Garantías para Ucrania
El apoyo redoblado y conjunto de EE UU y Europa debe librar al país invadido de cesiones territoriales e integrarlo en la UE y la OTAN
Después de la cumbre en Alaska, la narrativa rusa sobre la guerra en Ucrania se había apoderado de tal modo del ánimo del presidente de ... Estados Unidos que obligó a Europa a movilizarse. A los aliados de Volodímir Zelenski no les quedó otra alternativa que embarcarse en un movimiento arriesgado: acompañar al dirigente ucraniano en su comprometido regreso del lunes al Despacho Oval. El riesgo cierto de que, después de resistir la invasión durante tres años y medio, los ucranianos se vieran definitivamente abandonados por Washington no podía descartarse. Ya le ocurrió al Gobierno afgano con los talibanes, con Trump en la Casa Blanca.
La comparación entre la cálida bienvenida dispensada al autócrata ruso en Anchorage y el recibimiento a Von der Leyen, Merz, Macron, Starmer, Meloni, Stubb y Rutte, a cargo de la jefa de Protocolo, volvió a retratar el desvarío de una Administración que se ufana de imponer sus propias reglas. Pero tanto el encuentro cara a cara de Zelenski con Trump, como la reunión de ambos con los dirigentes europeos y de la OTAN, consiguieron equilibrar al menos la batalla por el relato. Una pugna por el favor de un único oyente, que pudo comprobar sobre un mapa, quizá por primera vez, lo que trata de imponer Rusia a Ucrania con la aparente aquiescencia estadounidense.
Es cierto que al republicano le faltó tiempo para telefonear al Kremlin, en plena reunión con los europeos. Pero EE UU parece decidido a impulsar y participar, en el seno de la Alianza Atlántica, en un camino todavía difuso para ofrecer a Ucrania garantías de seguridad contra nuevas embestidas rusas, en caso de un fin de la guerra todavía lejano. También que se cobrará cara su posible protección aérea, con la venta de 90.000 millones en armamento que pagarán los europeos; una nueva muestra de la diplomacia extractiva que la Administración Trump dispensa incluso a sus mejores aliados.
El objetivo común es defender una Ucrania soberana, integrada en la UE y en la OTAN, sin cesiones territoriales. El conflicto que desangra al corazón de Europa no puede acabar con la consagración de un movimiento ilegal de fronteras por la fuerza. El apoyo redoblado a los ucranianos, en todos los frentes, tiene que convencer a Putin de que no puede dar por ganado ni siquiera el territorio que sus tropas solo logran arruinar a su paso.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión