Dos jugadas para la polémica
Más allá del tanto de Villalibre, que árbitro principal y VAR coincidieron en dar como legal, la falta de Pablo Ramón, que pudo costarle la expulsión, se quedó en amarilla
Dos jugadas polémicas desencadenaron el domingo los reproches de Luis Miguel Ramis a José Alberto López al considerar el entrenador del Burgos que la actuación ... arbitral condicionó el partido. En una de ellas, el gol de Villalibre, la conclusión parece clara: es legal. Más peliaguda se plantea a posible expulsión que podía haber sufrido Pablo Ramón a los 25 minutos de partido. El domingo, tras la solvente victoria en El Plantío, JAL no quiso hacer valoraciones de la actuación arbitral cuando se le preguntó por el gol concedido a Villalibre después de que el VAR corrigiera la decisión inicial de Luis Bestard de anularlo por falta previa.
El desencuentro llega por dos jugadas. Por una parte, una falta de Pablo Ramón sobre Fer Niño en el minuto 25 que fue efectivamente señalada, pero en la que los locales reclamaron la expulsión del central al considerar que era el último defensa e impedía una ocasión clara de gol. La segunda, el tanto de Villalibre, durante el que Grego cayó al suelo pidiendo una falta señalada en primera instancia para anular el gol, pero que después el árbitro descartó tras revisar las imágenes, con lo que el 0-2 subió definitivamente al marcador.
Las imágenes confirmaron que no lo había, pero JAL, con todo a favor, no quiso mojarse. «No es mi función valorar la actuación arbitral. Para eso hay un Comité y lo valorarán los que tienen que valorarlo». Unas palabras que acto seguido en la misma sala de prensa de El Plantío le afeó el técnico rival, Luis Miguel Ramis. «Ha pasado varias semanas criticando las acciones arbitrales contra su equipo y ahora que las ha recibido a favor, calla». Como es habitual en el fútbol, su interpretación de la jugada del segundo tanto –que no influyó en el reparto de puntos, dado el resultado final– no era la misma que la de José Alberto y los dos árbitros.
Un forcejeo que no se penalizó anulando un gol
La jugada más polémica del partido, y de la que más se quejaba en la sala de prensa Luis Miguel Ramis, fue el gol concedido a Asier Villalibre, segundo del partido y que de facto sentenció un marcador que ya era favorable al Racing. El que el técnico tarraconense considera, como también el árbitro en primera instancia, que había una falta previa en la pugna por el espacio y el balón. Se trata en este caso de una cuestión más de apreciación que de interpretación. En este caso las imágenes muestran, en primer lugar, una obviedad: el forcejeo entre delantero y central por ganar la posición en el pase en profundidad enviado por el Racing buscando la espalda de la defensa burgalesa.
Los locales consideran que existe un agarrón a Grego que le desequilibra y por lo tanto hay una falta previa que debería haberse señalado. Los verdiblancos, que Villalibre solo trata de zafarse del bloqueo al que le somete el central con su brazo derecho extendido, impidiendo su avance colocándolo en el pecho. Al dejarse caer después el defensor local, la jugada parece más clara y eso pudo ser lo que llevara en primera instancia a Luis Bestard a señalar la falta –siempre esperando a que terminara la jugada– y, por lo tanto, no conceder el tanto. Sin embargo, no coincidía con él su asistente en el videoarbitraje, y una vez revisado el lance tampoco el árbitro principal consideró que hubiera falta.
El árbitro dejó seguir la jugada para tener margen de actuación, como de hecho necesitó después de anular el tanto en primera instancia
Como en cualquier jugada, y máxime cuando, como es el caso de José Alberto y Ramis, juzgan las jugadas partes interesadas, existen diversas conclusiones, pero lo que resulta claro es que el defensa trata de obstaculizar con el brazo extendido la progresión del delantero, que a su vez intenta zafarse y le coloca la mano sobre el hombro. La conclusión, al menos para el equipo arbitral, es que no se observa ninguna acción punible (podía serlo incluso antes, del defensa), con lo que, como sucedió, se dio por legal el gol. De hecho, el árbitro había dejado seguir en principio la jugada para tener margen de reacción y corrección para comprobar si efectivamente había una falta previa.
El exárbitro internacional Alfonso Pérez Burrul señalaba ayer en 'Tiro al arco' que el defensa hace lo posible por caer para propiciar así que el árbitro interprete con más claridad una acción ilegal, como de hecho ocurrió en primera instancia, hasta que acudió a la revisión.
Una falta clara y un castigo que el árbitro debe interpretar
La jugada en sí de Pablo Ramón es indiscutible: es falta. Hasta aquí, consenso. No era en absoluto necesario acudir al VAR, porque en los hechos en sí, en lo que ocurrió sobre el césped, hay coincidencia: Pablo Ramón interrumpe en falta una acción ofensiva del Burgos. La falta existe y merece además amonestación. Lo que no quedó tan claro era el color de la tarjeta.
El asunto radica en este caso en la interpretación que Luis Bestard hizo de la jugada, y ante la que no cabe videoarbitraje, sino aplicar el criterio del árbitro principal, que en caso de dudas es quien debe tomar la última decisión y valorar la intencionalidad y relevancia de la acción en el juego; la probabilidad de que terminara en gol.
El colegiado optó por amonestar a Pablo Ramón en una tarjeta amarilla que el Racing no protestó, pero sí los locales, que consideran que el defensa verdiblanco debería haber sido expulsado al ser –salvo el portero– el último defensor. Aquí es donde entra en juego la interpretación, porque cerca de él y aproximadamente a la misma altura se encontraba Javi Castro, con lo que cabe entender que su compañero podía haber llegado a tiempo –o no– al balón, de modo que no se interrumpía una ocasión manifiesta de gol (la falta y la amarilla no se ponen en duda).
Probablemente la jugada más polémica, por encima incluso del gol de Villalibre, por la situación y lo pronto que fue la acción
Resulta complejo valorar la acción, puesto que casos similares se han visto resueltos tanto con esa amarilla, que parece la decisión más acertada, como con una tarjeta roja de esas que resultan un clásico en el fútbol. Justa para el equipo que sale beneficiado e inmerecida para el que se queda en inferioridad.
Además, el balón se dirige hacia la zona de córner y no hacia la frontal del área de Jokin Ezkieta. También en este caso Pérez Burrul considera que el atacante burgalés, Fer Niño, «hace por dejarse caer», señala que la falta se indicó de forma correcta y que el castigo adecuado era la tarjeta amarilla que, efectivamente, vio el balear.
La decisión de Bestard parece en consecuenia la más acertada, pero tampoco hubiera resultado escandaloso el color encarnado. Al tratarse de la valoración subjetiva del árbitro, en ambos casos se estaría aplicando correctamente el reglamento, solo que interpretando diferente resolución potencial de la jugada. De ahí la polémica.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión