Saque de honor contra el Málaga
En la visita andaluza a un Racing recién ascendido a Primera, la patinadora Cionín Villagrá fue homenajeada en los Campos de Sport
A veces las piernas de los jugadores de fútbol hacen piruetas. Son como las manos de los ilusionistas, cuyos movimientos encubren engaños y despistan el desarrollo lógico de la realidad. Como las manos, las piernas también hacen desaparecer o aparecer objetos y obligan a los defensores a preguntarse ¿dónde está el balón?, cuando en realidad es el delantero el que ha desaparecido llevándoselo como por arte de magia. Aquel día en los Campos de Sport también hubo magia en el partido contra el Málaga, pero no fueron las piernas de los futbolistas las que lo crearon, fueron las piernas de la santanderina Cionín Villagrá, la jovencita que nació para bailar sobre ruedas y para proporcionar al patinaje artístico español su etapa más dorada.
El partido se disputó el 16 de septiembre de 1973. El Racing acababa de ascender a Primera División tras la aventura del equipo de los ... bigotes y era la tercera jornada. En la primera, el Racing había empatado en Santander contra el Zaragoza (1-1) y en la semana siguiente, en el primer desplazamiento, los hombres de José María Maguregui se las tuvieron que ver con el poderoso Barcelona, capitaneado por el cántabro Juan Carlos Pérez, que contaba con el astro Johan Cruyff. Se proclamaría campeón, pero en esta ocasión el Racing le paró los pies al obtener un valioso empate a cero gracias a una defensa muy bien organizada.
Con la moral de haber evitado la derrota ante el Barcelona, el partido contra el Málaga se presentaba como la oportunidad de brindar a la afición la primera victoria. Además, las cámaras de TVE se habían instalado en el campo para retransmitir el partido en directo tras los arreglos correspondientes en la iluminación. Era la segunda vez que se televisaba un partido en directo en los Campos de Sport, tras el celebrado hacía unos meses contra el Murcia, pero éste era el primero que se hacía por la noche y en la máxima categoría. Para la ocasión, la directiva presidida por Valentín Valle decidió invitar para el saque de honor a Cionín Villagrá y al resto de patinadores cántabros que dirigía Nelly de la Fuente, tras su reciente éxito en el campeonato de España celebrado en Cuenca. Era una manera de exhibir el orgullo deportivo de la Montaña, porque nadie como Cionín Villagrá compaginaba la potencia de sus piernas con la elegancia de su baile y sus acrobacias impensables y pioneras.
Se había abierto la posibilidad de fichar jugadores extranjeros, y el Racing había incorporado a dos argentinos para potenciar el bloque atacante. Por la izquierda llegó un combativo extremo, Rafael Dalmacio Zuviría, que llegaba del Argentinos Juniors; y por la derecha, Joaquín Pedro Martínez, jugador de una importante tradición futbolística en el River Plate, de donde procedía. Fue precisamente este jugador el que participaría en la jugada clave para los racinguistas. Trascurría el minuto 25 y Martínez se internó por su banda, combinó con Manolo Díaz y éste, después de burlar a dos contrarios, lanzó un centro que remató raso a la red Grande, cerca del poste del lado opuesto al pase de Díaz, para establecer el 1-0.
Muy poco duró la alegría, porque dos minutos después, casi sin tiempo para que el público se acomodase después del entusiasmo por el gol marcado, el Málaga empató (1-1). Fue como consecuencia de un saque de esquina botado por los andaluces. El balón llegó al defensa Montero, que disparó a puerta desde unos cuarenta metros. El meta Santamaría estaba bien colocado, pero Manolo Chinchón, en su intención de despejarlo con la cabeza, lo introdujo en su portería despistando al guardameta, que ya estaba preparado para el blocaje. Jugada desgraciada para un futbolista como Chinchón, que minutos antes del inicio del encuentro, había recibido de manos del periodista Agustín Fernández 'Langarita' el trofeo a la regularidad de la temporada pasada, la temporada del ascenso.
Los racinguistas no desesperaron. Se repusieron enseguida, crearon varias oportunidades y empujaron con brío, con disparos frecuentes y con un espíritu combativo que a pesar del empate final gustó a los aficionados.
Fue una lástima que en aquella temporada el Racing no pudiese mantener su estatus de Primera División. Hubo una tímida reacción derrotando al Real Madrid en los Campos de Sport (2-1), con goles de Sebas y de Grande, pero finalmente el Castellón, el Racing y el Oviedo fueron los tres equipos que perdieron su privilegio deportivo.
Pero Cionín Villagrá quiso compensar el lamento de aquel descenso. La patinadora artística ya había conseguido la medalla de oro en los Campeonatos de Europa celebrados en Bruselas, y en 1974 logró ser subcampeona del Mundo en La Coruña (el mayor éxito del patinaje artístico español), repitiendo la proeza al año siguiente en Brisbane (Australia). Fue todo un saque de honor ante el Málaga, envuelto en las ovaciones racinguistas que reconocieron la magia de una gran deportista.
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