Repsol sale del proyecto del depósito de hidrógeno en Polanco tras su análisis inicial
El gigante energético compartió con Enagás los primeros estudios para evaluar la futura infraestructura, pero no encaja en su estrategia
Las primeras informaciones relativas al interés de Enagás por construir en el subsuelo de Polanco un almacén de hidrógeno, todas ellas avanzadas por El ... Diario Montañés, contaban igualmente con otros dos actores principales. Uno, Solvay, toda vez que la química belga explota las cavidades salinas del entorno desde hace décadas y, de hecho, participará en el proyecto de la infraestructura futura. Otro, Repsol, que analizaba la viabilidad de la iniciativa y sus potenciales aplicaciones dentro de su nueva estrategia en torno a nuevas fuentes energéticas.
Sin embargo, el acuerdo anunciado en junio para confirmar que el equipamiento saldrá adelante presentaba simplemente dos partes involucradas: la propia Enagás y Solvay. Repsol, finalmente, ha decidido desvincularse de la iniciativa.
Según trasladan desde la organización a este periódico, tras la labor previa de análisis a nivel técnico y de oficina, el proyecto finalmente no encaja en la hoja de ruta y necesidades que Repsol articula para el hidrógeno en los próximos años.
La iniciativa sigue adelante, pero sólo con Enagás y Solvay como partes involucradas
El almacén se articulará a través de ocho cavidades salinas a una profundidad entre 850 y 1.075 metros
Esto no quiere decir que el plan se resienta. De hecho, este almacén subterráneo en Cantabria es una de las partes más consolidadas de todo el entramado nacional que pretende desplegar Enagás, dentro de una estructura europea más general. El operador resta importancia a la marcha de Repsol y señala que en estos proyectos novedosos suele ser habitual que no todas las firmas que inicialmente se aproximan a una actuación permanezcan en el momento de dar el paso.
Según se explicó en su momento, «el proyecto aprovechará la experiencia de Solvay en el desarrollo de cavidades salinas ―creadas originalmente para operaciones de producción de carbonato de sodio―para ser reconvertidas en almacenamiento de hidrógeno bajo la coordinación de Enagás, que aporta su experiencia en el transporte de energía e infraestructuras de hidrógeno».
Características
Para la futura instalación serán necesarias ocho cavidades salinas donde posteriormente se enclavarán los depósitos, a una profundidad media entre los 850 y los 1.075 metros.
Según detalló la propia compañía, «la creación de estas cavidades se realizará como parte de la actividad habitual de Solvay, de forma que la salmuera obtenida se utilizará en el propio proceso productivo de su fábrica de Torrelavega».
A partir de ahí, Enagás Infraestructuras de Hidrógeno será la encargada de operarlas y mantenerlas durante toda su vida útil. Además, contará con instalaciones de compresión y purificación del producto.
En relación al funcionamiento de la infraestructura, el hidrógeno procedente de la red se inyectará en las cavidades salinas en los momentos de mayor generación renovable y será extraído en aquellos periodos en los que la demanda sea superior a la generación.
Con este planteamiento, habrá otros elementos adicionales. Como ejemplo, se requerirán compresores que eleven la presión del hidrógeno a la que se necesita para inyectar en ese momento.
La compañía abunda en que «en estas cavidades el hidrógeno se humedece y al ser extraído puede arrastrar pequeñas partículas sólidas. Por ello, es necesario filtrarlo y secarlo antes de ser enviado de nuevo a la red, con el fin de garantizar que su pureza sea la misma que la del producto inyectado».
Además de las mencionadas ocho simas que requerirá para colocar los correspondientes depósitos, serán necesarios dos ductos de conexión y una planta de tratamiento. Como capacidad definida se precisa un potencial de 544 gigavatios a la hora y que pueda entrar en funcionamiento en el año 2030.
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