Le Pen da por liquidado el Gobierno de Francia y exige elecciones «ultrarrápidas»
La extrema derecha confirma tras reunirse con Bayrou que votará el lunes en contra de la moción de confianza del primer ministro: «No hay milagro»
Los dirigentes de la ultraderechista Agrupación Nacional la describieron antes de su celebración como una simple «reunión de cortesía republicana» y los peores –y previsibles– ... presagios para el primer ministro francés, François Bayrou, se cumplieron. Después de un encuentro que apenas duró una hora, Marine Le Pen y el número dos de su partido, el eurodiputado Jordan Bardella, reafirmaron el martes su voto en contra de la moción de confianza a la que se someterá el jefe del Gobierno galo el próximo lunes. Una decisión que enterró las pocas opciones que el veterano político tenía de superar su propia iniciativa, que ideó para intentar salvar su impopular plan presupuestario.
«No ha habido ningún milagro. Esta reunión no ha hecho cambiar nuestra posición», declaró Bardella. El primer ministro «no quiere tratar aquellos ámbitos en que el gasto público es desperdiciado», añadió el número dos de los ultras, cuyo nombre suena con fuerza para sustituir a Le Pen –inhabilitada hasta 2030– de cara a las elecciones presidenciales de 2027. Como el resto de la oposición, Agrupación Nacional se opone de manera radical al plan de Bayrou, que prevé un recorte del gasto público y subidas de impuestos por un total de casi 44.000 millones de euros.
El proyecto de ley presupuestario contempla la supresión de dos días festivos y la eliminación de 3.000 puestos de funcionarios, así como la congelación de pensiones, ayudas sociales y salarios de los empleados públicos, entre otras medidas. Estas políticas resultan impopulares y eso dificulta que las oposiciones –izquierda y extrema derecha, mayoritarias en la Asamblea Nacional– voten a favor o se abstengan en la moción de confianza prevista para el día 8. Según los lepenistas, los recortes deberían focalizarse «en el coste exorbitado de la inmigración o en el aumento de la contribución de Francia al presupuesto de la Unión Europea».
¿Tarde para negociar?
El dirigente centrista inició el pasado lunes una ronda de negociaciones in extremis con la oposición. Las pocas esperanzas de Bayrou pasaban por una abstención del partido de Le Pen, dado que esa posición por parte del Partido Socialista –con el que se reúne el jueves– no le bastaría. Pero después de que Bardella confirmara el martes su voto en contra, las posibilidades del primer ministro de salvarse de una destitución parlamentaria son cercanas a cero. «Esperamos una disolución ultrarrápida (del Parlamento). Hace falta una nueva mayoría después de esas elecciones para elaborar los presupuestos», dijo Le Pen, que quiere forzar al presidente, Emmanuel Macron, a convocar unos nuevos comicios legislativos.
A pesar de que Bayrou anunció su borrador de los presupuestos de 2026 a mitad de julio –lo habitual suele ser en septiembre–, el jefe del Ejecutivo no ha empezado a negociar con los otros partidos hasta esta semana. Una extraña decisión que justificó con el argumento de que los dirigentes de la oposición «estaban de vacaciones» en agosto, algo que no gustó a Le Pen ni a los socialistas. «El voto del 8 de septiembre ha desbaratado la posibilidad de negociar», aseguró el socio-liberal Raphaël Glucksmann, presidente de la pequeña formación Plaza Pública (con solo dos diputados), tras reunirse el martes también con el primer ministro.
Nous sommes en désaccord total avec les orientations du gouvernement.
— Jordan Bardella (@J_Bardella) September 2, 2025
Les économies dans la mauvaise dépense publique ne sont pas faites et l'Etat continue à gaspiller l'argent public.
Nous ne changerons pas d'avis après cette rencontre avec le Premier ministre. pic.twitter.com/YTcUC769EZ
El líder del MoDem sorprendió la semana pasada al anunciar la moción de confianza. Como si hubiera lanzado un órdago con muy malas cartas, Bayrou tiene todas las de perder, aún más teniendo en cuenta que el pasado domingo descartó hacer grandes concesiones respecto a la elevada cifra del ajuste presupuestario. «Los 44.000 millones es lo que necesitamos para que el país salga de la maldición inmediata de la deuda», comentó sobre la delicada situación financiera de Francia, cuyo déficit público para este año será del 5,4% del PIB.
El expresidente François Hollande criticó que Macron dejara al jefe del Gobierno tomar una decisión tan temeraria como la activación de la vía del voto de confianza con muy posibilidades de superarlo. «Podría haber empezado a negociar en agosto» y así «buscar una forma de estabilidad y coherencia», declaró el dirigente socialista a la cadena France 5. Ante la probable caída del Ejecutivo de Bayrou, el Elíseo convocó el martes un gabinete de crisis con representantes de la alianza presidencial y de la derecha tradicional de Los Republicanos, socio minoritario en la coalición de gobierno. La búsqueda de un nuevo primer ministro ya ha empezado.
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