El Racing, pendiente del traspaso de Pablo Torre

Cuando hace tres temporadas el Racing traspasó al canterano al Barça por cinco millones de euros, se pactaron también una serie de bonificaciones de acuerdo al rendimiento deportivo y económico del futbolista, pero al no haber tenido continuidad en Barcelona, no se han cobrado cantidades adicionales por partidos jugados.

Otra de las compensaciones era la percepción de un porcentaje de un hipotético traspaso futuro, precisamente la situación que se vive en este momentos. Pero el acuerdo rubricado en su momento, cuando el club estaba presidido aún por Alfredo Pérez, contempla que el Racing solo percibirá una compensación en caso de que el Barça obtenga beneficio. Es decir, si el traspaso supera esos cinco millones de euros iniciales que los blaugrana abonaron a los verdiblancos.

Esta es precisamente la cantidad que se especula pagará el Mallorca a un Barcelona que, del mismo modo, ha planteado una operación en la que se reserva un derecho preferente de tanteo y repesca. Con el acuerdo aún sin firmar, no se ha informado de él al Racing -tampoco tiene ninguna de las partes obligación, al menos en este momento-, con lo que los verdiblancos siguen desde la distancia un movimiento que, de confirmarse las cifras, no dejará beneficio en Santander o lo hará solo de una manera testimonial o anecdótica.

Pablo Torre, formado en las secciones inferiores del Racing, fue traspasado al Barcelona en 2022. El acuerdo se cerró en enero, pero se hizo efectivo en junio, al terminar la temporada en la que el equipo se proclamó campeón de la primera edición de Primera RFEF y ascendió a Segunda División. De hecho, su traspaso se consignó en las cuentas de aquella temporada ya en la categoría de plata, lo que permitió que el Racing dispusiera de un mayor techo salarial.

Aunque la cláusula de rescisión era sensiblemente más alta, ante la petición del futbolista -que anteriormente, en edad de formación, había rechazado otras ofertas- de salir, se llegó a un acuerdo para que se abonaran cinco millones y establecer una serie de compensaciones vinculadas a su rendimiento en Barcelona que podían haber más que duplicado esta cantidad.

En su primera temporada debía estar a caballo entre el primer y el segundo equipo. Se convirtió en asiduo en las convocatorias, con lo que apenas jugó en el Barça B, pero sin apenas disputar tampoco minutos con el primer equipo. Su cesión al Girona, equipo revelación de temporada 23-24, tampoco fue lo fructífera que esperaba. Fue suplente habitual para Míchel, aunque con más minutos que en el Camp Nou, y el verano pasado regresó al Barcelona.

Con Hansi Flick comenzó disfrutando de más oportunidades, pero tampoco ha eclosionado, al menos al nivel al que tanto el Barça como el cántabro aspiraban, esta temporada en Montjuic. De ahí que se haya planteado su salida y que el Racing no haya percibido en estos tres años (firmó cinco temporadas como azulgrana) ningún beneficio adicional desde su salida hace ahora tres años. Durante ese tiempo en las oficinas de los Campos de Sport han seguido de cerca la evolución del futbolista y su situación en el marcado, pero en Segunda División no tenía opciones de repescarle.