El adiós al estadio más antiguo de España
El 14 de mayo de 1988, los viejos Campos de Sport acogieron su último partido oficial
Los más veteranos racinguistas mantienen la nostalgia de aquel campo. Fueron unos 3.000 espectadores los que acudieron el 14 de mayo de 1988 a ... los viejos Campos de Sport con cierto descontento por el empate a cero contra el Granada, pero también por la melancolía de saber que aquel encuentro de Segunda iba a ser el último oficial que se iba a jugar en aquel histórico estadio, entonces el más antiguo de España. Alba, Revilla, Cantudo, Villita, Piru, Juan Carlos, Víctor (Edu), Mauri, Miro, Ocenda y Gaby fueron los que protagonizaron aquella tarde para despedir a un terreno de juego que poco después sería demolido para convertirse en parque.
Aunque la inauguración formal tuvo lugar en 1913, en ese campo se jugaba al fútbol de forma esporádica desde diciembre de 1902, hasta que un grupo de deportistas decidió acotarlo y convertirlo en epicentro futbolístico con un torneo de inauguración que daría lugar a la creación del Racing. Desde entonces acompañó los primeros 75 años de la historia del club.
Tres años más tarde, en 1916, el Racing tomó en alquiler los Campos de Sport y se comenzaron las primeras obras importantes. Se construyó una nueva tribuna cubierta de madera de 30 metros. También se acondicionaron palcos con sillas y se dotó de duchas a los vestuarios. En 1925, con una obra que costó 6.000 pesetas, se levantó la famosa Gradona de los Malditos, ubicada detrás de la portería más próxima a Cabo Mayor, y que albergó a los hinchas que hicieron famoso el grito del '¡Ra, ra, ra!'.
El 17 de abril de 1927 se celebró el único partido que jugó la selección española en este campo. El rival fue Suiza y el racinguista Óscar fue el autor del único gol, marcado de cabeza a pase de Olaso. ABC comparó el tanto con el «clasismo de una estampa olímpica». Los campos de Sport estaban repletos, con un aforo de 10.561 personas.
Al año siguiente se disputó allí la final de la Copa entre Real Sociedad y Barcelona. Tres partidos para conocer al campeón, tal fue la igualdad y la lucha a veces desmesurada que impusieron en aquel césped, donde hubo varios lesionados. En el primer partido, jugado el 20 de mayo, el portero del club catalán, Franz Platko, inspiró al poeta Rafael Alberti su famosa oda. Otro poeta, pero seguidor de la Real Sociedad, Gabriel Celaya, también asistió al partido y escribió otro poema para contradecir a Alberti y dar otra versión de aquella final que terminó con la victoria catalana.
En 1936, la Guerra Civil paralizó la actividad deportiva y los Campos de Sport tuvieron la desagradable utilidad de campo de prisioneros. Con una masa de socios cercana a los 1.500, se construyó en 1948 una nueva tribuna de madera que sustituía a la Gradona de los Malditos. Un fuerte viento se la llevó en septiembre de 1949, durante el encuentro Racing-Ferrol, que tuvo que ser aplazado. En la temporada 49-50 se amplió la tribuna general, que llegó a alcanzar una capacidad de 9.500 espectadores. En 1954, el Racing compró los Campos de Sport por 3.250.000 pesetas para evitar el desahucio al que había estado amenazado y en 1960 comenzaron las gestiones para crear una gran tribuna de cemento, cuyas obras se llevaron a cabo detrás de la existente. Medía 72 metros de largo y se inauguró en 1962.
Un año después, con las Bodas de Oro del club, se encendió la iluminación artificial. Tuvo que ser sustituida en 1982 por otra más moderna, que permitiera la grabación de las imágenes por televisión. La primera retransmisión en directo se había producido en 1973: el Racing-Murcia jugado el 20 de mayo. Fue también la primera vez que la televisión retransmitió un partido en directo de Segunda.
En 1983, el Ayuntamiento de Santander los compró para crear un espacio verde. a cambio de 175 millones de pesetas y un nuevo campo a pocos metros del antiguo. El último partido con público jugado en el viejo Sardinero fue un amistoso que enfrentó al Racing con un combinado nacional, donde se alineaban exracinguistas como Arteche, Santillana, Marcos, Pedraza... Era el 3 de junio de 1988 y constituía, además de la despedida de los campos, un merecido homenaje a Terio Somonte, cuarenta años utillero del club. Al día siguiente, Quique Setién, entonces jugador del Atlético de Madrid, convocó a un grupo de amigos para un último partido en aquel terreno de juego antes de que las palas excavadoras lo derribaran. Un córner de mármol constituye hoy la única referencia topográfica de este templo futbolístico cántabro.
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