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La verde e impresionante Majada de Parres Esteban Maguregui
La Ruta de las Majadas, un sendero que comunica Los Lagos de Covadonga y Poncebos

La Ruta de las Majadas, un sendero que comunica Los Lagos de Covadonga y Poncebos

Este camino enlaza con otra ruta de largo recorrido-la de la Reconquista (GR 202)- llamada así porque por allí huyeron los árabes derrotados en la batalla de Covadonga

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Jueves, 21 de febrero 2019

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Pocos verdes hay tan intensos como los de las majadas y puertos pastoriles de Los Picos de Europa. Lugares hermosos y evocadores que muy a menudo son también intensas atalayas entre cumbres, desde las que se descubre el verdadero silencio y su plenitud paisajística. La ruta de las majadas, también llamada de los pastores, acerca al caminante a esta especie de realidad onírica, por un sendero de pequeño recorrido que comunica Los Lagos de Covadonga y la localidad de Poncebos, punto de partida (o final) de la Garganta Divina del Cares.

Las majadas son una especie de pueblos elementales, habitados temporalmente durante el verano, que recrean siempre un paisaje profundamente humanizado, con las propias cabañas parceladas por muros de piedra, donde resuenan los mugidos de las vacas, los ladridos de los perros y los balidos de las cabras, cencerros y voces de pastores reuniendo a sus reses, donde embarga la sensación de quietud y tranquilidad. Las Majadas son todas de titularidad pública, gestionadas por los propios pastores al constituirse y organizarse en instituciones de gobierno propias.

En este camino, además de admirar el paisaje de las majadas, se enlaza con otra ruta de largo recorrido: La Ruta de la Reconquista (GR 202), llamada así porque, por ella huyeron los árabes derrotados en la batalla de Covadonga, en la que el emir árabe Alkama fue vencido por el caudillo cántabro Pelayo en el monte Auseva, sito en las inmediaciones de Covadonga. Esta andadura, llena de balcones naturales, muestra las dificultades orográficas a las que se enfrentaron las derrotadas tropas musulmanas. El ejército huido se encontró con la brecha del río Cares, que separa el Cornión del Macizo Central. Fue un momento angustioso, como un callejón sin salida, ya que esta profunda hoz les impedía avanzar. Los cronistas dicen que, tomando como guías forzosos a los pastores, lograron descender de las majadas de Ostón por la Canal de Culiembro.

Datos de la marcha

  • Subida acumulada: 898 m.

  • Bajada acumulada: 1711 m.

  • Distancia estimada: 18,8 km, con las siguientes distancias parciales: Aparcamiento Buferrera al Collado Llomba Cangas, 2,4 km; al Jou de Belbín, 0,9 km; a la Majada de Arnaedo, 3,0 km; al collado Sierra Buena, 0,7 km; a Vega Maor, 1,3 km; a la majada de Ostón, 2,0 km; a Culiembro, 1,8 km; a Los Collados, 4,2 km; a Poncebos, 2,5 km.

  • Duración previsible: 7,5 h.

  • Dificultad: Media a dura, debido a que el desnivel de subida es importante y alto el de bajada. Además, la pendiente de la bajada de la Canal de Culiembro es muy pronunciada, con bastante piedra suelta (aunque sin ningún peligro) y la marcha es larga.

Recorrido

La marcha comienza en el aparcamiento de Buferrera (1043 m), cerca del Lago Enol, donde existieron unas minas de hierro y manganeso, descubiertas a finales del siglo XIX y explotadas por los ingleses hasta los años 70. La mina fue una de las más activas de los Picos de Europa, presentaba unas condiciones de trabajo muy duras, sobre todo en los meses de invierno. El mineral extraído, se llevaba generalmente hasta Comeya, donde era lavado. Luego se transportaba hasta Covadonga y allí, en un pequeño tren especial, hasta Ribadesella, desde donde se distribuía en barco.

