En vía muerta
Pedro Sánchez no puede alegar que la falta de resultados en la Conferencia de Presidentes celebrada ayer se debe a que Núñez Feijóo no le ayuda a dar sentido a la legislatura
La Conferencia de Presidentes celebrada en Barcelona tuvo lugar ayer en medio de una altísima tensión entre los dos partidos –PP y PSOE– que se ... reparten el gobierno de las instituciones de nuestro Estado, con una sintonía rebajada a mínimos en las relaciones entre el Ejecutivo central y la mayoría de los autonómicos. La insistencia de los representantes territoriales populares en reclamar al presidente Pedro Sánchez una pronta disolución de las Cortes, una demanda que también hizo suya la presidenta de Cantabria, María José Saénz de Buruaga, que acusó al Gobierno de andar tapando tramas de corrupción en lugar de gobernar, y la convocatoria por parte de Alberto Núñez Feijóo de una concentración mañana en Madrid bajo el lema 'Democracia o mafia', no auguraban un encuentro más constructivo. Especialmente después de que el Gobierno Sánchez optase por introducir literalmente en el orden del día todos los temas apuntados por las distintas autonomías hasta hacer de la conversación una sucesión de soliloquios imposible de reconducir hacia un texto resolutivo.
De modo que tanto las propuestas con las que Sánchez buscaba tomar la iniciativa tras los diez días de Leire Díez y las semanas de whatsapps –vivienda, educación, … – como las demandas de los presidentes autonómicos, una a una, quedaron automáticamente aparcadas en la vía mortecina de un diálogo ordinario inexistente.
Tampoco ayudó que la presidenta de Madrid decididera abandonar el encuentro. Isabel Díaz Ayuso avisó de que se plantaría en el caso de que el lehendakari o el president Illa, como anfitrión en Barcelona, no usaran «el español» y lo hizo. Una actitud que no todos los miembros de la familia del Partido Popular compartieron. De hecho, la jefa del Ejecutivo cántabro evitó entrar en polémicas cuando, tras la cumbre, le preguntaron al respecto. «Lo único que puedo decir es que yo he escuchado la intervención del resto de presidentes autonómicos con muchísimo respeto, a los que entendía, sin pinganillo, y a los que no entendía, por no conocer esa lengua, con pinganillo. Y no me genera ningún problema», explicó Sáenz de Buruaga evitando criticar a su compañera de partido pero dejando claro cuál es su postura al respecto.
Polémicas aparte, el discurso autocomplaciente en lo económico de Pedro Sánchez no sirve para eludir las dificultades que encuentra el Gobierno a la hora de aportar algo de su propia cosecha a los datos optimistas de la coyuntura. Otro año sin Presupuestos Generales del Estado, en parálisis legislativa y en un zurcido continuo del 'bloque de investidura'. Con la financiación de las autonomías convertida en una suerte de régimen providencial, el desencuentro permanente con el primer partido de la oposición, la improvisación recurrente de gestos en política exterior que no pueden confundirse con un liderazgo alternativo, junto a los tropiezos cada vez más perceptibles en el ámbito europeo.
Tras meses recurriendo al victimismo de sentirse acosado y perseguido por el PP, Pedro Sánchez no puede alegar que la falta de resultados de la Conferencia de Presidentes de ayer se debe a que Alberto Núñez Feijóo no le ayuda a dar sentido a la legislatura. Cuando ese es precisamente el motivo por el que en las democracias europeas se adelantan las elecciones.
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