Los iraníes huyen de Teherán ante el castigo de Israel, que bombardea la televisión nacional
Mientras el ejército hebreo logra abrir un «corredor aéreo» hacia la capital, el Gobierno pone en la diana al régimen islamista
Las palabras de Israel Katz son órdenes para sus tropas. Tras una noche de ataques iraníes que dejaron ocho israelíes muertos, el ministro de Defensa ... puso este lunes en el punto de mira a los residentes en Teherán. El ejército hebreo ordenó evacuar el distrito tres de la capital de la república islámica y la aviación abrió fuego. Entre los objetivos estuvo el complejo de la radiotelevisión pública persa (IRIB), «el portavoz de la propaganda e incitación» del régimen de los ayatolás, denunció Katz, que poco antes del bombardeo dijo que este medio iba a «desaparecer». Todo el país pudo asistir al ataque. Una presentadora tuvo que abandonar el estudio en pleno directo mientras el humo se extenía y caían trozos de techo.
La espiral es cada vez más violenta y, según la agencia Reuters, Irán habría contactado con Catar, Arabia Saudí y Omán para pedir al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que presione a Israel para que acepte un alto el fuego inmediato, a cambio de una mayor flexibilidad en la negociación nuclear. La operación hebrea, sin embargo, va más allá del programa atómico y apunta al cambio de régimen. El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, declaró en la cadena ABC que el asesinato de Alí Jamenei, Líder Supremo de Irán, «supondría el final del conflicto».
Los israelíes demostraron que tienen «total superioridad aérea», como anunció su propio ejército, en el cielo de una capital de la que huyen miles y miles de vecinos aterrorizados. Las carreteras se bloquearon con atascos inmensos el domingo y este lunes la escena volvió a repetirse. Muchos ciudadanos se dirigen con sus coches al norte para refugiarse en las zonas rurales y tratar de evitar el castigo enemigo.
El área que el ejército hebrero ordenó este lunes evacuar es residencial y de clase alta. Allí viven unas 300.000 personas en edificios de gran altura y hay varios centros comerciales y calles repletas de restaurantes y cafeterías. Ahí se encuentra también el complejo de la radiotelevisión estatal bombardeado.
La operación contra las instalaciones de este medio es otro ejemplo de cómo la aviación hebrea se mueve con notable facilidad en Teherán. Israel confirmó este lunes la apertura de un «corredor aéreo» hacia la capital después de haber destruido casi un tercio de las defensas antiaéreas y lanzaderas iraníes. El portavoz militar, Effie Defrin, explicó que gracias a esto en cada ataque los iraníes disparan entre treinta y sesenta proyectiles, y no cientos como les «habría gustado».
La principal ciudad de la república islámica permanece en gran medida desguarnecida y a merced de los escuadrones enemigos, cuya hoja de ruta se fija en acabar con los centros de poder militar y de Inteligencia del régimen, el programa nuclear y la artillería.
El dato
224 personas
han muerto en los ataques contra Irán y 24 han perdido la vida en Israel.
La apertura de este pasillo aéreo es de una importancia trascendental en las operaciones de combate. Representa una superioridad táctica que nunca sería capaz de otorgar el intercambio de misiles entre dos países que distan más de 1.700 kilómetros. Pero además le permite al ejército realizar operaciones quirúgicas, como la que el domingo causó la destrucción del principal complejo de combustible de la capital o la que este lunes provocó graves daños en el centro de mando de la fuerza de élite Quds. Son el tipo de ataques que ahora mismo causan un mayor daño moral al régimen.
Los iraníes siguieron el ejemplo del Estado judío y también ordenaron la evacuación de Bnei Brak, suburbio de mayoría ultraortodoxa al sur de Tel Aviv. Tras la serie de bombardeos sufridos durante la jornada en Teherán, los medios estatales anunciaron para la noche una respuesta que será «el mayor y más intenso ataque con misiles de la historia de Israel». Lanzaron la primera salva de proyectiles al caer la tarde y las alarmas sonaron en el norte del territorio hebreo para que la gente corriera a los refugios de forma urgente.
Llamada de Washington
La cuarta jornada de enfrentamientos entre ambos países fue la más intensa hasta el momento y la cifra de muertos se eleva a 224 en Irán, según el Ministerio de Salud del país, y los heridos pasan de los 1.400. En Israel, al menos 24 personas han perdido la vida y unas 600 han sufrido lesiones. El primer ministro hebreo justificó el inicio de las hostilidades la pasada semana en la amenaza nuclear que, a su juicio, representa la república islámica, pero con el paso de los días queda claro que el objetivo final es la caída del régimen. Katz señaló al respecto que a partir de ahora «atacaremos en todas partes al dictador iraní».
El ministro de Exteriores persa, Abbas Araghchi, aseguró que «con una sola llamada de Washington» se podría retomar la vía diplomática, pero Donald Trump no parece por la labor de frenar a Netanyahu. El presidente estadounidense lanza cada día mensajes contradictorios y, tras anunciar el domingo que buscaba un pacto como el que logró hace un mes entre India y Pakistán, sólo 24 horas más tarde declaró que el régimen de los ayatolás ahora «quiere hablar, pero debería haberlo hecho antes. Irán no está ganando esta guerra. Debería hablar inmediatamente antes de que sea demasiado tarde».
Lejos de apaciguarse, la cuarta jornada de ataques entre los dos países fue este lunes la más dura
Sus palabras llegaron en una jornada en la que medios como 'The Washington Post' informaron sobre la disposición de Teherán de volver al diálogo nuclear con EE UU -congelado la pasada semana tras varios contactos- para lograr un alto el fuego. El portal Iranwire fue un paso más allá. La cúpula militar y política sería favorable a renunciar al enriquecimiento de uranio a cambio de la supervivencia del régimen.
Cuestionado por si Alí Jamenei está en la lista de objetivos, Netanyahu declaró en la cadena ABC que «hacemos lo que tenemos que hacer. No voy a entrar en detalles, pero hemos atacado a sus principales científicos nucleares. Es básicamente el equipo nuclear de Hitler».
Desde el lado persa, un grupo de activistas, directores de cine y artistas, con las Premio Nobel de la Paz Narges Mohammadi y Shirin Ebadi a la cabeza, redactaron una declaración que llama «al cese inmediato del enriquecimiento de uranio por parte de la república islámica, el cese de las hostilidades militares, el fin de los ataques a infraestructuras vitales tanto en Irán como en Israel, y el cese de las masacres de civiles en ambos países».
Netanyahu, desatado, dice que la muerte de Jamenei traería la paz
El primer ministro israelí se mostró este lunes eufórico con los logros militares conseguidos por su ejército en los primeros cuatro días de enfrentamientos con Irán. Dejó claro que su propósito es conseguir una derrota absoluta del régimen islámico -«estamos camino de la victoria e Irán también lo entiende»- y en su declaración más desatada hasta la fecha deslizó que la muerte del Líder Supremo, Ali Jamenei, «pondría fin al conflicto».
El jefe del Gobierno israelí señaló que el programa nuclear de su rival es «como un cáncer, y cuando tienes un cáncer que amenaza con matarte, hay que extirparlo». En ese sentido, destacó los golpes a las instalaciones atómicas y a su personal. «Hasta ahora, hemos matado a diez científicos nucleares de alto rango. Quedan algunos; los atraparemos». Finalmente, se enorgulleció de su ejército y dijo que «hemos pavimentado una autopista aérea hacia Teherán», lo que facilita que los cazas bombardeen la ciudad y la población «se marche».
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