Mboula, el talentoso futbolista virtual
El catalán regresa a los Campos de Sport como visitante, fichado por una Cultural en la que glamour, trayectoria y calidad le hacen candidato a jugador franquicia
Con la Cultural llegará mañana y con aspiraciones de ser titular, después de debutar ya la semana pasada, a los pocos días de su fichaje, ... Jordi Mboula. El catalán, refuerzo de lujo en la temporada del retorno y después, en su segunda etapa, alternativa al lesionado Andrés, dejó muy buen recuerdo enSantander e incluso pareció por momentos un futbolista fuera del alcance económico del club. El crecimiento exponencial del Racing ha cambiado la perspectiva y ahora llega como visitante, mientras aquel Andrés Martín con el que competía por el puesto se ha ganado el cartel de estrella de la categoría y marca desde el extremo casi más goles que los delanteros en este Racing coral.
Fortuna, lo que se dice fortuna, no ha tenido el catalán, que cuando quiso quedarse en Santander no pudo y cuando estuvo a tiro ya era tarde. Tras una gran primera temporada, en especial cuando José Alberto llegó al banquillo con una idea de fútbol que le hacía brillar más, terminó su cesión sin que los esfuerzos verdiblancos para retenerle fueran suficientes. Cedido por el Mallorca y con oferta de la Serie A, la competencia era compleja. Con lo que no podía contar era con el fangal económico en el que se había metido el Hellas Verona, que se vio forzado a propiciar su salida y la de algún otro para quitarse lastre. Tampoco el extremo terminó de encontrarse y Mikel Martija estuvo al quite para repescarle cuando el Racing ya había comenzado a crecer. Tanto, que a punto estuvo de disputar el play off de ascenso con Mboula como habitual en la banda ante los problemas físicos de Andrés. Su fichaje fue fundamental para suplir en lo posible las ausencias del sevillano en aquella segunda vuelta. Su abrazo con el delegado, Delfín Calzada, cuando fue a buscarle al aeropuerto, escenificó el reencuentro.
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Pero terminó la temporada y también el segundo ciclo, al que siguió una temporada en el Gil Vicente de la Primeira Liga. Tampoco le fue bien y sobre el cierre de mercado ha llegado al Reyno de León para aportar a la Cultural desborde y algo de glamour social en redes, con unos perfiles muy seguidos y unos estilos que ya llamaron la atención en Santander y le convirtieron, cuando comenzaba a despuntar la moda de las camisetas verdiblancas, en una de las 'fashion victim' del racinguismo vintage. Él no se compró la que lanzó el club en homenaje a la publicidad de Teka. No paró hasta que encontró la original.
Otra vez en El Sardinero
Mañana Jordi Mboula se reencontrará con JAL. Nadie mejor para trazar un plan con el que neutralizare, se llame Jorge Salinas o se llame Mario García. Correrá la misma banda de los Campos de Sport en la que Romo le dio confianza y José Alberto le hizo brillar. Pero lo hará como visitante y con un rol muy diferente al de hace poco más de tres años, cuando llegó a Santander.
Sus pantalones anchos, sus sudaderas retro y sus peinados inverosímiles anteceden a un futbolista que desde muy pequeño le persigue la vitola de promesa. Se formó en La Masía y vino a buscarle el Mónaco con apenas 18 años. Eso impone y actúa como un cursillo de madurez acelerado. Hizo la maleta y ya no la cerró y desde entonces ha jugado en Francia, Italia, Bélgica, Portugal y España. Y lo mejor de todo es que tiene tan solo 26 años. En Santander él solito sostuvo en algunos partidos al Racing en aquella primera campaña de José Alberto en la que se tambaleó el equipo hasta que cogió rumbo. Bien es cierto que antes fue Romo quien le sostuvo a él cuando el catalán no veía la luz. «No me dispersa, si no, no lo haría», declaró cuando fue presentado en El Sardinero. Su colección de zapatillas o su elenco de camisetas eran algunos de los trofeos que servían de fondo en sus múltiples apariciones en las redes sociales. «Es enseñar lo que es el día a día de un jugador de fútbol; no es nada extraño ni me descentra», añadió.
En esta sociedad mediática del fútbol, cuando la bolita no entra se echa de mano de lo que toque y a Mboula siempre le ha gustado dejarse ver. El de Granollers supera los 90.000 seguidores en Instagram y casi 18.000 suscriptores en YouTube. Antiguamente a los jugadores se les echaba en cara sus salidas nocturnas, ahora las salidas que más se ven son las de las redes.
Si su llegada al Racing sorprendió, más aún a la modesta Cultu, que rodaba un vídeo para anunciarlo en el que el catalán parecía justo al cerrarse la puerta diciendo: «No contabáis conmigo».
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