debíamos jugar un partido serio en Sarriá". Sus recuerdos de la vuelta en los Campos de Sport son imborrables. "Fue algo espectacular ver por primera vez lleno El Sardinero".

La última vez que el Racing dio el salto de categoría tras pasar por un play off fue en la campaña 2013-2014. Tras una temporada convulsa en la que se produjeron hechos como el asalto al palco, la machada en la Copa de Rey, la expulsión de Harry de la presidencia o el plante, el equipo dirigido por Paco Fernández se proclamó campeón con tiempo para preparar la primera eliminatoria. El sorteo le emparejó al sorprendente Llagostera. El Racing salió vivo del peculiar estadio de césped artificial y reducidas dimensiones de la localidad catalana (0-0). En la vuelta, con muchos nervios y suspense, un gol en propia puerta como en 1991 de Sellarés en los minutos finales le dio el ascenso a los verdiblancos.

El triunfo del pasado domingo en Majadahonda sirvió para echar tierra sobre el duro golpe de la campaña anterior. Fantasmas. El Racing, en una temporada llena de dudas, finalmente quedó campeón tras una espectacular remontada. Todo era euforia, hasta que el Reus bajó al equipo cántabro a la tierra. El cuadro catalán aprovechó la fatiga, los nervios y los desajustes tácticos de los de Pedro Munitis para destrozarlos. 0-3 en apenas unos minutos. En la vuelta, se completó la dura paliza (1-0). El hecho de haber quedado primero le dio al Racing la oportunidad de enmendar su primer error. El bombo puso al Cádiz en el camino. Otro clásico en apuros, con Álvaro Cervera en el banquillo. Al final, ganó el menos malo. Los andaluces se impusieron con un gol de penalti en el Ramón de Carranza y el exracinguista Álvaro García tumbó definitivamente al equipo verdiblanco con su gol en los Campos de Sport. Javi Pinillos, actual entrenador de porteros del Racing, vivió como jugador las del 91 y el 93, y ya en el cuerpo técnico la del pasado año. La de peor sabor de boca. "Fue una lástima. Quizá la euforia de lograr el título liguero en la última jornada nos pasó factura. La derrota contra el Reus nos dejó muy tocados y no logramos superarlo". El Racing quiere resarcirse: "Este año tenemos la experiencia que quizá nos faltó la temporada pasada".

El Racing vive su novena intentona. El primer paso ha sido satisfactorio, pero aún quedan cinco escollos más por superar. Salir del averno es el objetivo y el play off, una situación vivida ya unas cuantas veces por el equipo cántabro, el largo camino. Toca olvidar el varapalo del pasado curso y volver a la senda de la victoria. Porque al Racing, las situaciones límite, no se le han dado del todo mal.

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