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Hubo un tiempo en que llegué a creérmelo. Valderredible abajo, todas las regiones, hasta el Mediterráneo, dependían de la esplendidez que mostráramos los cántabros con el agua del pantano del Ebro, que considerábamos nuestra. Revilla, incluso, envió un mensaje, entre «jocoso y amenazante», a ...

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