Ideas para la desescalada
El virus es el enemigo, pero planes hay. Toca decidir. El tiempo corre
El tiempo apremia y más ante el coronavirus. Lo primero es salvar vidas y dar apoyo a sanitarios y a todos los que garantizan nuestro ... día a día. Pero estando confinados, en Cantabria, por cada mes que se alarga esta situación, según diferentes escenarios, perdemos 1.370 euros anualmente por habitante. No toda ayuda pública es financiable ilimitadamente y la región acudirá más al endeudamiento y puede llegar un momento en el que no nos dejen sobrepasar ciertos límites desde Europa.
Dado que habrá fuertes caídas del PIB y de la recaudación fiscal y aumentos del déficit, al relajarse la regla de gasto y multiplicarse las transferencias de crédito, una estrategia sería minimizar tanto los errores cometidos al desconfinar y así subir los 'contagiados', como los errores de confinar a 'sanos' y así perjudicar a la economía. El primer error tiene el coste de poner a muchos 'contagiados' a trabajar, pero el beneficio es hacer que la economía no hiberne excesivamente para así no retrasarnos en la recuperación. Hay al menos cinco estrategias para desescalar la región una vez sabemos la experiencia comparada.
El primer plan sería desconfinar según el resultado de los test, pero hay problemas con eso ahora. El segundo 'abriría y cerraría el grifo' ('stop and go'), pero sólo funcionará si tenemos muchos inmunes (cosa que tampoco sabemos). La tercera idea es desescalar según la pirámide poblacional activa, dado que conocemos que el virus no está dañando a todos los grupos de edad por igual. El cuarto plan es el relativo a la segmentación geográfica, que en el caso de Cantabria tiene sentido dada nuestra dispersión territorial, aunque precisa de disciplina social y detallar las restricciones a la movilidad. La quinta opción es la segmentación sectorial, que descansa en el pilar de 'mirar pero no tocar' (distanciamiento social), con el peligro inminente de que el turismo y el verano están a la vuelta de la esquina y muchos extranjeros no vendrán como otros años. Varios investigadores llevamos tiempo apostando por una estrategia combinada de los planes 3, 4 y 5 al estilo de la gripe española de 1918. No descartamos los planes 1 y 2, pero no son del todo factibles ahora. Es decir, fijar el error de cuántos 'contagiados' se desconfinarían, pero minimizar el error de cuántos 'sanos' siguen confinados pues estos activan la economía. Frente a la incertidumbre al tomar decisiones, en el centro actual de la tormenta provocada por el virus valgan estas ideas para decidir con cifras, salvar vidas y la economía. El virus es el enemigo, pero planes hay. Toca decidir. El tiempo corre.
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