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Era, prácticamente, una sucesión anunciada. Aunque el pasado diciembre Solvay dio a conocer que su nuevo director general de la fábrica de Barreda sería el cántabro Pablo Alonso ... , su predecesor, Jorge Oliveira, persistió como responsable de la multinacional belga tanto en España como en Portugal. Sin embargo, ahora, seis meses después de dicho importante cambio, el histórico directivo portugués termina de dar un paso a un lado para jubilarse después de más de tres décadas ligadas a la empresa química. Su salida definitiva deja a Alonso como principal figura de la compañía en nuestro país, mientras que la delegación lusa estará en manos de John O'Shea.
Pablo Alonso de esta forma da un nuevo y relevante paso en su carrera asumiendo funciones dentro de la empresa. Aunque no llega a tener reposando sobre sus hombros tanta responsabilidad como la que ostentaba hace poco menos de un año Oliveira, que era tanto el máximo directivo de la planta de Barreda como de la multinacional química en España y Portugal. Esta vez, se ha optado por dividir funciones y que la gestión de ambos países peninsulares quede dividida en dos personas.
Sergio Alonso
Director de Solvay en Torrelavega
Jorge Oliveira
Director general de Solvay para España y Portugal
«Es algo que estaba establecido y preparado para hacer la transición en mi retirada de la manera menos traumática», explicó este lunes a preguntas de este periódico Jorge Oliveira. Su marcha definitiva está marcada en el calendario para dentro de poco menos de un mes, el 1 de julio será cuando se retire definitivamente tras 39 años de trayectoria profesional en Solvay. «Ha llegado la hora del cambio y de pasar el testigo para yo poder dedicarme a otras actividades», reconoció también el portugués al tiempo que adelantaba que en esta nueva etapa quiere dedicarse a «explorar otras facetas que siempre me han gustado y para las que nunca he tenido tiempo, como el diseño, el arte y la moda».
Oliveira además se marcha tras haber sido reconocido el pasado año como Directivo del Año 2024 por la Asociación para el Progreso de la Dirección de Cantabria (APD) y adelanta que seguirá muy ligado a la región, donde mantiene su residencia habitual, junto a Lisboa y Londres.
Por su parte, Pablo Alonso (Cabezón de la Sal, 1979), que a comienzos de este año se convirtió en el decimocuarto director de la historia de la fábrica de Solvay de Torrelavega, adquiere más peso y relevancia en la compañía en la que lleva trabajando desde hace más de 16 años. Lo propio hará John O'Shea, en su caso como máximo responsable de Portugal y como director general de GBS y Jefe de la Oficina de Solvay en el centro de Carnaxide.
Entre sus nuevas funciones, ambos deberán liderar en sus respectivos países el equipo directivo nacional de la multinacional. Asimismo, entre otras cuestiones, según especifica Solvay, deberán promover la colaboración entre las Unidades de Negocio Globales (GBUs) y las Unidades de Negocio de Servicios (BSAs) presentes en su territorio. También se encargarán de representar al Grupo Solvay ante los principales grupos de interés del gobierno, del sector empresarial y de los sindicatos y garantizar la correcta gestión de las entidades legales en su país.
«Además de seguir impulsando la estrategia de Solvay en España, representaré a la compañía ante instituciones a nivel nacional, apoyando e impulsando sus intereses para fortalecer nuestro liderazgo en innovación y sostenibilidad», concretó Alonso este lunes a El Diario Montañés al tiempo que reconoció que asume este nuevo reto profesional «con entusiasmo y compromiso, manteniendo mi labor como director de planta».
No obstante, sin ninguna duda el principal reto que tiene ante sí Alonso en su nueva etapa es el de llevar a buen puerto el ambicioso proyecto de descarbonización de Solvay. El ingeniero cántabro concedió una entrevista a este periódico el pasado marzo y habló en profundidad sobre el colosal proyecto que hay en ciernes para construir una planta de cogeneración de biomasa que sustituya a las de carbón para suministrar energía a las instalaciones. «Hacer la transición energética entre comillas es sencilla, pero la clave está en hacerla de una manera que puedas mantener la competitividad a futuro», apostilló.
«Existen distintas opciones que estamos analizando una por una para elegir la mejor, con el ojo puesto en el largo plazo y esperamos seguir contando con el apoyo institucional que se nos ha brindado, sin fisuras», explicó a su vez el responsable del complejo químico de Barreda sobre este proyecto que deberá estar ejecutado y entrar en servicio antes de 2027. A la par, reconoció que este es un camino de todavía más largo aliento. «La transición energética es un dominó muy grande, la primera pieza ha caído, que es fantástico, y con ello Torrelavega ya puede empezar a avanzar». De esta forma, se consolida Alonso como el máximo responsable de asegurar el futuro de la planta cántabra, al tiempo que, entre otros frentes, se propone seguir mejorando la seguridad del centro de trabajo para la plantilla.
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