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Ángel Lavín 'Harry', expresidente del club. Sane
Ángel Lavín 'Harry', condenado a tres años y medio de prisión

Ángel Lavín 'Harry', condenado a tres años y medio de prisión

El expresidente deberá indemnizar a la entidad verdiblanca con 216.000 euros por los daños y perjuicios causados | La sentencia no es firme y podrá recurrir

Marcos Menocal y Sergio Herrero / Agencias

Jueves, 4 de abril 2019, 13:06

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El Juzgado de lo Penal número 1 de Santander ha condenado a una pena de tres años y medio de prisión a Ángel 'Harry' Lavín, expresidente del Racing, por la querella que presentó la Asociación de Exjugadores y la Asociación Unificada de Pequeños Accionistas (AUPA) por administración desleal continuada. Además, 'Harry' deberá indemnizar al Racing con una cantidad de 216.400,2 euros por los daños y perjuicios causados y pagar las costas procesales. En el fallo de la sentencia, que no es firme y que Harry podrá recurrir, se le considera autor «criminalmente responsable de un delito continuado de administración desleal».

La pena impuesta por el Juzgado de lo Penal 'clava' lo solicitado por una de las partes, AUPA. La asociación de pequeños accionistas reclamó en el juicio esos tres años y medio, mientras que la Fiscalía solicitaba tres años de cárcel y los exjugadores, un abanico que oscilaba entre los 21 meses y los cuatro años de prisión. La pena impuesta ahora a Harry, de confirmarse, supodría su entrada en prisión.

Antonio Saiz Cueto, presidente de AUPA, considera que el fallo condena «unas actuaciones ruines y canallescas que merecen la cárcel». Saiz Cueto avanza, en base a fuentes jurídias que ha consultado, «que el supuesto recurso que presente 'Harry' tendrá poco recorrido».

La juez considera que la posición de los socios del Racing de Santander se vio «lesionada» por la gestión de Lavín del club, que fue «más que engañosa» y «desleal», porque añade que «desde el primer momento su predisposición fue efectuar tal gestión encubierta a través de una sociedad».

En la sentencia, la titular del Juzgado de lo Penal número 1 de Santander señala que actuó con un «claro prevalecimiento y haciendo uso de un plan preconcebido para desviar activos patrimoniales del Racing, a través de mecanismos de comisión como suscripción de contratos con terceros, ocasionando obligaciones y perjuicios económicos a la entidad». Y añade que Ángel Lavín, «lejos» de llevar a cabo una gestión «con la política de austeridad y control del gasto» que habían estado realizando los administradores concursales desde 2009 para sanear el club, «preparó el camino para cuando llegase el fin del control de la administración concursal, se pudiese en funcionamiento el entramado que había maquinado».

El juicio se celebró el pasado 21 de marzo y duró seis horas y media. Demasiado largo y demasiada espera. Los racinguistas llevaban esperando ese día sesis años. «Ha sido un juicio largo, denso, pero por lo menos ha servido para dejar claras las cosas. Ha demostrado que había una intención de desfalcar el club», afirmó ese día al término de la sesión el abogado de los exfutbolistas, Manolo Higuera.

Ahora, la sentencia señala que el comportamiento de Lavín como presidente fue «desleal», ya que a pesar de estar el Racing en concurso de acreedores y «al borde de la desaparición», adoptó decisiones con «argucia» y el «único fin de gestionar el club, por él o también por terceros, de modo opaco».

La titular de Juzgado considera «particularmente relevante» la firma del contrato que suscribió Lavín con una empresa (Blue Sistemas y Proyectos) que no tenía personal, ni trabajadores, ni sede social, ni capital, ni «demás elementos que se requieren para el funcionamiento normal» y que añade que estaba «desde el año 2009 en adelante en causa de disolución y sin actividad alguna».

También menciona la jueza el sueldo de 72.000 euros que se impuso Lavín como responsable del Racing entre 2012-2014, sin dar conocimiento de ello a los administradores concursales que se ocupaban de la gestión en ese momento.

Según queda probado en la sentencia, Harry fue el único presidente en la historia de la entidad en percibir un salario, que indicó que iba a donar a la Fundación del club, algo que no hizo porque la entidad no se constituyó. «Yo era director ejecutivo y si no cobrase sería un fraude a la Seguridad Social», se defendió el expresidente durante el juicio, al que no acudió su predecesor y mentor en el cargo, Francisco Pernía. Su hora llegará cuando lo crea oportuno la Audiencia Provincial, que juzga en otra pieza de esta querella sus actitudes y las de dos de sus agentes de cabecera: Iñaki Urquijo y Juan Vergara.

La sentencia que condena a Harry, le impone el pago de la cotización a la Seguridad Social que supuso al club ese sueldo que percibió, así como los intereses legales. Además, le impone las costas del proceso.

Otro de los hechos que la juez considera que llevó a una administración desleal es el contrato de José Ignacio Urquijo como director técnico deportivo, que «bajo ninguna de sus cláusulas» era «favorecedor al club sino al señor Urquijo», añade la sentencia.

La juez considera que la posición de los socios del Racing de Santander se vio «lesionada» por la gestión que Harry hizo del club, que fue «más que engañosa», porque añade que «desde el primer momento su predisposición fue efectuar tal gestión encubierta a través de una sociedad».

El salario de 'Harry'

El salario de Lavín fue el primero para un presidente en los 106 años de historia del Racing. Lavín afirmó que su etapa como mandatario «fue un poco distinta, pero anteriormente, de alguna forma los presidentes eran trabajadores de la empresa de referencia –la máxima accionista, Silver Eagle–», para justificar los emolumentos. Un sueldo que, según su testimonio, consensuó con el director general –Antonio Corino– «al darme de alta en la Seguridad Social, y le pareció que tendría que ser superior o igual al suyo». «Me pareció una cantidad adecuada», esgrimió. Aunque en su día afirmó que lo cedería a la Fundación, finalmente «me lo quedé porque la Fundación era inoperante», sentenció en el juicio.

Ahora, el expresidente verdiblanco ha sido condenado a tres años y seis meses de presión, además de tener que pagar una indemnización de 216.400 euros, las costas procesales y la inhabilitación para poder votar durante la condena.

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