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Es difícil aseverarlo con tanta distancia como nos separa de su tiempo. Pero si tenemos que valorarlo por los logros obtenidos, no hay duda. El ... inglés Robert Edwin Firth (Sheldon, 1887-1966), técnico que dirigió al Racing cuando alcanzó el subcampeonato de Liga de 1931, es el mejor entrenador que ha tenido el club montañés en su historia, y como ocurrió con otros extranjeros que le precedieron, como Mr. Pentland o Patrick O'Connell, tras salir del conjunto cántabro dejando una importante huella de su labor, logró el éxito con la obtención del campeonato de Liga, en su caso con el Madrid que le había abierto las puertas.
Y qué casualidad, el mejor entrenador del Racing fue cesado tras caer en su eliminatoria de Copa contra el Deportivo de La Coruña, el equipo que visita esta tarde los Campos de Sport de El Sardinero. Tocamos madera.
Tras las buenas experiencias que se habían vivido con Mr. Pentland y Patrick O'Connell, la directiva racinguista se había inclinado por contar con los servicios de un entrenador inglés, y aunque se estuvo en negociaciones con el técnico Jack Greenwell, jugador y entrenador del Fútbol Club Barcelona, finalmente se hizo en el año 1930 con los servicios de Robert Edwin Firth, en sus tiempos jugador de varios equipos profesionales ingleses, como el Birmingham City F. C., Wellington Town F. C., Nottingham Forest F. C. y Port Vale F. C., en este último equipo alternando su función de entrenador con la de jugador.
La vida de Robert Firth estuvo marcada por el fútbol y por la llamada a filas en la Primera Guerra Mundial. Jugaba en el Nottingham Forest cuando estalló la contienda. Fue llamado a filas para ingresar en la Royal Field Artillery, dentro de la Sexta División de la Columna de Artillería de la RAF. En septiembre de 1914 fue enviado a Flandes y Francia. Robert Firth pudo regresar con vida a Inglaterra y volvió con una medalla al valor en combate y el rango de sargento.
Cuando aceptó la propuesta del Racing ya llevaba entrenando cuatro años al equipo de la Armada Británica. Llegó a Santander el 17 de septiembre de 1930 y logró que sus hombres adquirieran una excelente preparación física y una prodigiosa velocidad en el juego que convirtió al Racing en un equipo mordaz y aspirante al título de campeón de Primera División que casi consigue en 1931, al quedar empatado a puntos con el Athletic Club de Mr. Pentland, que fue el campeón, y la Real Sociedad de San Sebastián.
Pero en la temporada 1931-32 las cosas no pudieron mejorar y aunque quedó en la cuarta posición de la Liga, la directiva se enojó mucho con la eliminación del equipo en Copa por el Deportivo, que entonces estaba en Segunda División.
El Campeonato de España, que en tiempos de la República disputaba la Copa del Presidente, comenzó en los dieciseisavos de final y al Racing le correspondió el C. D. de la Coruña como rival.
En el partido de ida, disputado en Los Campos de Sport el 10 de abril de 1932, los racinguistas estuvieron motivados por la presencia en el campo del seleccionador nacional, José María Mateos, que vigiló la evolución de dos jugadores racinguistas, Óscar y Baragaño. El conjunto cántabro proyectó el juego vertiginoso y dinámico que había desarrollado en la Liga y derrotó sin problemas a los gallegos (4-1), con dos goles de Óscar y otros dos de Cisco, y con una alineación formada por Solá, Ceballos, Mendaro, Ibarra, Baragaño, Larrinoa, Santi, Loredo, Óscar, Larrínaga y Cisco.
El seleccionador español se convenció del estado de forma de Baragaño y le convocó para el partido que el equipo nacional tenía previsto disputar en Oviedo el 24 de abril contra Yugoslavia. Fue una decisión que hizo ser muy precavido y reservón al jugador en el partido de vuelta de Riazor.
Baragaño quería hacer un buen papel en su debut internacional. Su preocupación influyó en todo el equipo y en La Coruña, el conjunto racinguista perdió (5-1), con un Baragaño que no cumplió con sus labores defensivas.
La mala actuación del Racing, y la de Baragaño, hizo cambiar de opinión al seleccionador, y a última hora el jugador racinguista no fue convocado. La eliminación supuso un enorme disgusto y la directiva del club decidió cesar al entrenador que durante la competición había demostrado tener demasiada personalidad para la época, ya que no admitía que los directivos se interpusieran en su trabajo, algo que por otra parte había sido una costumbre en el club. Ese fue uno de los motivos por los que se decidió no renovarle, con las quejas generalizadas de la prensa que le defendieron.
La buena labor realizada en Santander promocionó a Firth para fichar por el Madrid F. C., donde triunfaría al conquistar el campeonato de Liga de 1933.
Robert Edwin Firth falleció en su país natal en 1966, cerrando una vida marcada por la guerra, el fútbol y la certeza objetiva de que fue el entrenador que llevó al Racing al más elevado puesto de la clasificación liguera.
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