Se va al aparcamiento del nivel superior y en su extremo N sale un camino que pasa junto al Centro de Interpretación Pedro Pidal (1070 m). Desde aquí, por unas escaleras se subirá a la pista, donde se irá a la izquierda (N-NO). Al llegar a la siguiente curva a la derecha (1090 m), merece la pena ir al Mirador del Príncipe (1085 m), que tiene una preciosa vista de la Vega de Comeya.

Majada de Belbín
Majada de Belbín Esteban Maguregui
Majada de Parres.
Majada de Parres. Esteban Maguregui

Se continúa subiendo suavemente hasta llegar a un alto (1.169 m), en el que la hondonada de la derecha se verán (O) los restos de una mina y detrás de estos el alto de La Picota (1.167 m), detrás del cual se encuentra el Lago Enol.

Se continúa bajando, pero la pista hace un largo zigzag, que se puede atajar, retomando la pista en el ramal que vuelve. Se sigue un pequeño tramo por ella para dejarla al asomarse a la Vega de La Llomba (1.124 m), donde se tomará un sendero (más cómodo y corto que la pista) que atraviesa esta campa por la derecha, volviéndose a encontrar con el camino principal en el Collado Llomba Cangas (1.144, pero se pasa por 1.150 m).

Se comienza una bajada que finaliza en el Jou Belbín (1.080 m), amplia y hermosa pradería plagada de cabañas (Majada de Belbín), algunas perfectamente rehabilitadas donde se elabora y madura el queso de Gamoneo en la variedad de 'Gamoneo del Puerto'.

Se atraviesa toda la campa, para retomar la pista después de pasadas todas las cabañas. Se sube a un collado (1071 m) y el camino comienza una bajada, da una cerrada curva a la derecha para bajar a otro collado (1043 m), que está más al E. En este punto hay que cambiar de rumbo (S-SE) para tomar un marcado camino que discurre a media altura entre otros dos menos importantes. Se baja hasta el cauce (1015 m) del Río Los Reguerones.

Después de subir un rato junto a éste, y pasar entre unas rocas se llega a una campa, donde se dejará el camino que se trae (que continúa por las Majadas de la Güelga) para tomar otro a la izquierda del campo (E) que se mete entre rocas para ascender una empinada rampa, al principio de la cual se encontrará una bifurcación, debiéndose seguir por la derecha (SE) para pasar por encima (1.150 m) de la encantadora Majada de Parres (1.137 m), que se deja a la izquierda.

Se sigue subiendo y, al rato, se alcanzan los Joyos de la Lleñe (1.225 m), donde queda algún resto de lagos glaciares. Después de otro repecho se llega a una zona llana, donde se encontrarán varias trazas de senderos. Se seguirá el de la derecha (SE) que se arrima a las rocas de la falda de Cabeza Redonda (1.313 m), que se deja a la derecha. Poco después se entra en la escondida Majada de Arnaedo (1.250 m) donde existe una magnífica fuente.

Se sale de esta pradera por su extremo E, para comenzar una fuerte subida, entre brezos y rocas, que culmina en el Collado de Sierra Buena (1.427 m), el punto más alto del recorrido, formado por los picos Cabeza de Xatera (1.503 m) (izquierda, N) y Cabeza Cayarga (1.528 m) (al S-SE). Desde aquí se vislumbran unas magníficas panorámicas del macizo central de los Picos de Europa, con su techo Torrecerredo y el Pico Cabrones a su izquierda.

Siguiendo ruta, se comienza la bajada por una zona de abundante brezo, en la que el camino tiene que sortear el karst de la falda de la ladera N de Cabeza Cayarga. Más abajo se llega a la gran campa de la bonita Vega Maor, al principio de la cual se pasa junto a la impresionante boca del Pozo Los Texos (1250 m), sima de entrada espectacular, pero de poco interés espeleológico dada su escasa profundidad.

