Las peñas piden mejoras en la política social

En este sentido, y tras la «decepción» que supuso la del curso pasado, comenzando por los precios, han propuesto que al menos se congelen los precios, además de recuperar otras medidas que permitan llegar «como mínimo a los 12.000 abonados», en palabras de uno de los directivos de la APR, Ernesto Flores. Todo después de la «decepción» del curso pasado, cuando tras una campaña muy contestada no se alcanzó siquiera la frontera psicológica de los 10.000 abonados. «Queremos ir de la mano con el club en la campaña de abonos, pero para eso se debe lanzar una campaña que podamos aprobar», insistía el representante de las peñas.

Además, y dado que la próxima temporada toda la Preferencia Norte será ya grada de animación –se colocarán para ello asientos específicos homologados por LaLiga–, han trasladado al club el mal estado estructural de la antigua Grada Norte, que incluso ha provocado heridas leves y cortes en el público a lo largo de la temporada.

Las peñas también han transmitido una vez más su profundo malestar por las medidas coercitivas puestas en marcha en los últimos tiempos, si bien reconocen que «no es algo exclusivo de Santander». Tras condenar absolutamente cualquier episodio de violencia —en referencia a las peleas en Santander con ultras del Málaga y los disturbios en Peña herbosa previos al partido ante el Real Oviedo–, tanto la APR como la representación de la Gradona de los Malditos se muestran contundentes: «Hay que desterrar toda violencia del fútbol, pero sin restringir los derechos fundamentales».

En este sentido, reclaman recuperar además algo que ha sido esencia del fútbol: «Los visitantes no deben ser discriminados por su lugar de procedencia. Incluso aunque se declare un partido de alto riesgo hay que oponerse a que cualquier persona no pueda ir al estadio con sus bufandas y camisetas si está fuera de la zona acotada para el equipo visitante. Tiene su pleno derecho, y la sensación que hemos captado es que el club está de acuerdo».

Porque APR y Gradona quieren ser «pioneros en el trato a la afición visitante». Aspiran a que exista en los Campos de Sport una zona específica para las hinchadas foráneass con buena visibilidad, habilitada para bombos y otros elementos de animación, que represente un 10% de la capacidad del estadio y a un precio «justo», algo en lo que perciben una buena recepción del club, si bien no se ha conseguido un compromiso en concreto, conscientes además de que este tipo de decisiones pasan también por LaLiga. Plantean, eso sí, que se debería solicitar a los demás clubes reciprocidad en el trato.

Por último, han recordado al presidente, y aquí se han topado con su negativa hasta que los reclame LaLiga, de la creación del puesto de consejero independiente elegido por la masa social, como exige la nueva Ley del Deporte.