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Un partido para la sección de sucesos
El Racing, en siete minutos funestos, se queda con dos futbolistas menos y sale goleado y con importantes daños de La Romareda
El objetivo está ahí cerca. A la vista. A un par de pasos, tal vez. Quizá, si el racinguista estira el brazo, hasta puede acariciarlo. ... Pero el aficionado verdiblanco se ha llevado tantos palos que no se atreve a asomar la mano, no vaya a ser que se la corten en el intento. Porque la permanencia hace ya más de una década que se ha convertido para el equipo cántabro en algo así como un ojáncano. Mitología. Existirán en otro sitio, porque en El Sardinero... Hasta que no lo vean, no se lo creerán. Si este sábado en La Romareda pasó de todo en siete minutos, qué no podrá pasar en las seis jornadas que le restan de Liga al Racing. En apenas un ratuco, rondando el minuto 20, se quedó con dos futbolistas menos y con dos goles en contra. Al final, salió goleado frente al Zaragoza y con importantes daños de cara a lo que viene: Parera e Íñigo Sainz-Maza, sancionados y Rubén Alves, lesionado. Esta crónica no debería ir aquí, si no en la sección de sucesos. Que se quede en un desgraciado accidente.
Zaragoza
Cristian Álvarez, Jair Jr., Bebé (Miguel Puche, min. 76), Jaume (Zapater, min. 46), Iván (Pau Sans, min. 74), Bermejo (Manu Molina, min. 64), Francho (Eugeni, min. 64), Nieto, Fran Gámez, Giuliano Simeone y Lluís López.
4
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Racing
Parera, Unai Medina, Saúl García, Germán Sánchez (min. 46), Rubén Alves, Aldasoro (Fausto Tienza, min. 46), Íñigo Sainz-Maza, Juergen Elitim, Íñigo Vicente (Peque, min. 46), Pombo (Mantilla, min. 79)y Matheus Aiás (Ezkieta, min. 24).
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Equipo arbitral: Busquets Ferrer, asistido en las bandas por Bordoy Homar y Jiménez Yustos, todos ellos del Comité Balear. Cuarto: Calderiña Pavón (Catalán);VAR:Sagués Oscoz (Vasco) y AVAR:Guzmán Mansilla (Andaluz).
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Goles: 1-0, min. 19: Giuliano Simeone. 2-0, min. 25: Bermejo. 3-0, min. 45+: Iván. 4-0, min. 61: Giuliano Simeone. 4-1, min. 83: Peque, de penalti.
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Amonestaciones: Amonestó a los locales Bebé, Lluís López y Jaume. Expulsó con roja directa a los racinguistas Parera e Íñigo Sainz-Maza.
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Incidencias: La Romareda. Césped en buen estado en una tarde soleada y ventosa. 21.016 espectadores.
Para la cita, José Alberto hizo dos o tres cosas previsibles. Como que Unai Medina repitiese en el lateral derecho titular. El vasco se lo ganó ante el Albacete, aunque Dani Fernández ya estaba listo. Lo de Juergen Elitim pegado a la banda derecha se podía barruntar, vistos los entrenamientos de la semana. Y que en este caso, Pombo sería el mediapunta, ni cotizaba. Lo que prácticamente nadie esperaba es que hubiese un cambio en la delantera. Baturina, que marcó en el anterior partido, le dejó su puesto a Matheus Aiás. Para lo que le iba a servir al brasileño...
El partido arrancó como las lavadoras que patrocinan al Zaragoza. Muchas vueltas. De un lado a otro. Sin control estipulado. Aún a una velocidad baja, el Racing se sentía relativamente cómodo. Incluso le dio para personarse con cierta asiduidad en el área maña. La fuerza centrífuga llevó a los verdiblancos a un despiste en defensa:el equipo aragonés pilló a la contra al cántabro, Giuliano Simeone le ganó la espalda a Unai Medina, pero no acertó a rematar en boca de gol.
Los de José Alberto iban a entrar en bucle. Otro desajuste, esta vez en la medular, llevó a Íñigo Sainz-Maza a llegar tarde a cortar la carrera de Jaume. Falta clara. Los locales terminaron la acción con un disparo desviado de Giuliano, pero el colegiado había cogido la matrícula al de Ampuero. Cartulina amarilla. 'Para, para, vete a ver la tele', le dijeron a Busquets Ferrer. Blanco y en botella, Malibú. El plantillazo del capitán sobre el zaragocista era patente. La tarjeta mutó de color. El 'ratus horribilis' verdiblanco no había hecho nada más que empezar. Centro desde la izquierda del Zaragoza y Giuliano, omnipresente y rabioso tras su expulsión de la primera vuelta en los Campos de Sport, se adelanta a Germán Sánchez, lento, para rematar a la remanguillé al fondo de las mallas. Minuto 19. Un futbolista menos, un gol en contra más.
Claves
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Minuto 17 Íñigo Sainz-Maza fue expulsado, con la intervención del VAR, tras un plantillazo
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Minuto 23 La expulsión de Parera y el segundo gol local llegan tras una posible falta previa a Íñigo Vicente
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Espera, que sigue. A Íñigo Vicente le arrebatan el balón después de una más que posible falta en el centro del campo. El árbitro no señala nada y el Zaragoza tira una nueva contra. Balón al espacio para el de siempre, que le gana la posición, otra vez, a Germán Sanchez y se lanza para disparar ante la salida desesperada de Miquel Parera. El balón le pegó en la mano, fuera del área, al portero balear. Su paisano, el del silbato, pasó de mirar la posible falta previa, pese a que Íñigo Vicente le estaba dando la matraca, con razón, con el tema. No hubo manera. El portero, a la calle. Ezkieta, debutante en Liga con el Racing, sustituyó a Matheus Aiás.