Collado Sierra Buena desde el Pozo de los Texos.
Collado Sierra Buena desde el Pozo de los Texos. Esteban Maguregui

Majada de Ostón.
Majada de Ostón. Esteban Maguregui

A la izquierda se ve un grupo de cabañas, pero las más numerosas (casi todas en ruinas) se encuentran en la zona más baja (1230 m), nada más pasar un paso entre las rocas, que hace que el camino vire a NE por un momento. Desde esta campa se da vista a todo el Macizo Central, destacando Torrecerredo, Pico Cabrones, el Neverón de Urriello, Coello, etc.

Se cruza la pradería hasta alcanzar en seguida un paso entre rocas en una especie de collado (1247m) y entrar en la Vega de los Corros (1214 m), donde aún quedan algunas charcas. Después de pasar otro pequeño collado (1242 m) se accede al Valle de la Texa y un poco más adelante se dejará la senda marcada que sigue por la Canal de la Raya, para tomar un camino que va junto a las rocas de la derecha, que, al cabo de 170 m, se mete entre estas rocas (derecha, SE).

Al llega a una zona de campo el camino continúa junto a la pared de las fincas de Ostón, llegando enseguida a la Majada de Ostón (1002 m). El emplazamiento de este popular poblado es incomparable, con sus cabañas construidas en una especie de peña colgante. Una terraza o rellano con una elegante proa, llamada la Pica de Ostón (1063 m), a la que merece la pena subir, ya que es una atalaya insuperable sobre la garganta del Cares. La perspectiva de las altas cimas de los Urrieles es sobrecogedora. Muy cerca de esta majada de Ostón hay una fuente, concretamente en la Majada de Valdelafuente (a unos 7 min, a la izquierda de la misma a la que se puede ir por las sendas del ganado).

Tras una obligada parada en este paraje ensoñador, después de llenarse la vista con las panorámicas que depara, la bajada continúa por la famosa Canal de Culiembro, que primero desciende por una senda tallada en forma de escalera por una zona rocosa, para continuar mediante cortos zigzags por una estrecha canal de fuerte pendiente. Aproximadamente en la mitad de la canal se encuentra la gran Cueva de la Atalaya, aprovechada desde antiguo para albergar ganado, en la zona cercana a Posadorio.

Pronto se alcanza una fuente Gonzomera (640 m), con abrevadero, después de la cual los últimos zigzags dan acceso la Majada de Culiembro (460 m en la cabaña superior), importante cruce de caminos entre el Macizo Central y el Occidental. En Culiembro existió un pequeño poblado, San Julián de Culiembro, con una pequeña ermita del mismo nombre. Todo ello terminó por desaparecer durante las obras del Canal de Viesgo, aunque aún se conserva en buen estado una pequeña cabaña a la sombra de unos nogales.

Parte superior de la Canal de Culiembro. Cueva de la Atalaya. Parte inferior de esta canal. Esteban Maguregui
Imagen principal - Parte superior de la Canal de Culiembro. Cueva de la Atalaya. Parte inferior de esta canal.
Imagen secundaria 1 - Parte superior de la Canal de Culiembro. Cueva de la Atalaya. Parte inferior de esta canal.
Imagen secundaria 2 - Parte superior de la Canal de Culiembro. Cueva de la Atalaya. Parte inferior de esta canal.

Después de atravesar la majada, el camino se entronca (425 m) con la archifamosa Senda del Cares, continuando hacia la izquierda 6,5 kilómetros hasta Poncebos (en el otro sentido se alcanzaría Caín). El camino describe incesantes curvas, en un continuo subir y bajar pequeñas cuestas de poca pendiente, hasta llegar a la fuerte subida que asciende a Los Collados (522 m). Desde este alto se contempla gran parte de la senda del Cares recorrida, con todo su formidable contorno. Hacia la otra parte del río, se ve la Canal de Sabugo, que asciende desde los 380 m del nivel del cauce hasta los 1482 m del Cabezo Salinas, vía de acceso al Collado de Cerredo. Más allá, a la altura de la Canal de Estorez, por debajo de la parte del Murallón de Amuesa, la altitud de la muralla alcanza casi 1300 m en vertical.

