La planta de Ramales consigue las primeras ventas de salmón en cautividad de España
Norcantabric supera un largo viacrucis previo incluso a la pandemia y entrega a Froxá los palés iniciales de la factoría
Esta semana ha corrido el champán en la piscifactoría que Norcantabric tiene en Ramales de la Victoria, en el Polígono del Alto Asón. Tras un ... largo viacrucis que se remonta incluso a antes de la pandemia, la compañía ha logrado uno de los hitos marcados en rojo dentro de su estrategia empresarial, profundamente modificada a raíz del litigio mantenido con su proveedor de tecnología. Con todo, a pesar de las demoras, los cambios y el redimensionamiento inicial, la compañía entregó el miércoles sus primeras producciones de salmón.
Fue un acto simbólico, pues los envíos de mayor volumen se sucederán en las próximas semanas, pero sí que vale como prueba de que Norcantabric finalmente tiene un proceso viable al que no todos son capaces de llegar. No en vano, en el momento en que los promotores pusieron en marcha la iniciativa había otros siete proyectos similares en España. A día de hoy ninguno sigue en pie salvo uno en Galicia, todavía en fase de tramitación. Como bien saben en la firma asentada en Ramales, de los papeles a la realidad hay un largo trecho que se concreta en «cinco o seis años» de ventaja, sostiene el CEO de la empresa, Emilio Cano.
La cántabra Froxá fue la destinataria de las primeras cajas alumbradas en la piscifactoría. La instalación ha vivido toda una recomposición hasta el punto de que en la práctica se ha convertido en un banco de pruebas que acreditase a inversores y bancos que la idea de criar en cautividad salmón atlántico a la orilla del Asón no era una quimera, sino una rentable apuesta de negocio. En la actualidad, dicho recinto se prepara para una capacidad limitada de 100 toneladas, pero que no es sino el aperitivo de la anhelada segunda fase, esa que debe llevar a la empresa a alcanzar las añoradas 3.000 toneladas anuales.
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Para ello será necesaria una inversión del entorno de 20 o 25 millones, que se sumarían a los más de diez que se han destinado al proyecto hasta el punto actual. Según Cano, las cuentas alcanzarán el punto de equilibrio con las 1.200 toneladas anuales, pero esta semana marca un antes y un después respecto a la credibilidad de la iniciativa.
De hecho, los empresarios se han puesto ya en marcha para reactivar contactos con inversores y bancos para poder desplegar la hoja de ruta en su totalidad, esa que pasa por nuevos tanques de engorde y, sobre todo, otra nueva fábrica aledaña a la instalación actual.
De momento, en la planta ya en funcionamiento se contempla instalar cuatro nuevos depósitos para elevar la capacidad a 150 toneladas, lo que conllevará un desembolso próximo a los dos millones de euros. Toda la producción ya está prácticamente colocada entre clientes locales, grandes mayoristas de Madrid y otro tipo de distribuidores. Incluso cocineros relevantes de Cantabria ya han solicitado salmón de Norcantabric para emplear en sus nuevos platos.
Las cifras
100 toneladas
de salmón sacará la planta hasta final de año, ya comprometidas.
10 millones
se han invertido hasta el momento para alcanzar el punto actual.
A partir de ahí, los siguientes pasos. Sin ir más lejos, de forma inminente Norcantabric recibirá a un fondo de Estados Unidos interesado en conocer cómo evoluciona esta apuesta.
La idea es que a mediados de 2026 haya ya un consenso para poder seguir adelante con todo el plan empresarial. «Los socios no creían y nos pidieron pruebas de que el proyecto seguía siendo viable pese a todos los contratiempos. Ahora ya la cosa ha cambiado con estas producciones. Tenemos el conocimiento, la experiencia y el mercado», detalla Cano.
Empleo y arbitraje
Actualmente son seis personas las que trabajan de forma directa en Norcantabric, aunque la firma insiste en su influencia indirecta en la comarca y que confía en ir creciendo a medida que la producción aumente. Eso sí, con independencia del sector o el tipo de empresa, un problema recurrente: la falta de personal. «La pregunta es cuánta gente vamos a poder encontrar. Queríamos traer trabajadoras de Santoña que estuvieran especializadas en las conserveras de anchoa, pero las propias compañías de allí nos están diciendo que muchas ya están jubiladas y que incluso a ellas les cuesta encontrar personal. Ahora hay que buscar nuevos trabajadores, capacitarles y que quieran venir», comenta el empresario.
El arranque de 2024 supuso todo un punto de inflexión para el proyecto. La compañía salió airosa de un arbitraje en París con su tecnólogo inicial, un proveedor danés, que ante las desavenencias entre las partes dejó la instalación de la maquinaria incompleta y 'ató de manos' a los empresarios, que habían optado por un modelo 'llave en mano' sin conocer la tecnología. La resolución dictaba que la empresa debía abonar 13.000 euros, frente a los 1,5 millones que reclamaba su proveedora.
Eso sí, por el camino se perdió no sólo dinero, sino sobre todo tiempo. Cerca de tres años. Mientras las periciales, pruebas y todo el proceso se iban desarrollando lentamente, la empresa cántabra armada con capital internacional, especialmente de procedencia mexicana, tuvo que buscar por todo el mundo otra firma que pudiera deshacer el entuerto de Ramales y dar la vuelta a las labores de ingeniería ya acometidas, así como completar todas las partes del proceso que habían quedado inconexas.
Ya en primavera del pasado año la actividad pudo comenzar, con el engorde de 20.000 alevines de salmón. En esta primera cosecha en la localidad de Riancho, con todas las pruebas y cambios, la pérdida ha sido del 20%.
La nueva política de Europa, una oportunidad para obtener fondos
Los promotores de la aventura empresarial en torno a la cría del salmón en Ramales de la Victoria no se olvidan del apoyo prestado por el Gobierno de Cantabria, tanto a través de subvenciones como especialmente «paciencia» a la hora de entender la situación y relajar los plazos de las ayudas, reconoce el CEO de Norcantabric, Emilio Cano.
Ahora los empresarios también miran a una gran bolsa de financiación procedente de la Unión Europea y a la que creen que quizá puedan acceder con el respaldo de la Administración regional y el Gobierno central. Cano habla no sólo del Fondo europeo Marítimo de Pesca y Acuicultura (Fempa), sino también del propio Banco Europeo de Inversiones. «Hay bastante dinero disponible y queremos aprovecharlo», avanza.
De hecho, Cano cree que las nuevas corrientes globales en torno a una mayor independencia estratégica de Europa sobre proveedores externos igualmente favorecen toda su iniciativa en torno al salmón. «Se ha puesto encima de la mesa un concepto importante: el de la seguridad. La defensa no es solamente una cuestión de armamento, sino de autonomía. En este caso la autonomía alimentaria también es clave, y aquí ahora tenemos una fábrica que puede contribuir a esa seguridad en el suministro», razona.
De lo que no hay dudas es de que el mercado sigue en pleno apogeo. «El ámbito nacional sigue creciendo, eso es indudable. Ha habido algo de fluctuación con los precios, pero nosotros no vamos a entrar en ese juego. Queremos ser un producto único, premium, ya que sabemos cómo se está produciendo», anota.
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