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¿Hemos terminado ya? Pues no, amigo. El lanzamiento del balón parado posterior se estrelló en la barrera y en el rechace y Bermejo, con un duro y certero disparo, la coló por la escuadra del recién estrenado guardameta. Menudo marrón le había caído al navarro, que seguro que se había imaginado un debut más amable. Luego le probó Bebé, con un malintencionado tiro lejano que botó ante el arquero y le obligó a mandar el balón a córner. A la salida del saque de esquina, Ezkieta respondió fantásticamente al cabezazo tenso de Iván.
No bajar los brazos
Justo antes de esto, el Racing demostró que, pese a estar resignado, no se daba por rendido. Una buena acción, con Pombo guisándosela desde la frontal, terminó con tiro cruzado del mediapunta verdiblanco que Cristian Álvarez desbarató con una acertada mano abajo. Al menos parecía que la masacre había parado. Y eso que los córners, con tal superioridad numérica, eran una batalla muy desigual. Lluís López, en el primer palo, cabeceó buscando la escuadra, pero no encontró portería.
Sí la encontró un tiro de Francho, que tocó Ezkieta antes de que el balón se pasease de poste a poste. Todavía tuvo que intervenir dos veces más el guardameta, antes de que, a la tercera, Iván anotase el 3-0. El delantero aprovechó el rechace del navarro tras su primer tiro, se adelantó a Rubén Alves y Germán Sánchez y, con un toque de testa, la coló por encima del desbordado portero racinguista. Pitido final. ¿Se ha acabado ya? Qué va, aún quedaban 45 minutos de agonía.
Al Racing le quedaba marcharse lo más dignamente posible de Zaragoza para empezar a pensar en el Granada y minimizar daños. Al menos eso es lo que debió pensar José Alberto, que hizo tres cambios de una tacada al descanso. Aldasoro, Germán Sánchez e Íñigo Vicente, fuera. Tres apercibidos de sanción por tarjetas. Fausto Tienza, Pol Moreno y Peque, dentro.
El equipo cántabro ya se metió definitivamente atrás –tampoco le quedaban muchas opciones–, intentando acelerar el paso de los minutos. El cuadro maño bajó de revoluciones, sabiendo que, con los bolos así pinados, con muy poco iba a encontrar opciones de darle lustre a la goleada. No le hacía falta tener prisa. Gámez le pilló la espalda a Saúl García, pero su medio centro medio remate alcanzó fácil las manos de Ezkieta.
Era cuestión de tiempo. En pleno frontón en el área verdiblanca, el balón acabó cerca del punto de penalti, en los pies de Giuliano, y el atacante zaragocista, a la media vuelta, mandó el balón a la cepa del poste, que esta vez lo repelió hacia dentro. Árbitro, la hora.
La afición racinguista, pese al drama, no cesó en sus ánimos. «Cómo no te voy a querer, si te vi subir de Segunda B», se escuchó con fuerza en La Romareda. Para uno que llegase al estadio y no mirase al marcador, la escena le podía llevar a pensar que los de verde y negro iban ganando. Y Pombo, con rabia, se buscó el hueco para lanzar un duro disparo que se quitó de encima con las manos Cristian Álvarez.
El partido hacía tiempo que estaba perfecto para esa frase de la serie 'Cómo conocí a vuestra madre': «Nada bueno puede suceder a partir de las dos de la madrugada». Pues aquí, igual. La única buena noticia que se podía dar a esas alturas era que el colegiado no se demorase demasiado en señalar el final. Señor Busquets, ten piedad.
«Sí, se puede»
José Alberto retiró a Pombo y le dio minutos a Álvaro Mantilla. En una falta colgada al área, Rubén Alves se llevó un fortísimo codazo en el morro de Lluís López. Después de un rato de deliberación en Las Rozas en una acción que no daba lugar a demasiadas dudas, al árbitro le llamaron a capítulo en la banda. Y ya se sabía lo que iba a pasar. Con 4-0, tampoco tenía mucha trascendencia. Sin Pombo e Íñigo Vicente en el césped, Peque aprovechó la falta de efectivos y agarró el balón. La pegó fuerte. Gol. La afición racinguista, irónica, se arrancó con clásicos musicales como el 'sí, se puede' o el 'a por ellos'. Sin excusas para no pasarlo bien.
Las cosas en el campo no siempre salen como nos gustaría, toca levantarse y seguir luchando. Gracias, racinguistas #RealZaragozaRacing pic.twitter.com/iN58d30uPr
— Real Racing Club (@realracingclub) April 15, 2023
Por si fuera poco castigo todo lo sucedido hasta entonces, Rubén Álves se tendió en el suelo. Se llevó la mano a la parte posterior del muslo izquierdo. Y a preguntas del doctor, negaba con la cabeza. Mala pinta. Ya no por tener que disputar los últimos minutos con ocho futbolistas –qué más da–, si no por perder seguramente para el próximo compromiso a un futbolista capital. Parera, Íñigo Sainz-Maza, Rubén Alves, Mboula... El árbitro se cansó de ver sangre y apenas dio un minuto de añadido. Del exultante 4-1 al Albacete a este sopapo a mano abierta. Es complicado para un racinguista mantener la estabilidad emocional. Olviden lo sucedido. Borren esto de la memoria. ¿Zaragoza? ¿Qué partido de Zaragoza? No sé de qué me hablan.
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