El racinguista del Racing de Córdoba
Baragaño, que militó en el club cántabro que estrenó la Liga y que fue subcampeón, jugó también en los tocayos de la ciudad andaluza y de Langreo
Fue uno de los jugadores del Racing legendario, el que estrenó la Primera División en 1929 y consiguió el subcampeonato de Liga del 31. Incluso ... estuvo a punto de debutar con la selección nacional cuando vestía la camiseta del equipo cántabro en 1932. Se llamaba Cesáreo Baragaño Álvarez, 'Baragaño', y nadie ha podido superarle a la hora de jugar en diferentes clubes racinguistas, entre ellos el Racing Córdoba FC, que no hay que confundir con el Club Atlético Racing de la ciudad cordobesa de Argentina.
Desde temprana edad, la vida de Cesáreo Baragaño iba a estar vinculada al Racing, pero no al Racing santanderino. Nació en la localidad asturiana de Mieres del Camino, pero con un año sus padres, junto con sus cuatro hermanos, se trasladaron a Sama de Langreo, hábitat futbolístico del Racing Club Langreano, que en 1961, por medio de una fusión, se convertiría en el actual Unión Popular de Langreo. En el Racing asturiano jugaría desde los 16 años, alternando el fútbol con el trabajo en los talleres de un grupo minero. Muy pronto destacaría por su visión de juego, su capacidad para organizar el centro del campo y su disparo potente, así que los ojeadores del Racing cántabro, en aquellos tiempos también jugadores del club, no dudaron en traerlo a Santander. Fue una valiosa adquisición que contribuiría a cimentar la gran etapa que esperaba a los de El Sardinero.
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Baragaño acababa de cumplir 21 años cuando debutó con el Real Racing Club. Lo hizo el 16 de septiembre de 1928 en partido del campeonato regional contra la Gimnástica de Torrelavega, en los Campos de Sport. Aquel día el Racing se impuso 6-0 con una alineación formada por Aldama, Santiuste, Fernández, Hernández, Baragaño, Rufino Gacituaga, Santi, Loredo, Óscar, Larrínaga y Amós.
Tras la disputa del campeonato regional, Baragaño también jugó en diciembre con el Racing en los dieciseisavos de final de la Copa del Rey, cayendo contra el FC Barcelona. Y días después, viajaría a Madrid para participar en la fase de clasificación para decidir el décimo equipo que completaría la apertura del campeonato nacional de Liga en Primera División. Jugó los seis partidos que los racinguistas disputaron contra el Valencia, Betis y Sevilla, marcando uno de los dos goles del segundo empate de la final contra el Sevilla.
Baragaño volvería a participar en otra gran gesta deportiva del Racing, como fue el estreno del campeonato liguero en Primera, portando el brazalete de capitán. El Racing se enfrentó aquel día, 12 de febrero de 1929, al Barcelona. Los racinguistas alinearon en aquel histórico partido a Raba, Santiuste, Rufino Gacituaga, Torón, Baragaño, Larrinoa, Santi, Loredo, Oscar, Gómez-Acebo y Amós. También como capitán, fue uno de los artífices del subcampeonato liguero de 1931, marcando además cinco goles. El seleccionador nacional, José María Mateos, le convocó para el partido internacional que el 24 de abril de 1932 iba a celebrarse para inaugurar el estadio de Buenavista de Oviedo con un amistoso entre España y Yugoslavia. Pero una lesión que arrastraba y la precaución de reservarse para el partido internacional en un encuentro de Copa contra el Deportivo de La Coruña, hizo cambiar de opinión al seleccionador tras ver el encuentro.
La etapa de Baragaño en Santander sumaría 82 partidos oficiales, con nueve goles anotados, y terminaría cuando el irlandés Mr. O'Connell, que había entrenado al Racing y en 1934 dirigía al Betis, convenció a Baragaño para jugar en su equipo. La mala fortuna le acompañaría al sufrir pronto una lesión de menisco que le apartaría del equipo sevillano, para recaer en el modesto Racing cordobés, que jugaba en categoría regional. De esta manera, Baragaño fue el primer futbolista del Racing que jugó en un equipo de Córdoba (1934-35), el Racing Córdoba FC ,que surgió de la fusión del Sporting Fútbol Club de Córdoba y la Sociedad Deportiva Electromecánicas y que desapareció en 1954. Baragaño no jugó mucho en el Racing cordobés. Consciente de que su rodilla iba a impedirle recuperar su nivel de juego, prefirió regresar a Sama de Langreo para volver a su Racing Club Langreano (1935-36), donde inició su carrera de entrenador, aunque también jugaría algunos partidos.
Como técnico, además del Racing Langreano, dirigió al Betis en la temporada 1942-43 en Primera División, pero luego regresó a Sama de Langreo, donde prefirió alternar su labor de entrenador con un negocio de mercería y artículos deportivos. Como entrenador del Langreano, su equipo jugaría contra el Racing en los Campos de Sport, en un partido que registró el récord del mayor número de goles anotados por el Racing en un encuentro liguero. El encuentro, de Tercera División, se jugó el 30 de enero de 1944 y el resultado fue de 11-2 a favor de los cántabros.
Sin alejarse de Sama de Langreo, Baragaño también entrenaría al Turón, San Martín, Caudal de Mieres, Unión Deportiva El Entrego y Titánico de Laviana, además de crear dos clubes de categorías inferiores: el Foco y el Alcázar.
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