Vox se lanza a desbordar sus nichos en busca de más voto obrero y de las mujeres
Con el viento de las encuestas a favor, los de Abascal aspiran ya a pescar en caladeros de la izquierda y en el voto útil del PP
Los nichos electorales que hasta ahora se le resistían a Vox ya no le parecen tan inalcanzables. La formación de Santiago Abascal, al alza en todas las encuestas publicadas ... en este nuevo curso político, busca desbordar sus techos con la incorporación de nuevos perfiles menos predispuestos, desde la irrupción del partido en el escenario político, a introducir en la urna la papeleta verde: las mujeres, los homosexuales y los mayores que argumentan que el PP es el voto útil de la derecha son los caladeros en los que pretende pescar la marca de la derecha extrema, además de atraer a más jóvenes y más obreros de los cinturones urbanos de las grandes capitales. Dos grupos sociales en los que ya viene mostrando una notable fortaleza.
Con más presencia en la calle y nutriéndose de apoyos con el boca a oreja, Vox no se cierra a ningún colectivo para superar con creces el 15% que le permitiría cosechar un óptimo resultado en unas próximas elecciones generales, siempre en función de si el presidente Sánchez cumple su promesa de agotar la legislatura o acaba mediando adelanto. Y eso que en el partido opinan, atemperando la euforia, que los estudios demoscópicos que ya les sitúan en el entorno del 20% encierran «intereses políticos» para movilizar el voto hacia un PP al que ven «débil». O más incluso: para generar en la opinión pública la necesidad de una gran coalición, un pacto entre PSOE y PP, que deje fuera a los voxistas de cualquier acuerdo de Gobierno. En cualquier caso, en la calle Bambú, la sede madrileña de Vox, no esconden su impaciencia por ir a las urnas. «No tenemos miedo a ninguna elección. ¡Nos encantan las elecciones!», repiten.
Las mujeres
Según el informe del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) posterior a las elecciones del 23 de julio de 2023, solo el 6% de las mujeres votó a Vox en esas generales, la mitad del porcentaje que apoyó al partido en términos globales (12,38%). La formación de la derecha radical ha afrontado una brecha con el electorado femenino que ahora, sin embargo, aspira a suturar. «La gente ya no compra el relato de la violencia machista que los partidos de izquierdas han creado», explica el portavoz nacional de Vox, José Antonio Fúster. «La protección de las mujeres es una prioridad para nosotros, pero no porque sean débiles, sino porque el bipartidismo les ha colado una inmigración que es incompatible con su seguridad», agrega, en alusión implícita a uno de los focos de crítica del discurso voxista: la entrada de extranjeros de origen magrebí.
A renglón seguido, Fúster subraya que su formación «es la que mantiene una posición más dura contra los agresores sexuales». «Mientras que otros sueltan a los violadores o proporcionan pulseras antimaltrato que no funcionan, nosotros proponemos endurecer las penas», incide, haciendo referencia a la ley del 'solo sí es sí' y a las deficiencias en los mecanismos de protección contra los atacantes. Pero Vox va más allá de la violencia y ambiciona atraer a mujeres opuestas o desafectas hacia un feminismo que, según su dirigente, fomentaría, por ejemplo, «un halo de sospecha sobre las capacidades de las mujeres que alcanzan altas cuotas en una empresa».
Las clases bajas
Los obreros que hace décadas votaban al Partido Comunista se han ido pasando, sin solución de continuidad, a la derecha radical. Así ha ocurrido en Estados Unidos, en Francia, en Reino Unido, en Alemania o en Portugal, y así quiere Vox que siga ocurriendo en España, donde todavía esta tendencia no está tan consolidada. En municipios de la periferia de Madrid como Fuenlabrada o Parla, Vox consiguió en 2023 alrededor del 15% de los votos, más que su media del país; pero en ciudades dormitorio de Barcelona como Hospitalet o Badalona, donde hay más competencia, se quedó en el 8%. En todos estos núcleos quiere medrar el partido de Abascal con un mensaje dirigido a los perdedores de la globalización.
«A la izquierda le incomoda que nuestro crecimiento se esté produciendo en estas zonas, pero los ciudadanos de esos municipios son los que más sufren la falta de seguridad provocada por la inmigración, el deterioro de los servicios públicos, los problemas de las infraestructuras, como vemos con los Cercanías, o las mal llamadas políticas verdes, por las que no pueden utilizar sus propios vehículos», aseveran en Vox.
De hijos a padres
Donde más esperanza siguen teniendo depositada Abascal y los suyos es en los jóvenes. Según el CIS, uno de cada cuatro votantes de entre 18 y 24 años se decantarìa en las próximas elecciones por Vox, el doble que por el PP, que domina, sin embargo, entre los electores de derecha de más edad. Aquí, sin embargo, radica la principal apuesta de los voxistas. «Durante mucho tiempo, han sido los padres y las madres quienes han dicho a sus hijos que apoyen el PP, que es el voto útil. Ahora ocurre lo contrario: son los hijos los que están convenciendo a sus padres para que voten a Vox», confía Fúster. «Ante la falta de futuro, sin posibilidad de acceder a una vivienda y con el ascensor social roto, los jóvenes les están diciendo a sus padres: 'Papá, mamá, ayúdame y vota a Vox'».
Los homosexuales
En su recorrido de partido minoritario a partido con ambición 'atrapalotodo', Vox también se ha acercado a minorías como los homosexuales, que hasta hace poco parecían muy lejanas a sus postulados. De acuerdo al Informe sobre el Estado LGTBI 2025, elaborado por la Federación Estatal de Gais y Lesbianas, el 9,1% de este colectivo votaría hoy a Vox, tres puntos menos que sus resultados en 2023. La amenaza de que si Vox llega al Gobierno recortará sus derechos ha hecho aumentar el recelo de los homosexuales, pero en la formación le dan la vuelta al argumento.
«Los homosexuales ya se han dado cuenta de que somos el único partido que lucha contra la llegada masiva a nuestro país de culturas que los maltratan y los condenan a muerte», explican, enlazando de nuevo su estrategia de atracción electoral con la inmigración. Fuentes del partido recuerdan que Alice Weidel, la líder de Alternativa por Alemania, el partido de ultraderecha del país germano, es una lesbiana declarada con dos hijos.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión