El extraordinario legado de Paloma O'Shea

El éxito de Paloma O'Shea es también el de Santander y Cantabria, cuyos nombres ha llevado por todos los continentes, uniéndolos a la educación artística, al descubrimiento de jóvenes talentos y a una imagen de territorio con calidad de vida y valores universales. Por ello, en la hora del paso a un lado, debemos los ciudadanos de esta tierra responder con un mensaje de reconocimiento y de gratitud hacia Paloma O'Shea. Cantabria brilla especialmente en todo aquello que trasciende sus límites y alcanza eco internacional, sea en el patrimonio, los deportes, la ciencia o las artes. Y no hay duda de que uno de los pilares de la imagen cultural y artística de Santander desde hace cincuenta años ha sido el Concurso Paloma O'Shea, que ha recibido muchas colaboraciones, tanto locales como nacionales y extranjeras, pero que sobre todo se ha alimentado de la voluntad, la ilusión y la entrega de su fundadora.

En todo gran proyecto que aspira a una indefinida continuidad en el tiempo, los momentos del relevo son siempre los más delicados. Si Paloma O'Shea ha decidido dar paso a otro liderazgo, es porque consideraba que así se podía abrir un espacio adecuado para esa transición, que es tanto más delicada, cuanto que estamos hablado de la fundadora y de toda la vida del Concurso hasta la presente edición. Los cántabros ahora tenemos que estar dispuestos a preservar y desarrollar este legado extraordinario, que tanto aporta a nuestra Comunidad y a nuestra capital, en diálogo y cooperación entre Fundación Albéniz, administraciones y sociedad civil. Sin duda, el mejor homenaje que podemos rendir al trabajo de Paloma O'Shea es continuarlo al menos con tanta calidad como la que ella logró asegurar en todos estos años de éxito.