A partir de aquí la bajada es continua, pero en esta primera parte se encuentran restos de las edificaciones que un día sirvieron a los operarios de la Electra del Viesgo que hicieron el canal para vivir cerca de su trabajo. Un poco más adelante, hacia la izquierda, hay un sendero que inicia de nuevo una subida por la ladera que lleva hasta Camarmeña (muchos montañeros siguen este camino para bajar posteriormente a Poncebos).

El sendero continúa su bajada hasta Poncebos, que ya está cerca. Desde el último trozo del sendero se ve, sobre el Cares, el Puente de la Jaya, debajo del cual se une este río la Riega del Tejo o Río Bulnes, nacido en la vertiente occidental del Collado de Pandébano y que ya llega aquí engrosado con las aguas de la Riega de Balcosín, que se unieron en Bulnes.

Un poco más adelante, antes de que la carretera pase por el túnel en dirección a Poncebos, el río Duje, que nace en la Fuente del Resalao al pie de Peña Vieja (2613 m), se une al Cares por la derecha. Poncebos (230 m) es una corrupción de 'Puente de los Cebos', por los cebos que aquí se armaban en otros tiempos para capturar las muchas alimañas que se guarecían en estos parajes.

Vistas de la Garganta del Cares desde Los Collados: Hacia Culiembro y hacia Poncebos. Esteban Maguregui
Imagen secundaria 1 - Vistas de la Garganta del Cares desde Los Collados: Hacia Culiembro y hacia Poncebos.
Imagen secundaria 2 - Vistas de la Garganta del Cares desde Los Collados: Hacia Culiembro y hacia Poncebos.

Además de la senda citada, la subida a Camarmeña puede hacerse desde Poncebos por la senda llamada del Segredal, que comienza al pie de la central, también denominada de la Ingiesta. Es este un camino, de unos 2 Km de largo, sube en zigzag, pudiendo hacerse la ascensión en unos 20 o 30 minutos, aunque es más recomendable hacerlo por la carretera, ya que esta senda está bastante perdida.

Camarmeña (426 m) es una diminuta aldea materialmente colgada en los paredones del Cuetón de Llorosos o Cuetu el Jorniellu, a la vera de la Riega de la Voluga. Su breve caserío (poco más de una docena de casitas, aunque hoy existe una moderna que actúa como fonda y bar), orientado totalmente hacia el S, no se pierde ni un rayo de sol. Su emplazamiento es el más enriscado de todos los pueblos de los Picos. Es uno de los mejores miradores de las cumbres del macizo Central y muy especialmente del Naranjo de Bulnes o Pico Urriellu que, con permiso de la niebla (aquí la llaman 'la encainada'), aparece majestuoso al fondo de las Salidas de Bulnes y flanqueado, a su izquierda, por las enhiestas cumbres de Peña Castil, Torre del Carnizoso, Morra del Carnizoso, Torre del Oso y Aguja de los Martínez. Desde aquí se divisa también el caserío de Bulnes (el pueblo, no la villa que queda más bajo).

En Camarmeña hay un monumento al Naranjo de Bulnes y a sus hombres, en el mejor punto de observación del 'Picu', en medio de la plazoleta empedrada y rodeada de barandal, con mesas y asientos de piedra. Hay también otros monumentos montañeros con diversas dedicatorias.

Esta mini-aldea tiene una minúscula y encantadora iglesia de Santiago, en la que caben solamente el cura y sus ayudantes, mientras que los eventuales fieles deben permanecer a la intemperie. El resto del espacio disponible en la iglesia lo ocupan los restos del Arzobispo de Santiago de Compostela, D. Francisco de Ardavín, que hizo vida eremítica en la hoy desaparecida ermita de San Julián de Culiembro.

Desde aquí, el agua que viene por el canal desde Caín, se despeña hasta la central de Poncebos, con la energía potencial de los 230 m de altura, que producirán energía eléctrica.

Literatura consultada para texto y fotos

http://castrogm.blogspot.com.es/2012/06/canal-de-culiembro-24-de-junio-de-2012html.

http://www.flickr.com/photos/77791066@N06/sets/72157630278868470/

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