Borrar
Muros y columnas de la época romana Andrés Fernández
La vida en la era de los Césares en Cantabria

La vida en la era de los Césares en Cantabria

Las ruinas y una exposición permanente ayudan a explicar cómo vivían los romanos adinerados en la era imperial

Iratex López

Domingo, 9 de junio 2019, 08:11

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Se llamó Juliobriga en recuerdo a Julio César, padre adoptivo de Octavio Augusto. Cuando este último consiguió rendir a los cántabros en el año 19 a. C., inscribió con esas letras su homenaje al antiguo emperador. La «ciudad fortificada de Julio» fue el único de los nueve poblados cántabros digno de ser recordado por su desarrollo urbanístico, según palabras de Plinio el Viejo. Su actividad administrativa y ubicación estratégica tuvieron mucho que ver con ese crecimiento. Por allí pasaban las mercancías llegadas desde el Cantábrico camino de la Meseta y las que regresaban de la costa hacia el interior.

Casa Romana de Retortillo

  • Cómo llegar La aldea, perteneciente a Campoo de Enmedio, se encuentra a tres kilómetros de Reinosa.

  • Web www.turismodecantabria.com.

Juliobriga brilló entre los siglos I y II. Después comenzó su declive hasta quedar abandonada en la segunda mitad del siglo III. En ocasiones, lo que el tiempo borra lo desentierra el destino. Fue en 1768 cuando un agustino de nombre Enrique Flórez confirmó los afloramientos arqueológicos de Retortillo como pertenecientes a aquella antigua ciudad. Arrancaba así una carrera de estudios. El lugar acoge ahora una reconstrucción de la casa-domus denominada Casa de Los Morillos. A solo tres kilómetros de Reinosa, sobre una loma donde las vistas del embalse del Ebro rinden a los ojos como debieron rendirse los antiguos moradores de la zona a los romanos. La verdadera casa, excavada en la ciudad, perteneció a una familia de clase media-alta.

La exposición permanente permite adivinar cómo vivían aquellos habitantes del imperio. Muestra objetos recuperados durante las excavaciones arqueológicas. Para que nadie pierda detalle, la visita guiada se inicia con un audiovisual sobre antecedentes históricos y razones que empujaron a fundar la ciudad. Los participantes caminarán por las estancias de una casa romana. Sentirán su lujo, los colores intensos y murales que decoraban aquellas paredes, la belleza de los suelos de mosaico. Discurrirán a través del atrium, el codiciado patio interior. Por el lararium, altar en el que adorar a los dioses. La culina, cocina que rendía pleitesía al estómago. El triclinium, salón-comedor destinado a las reuniones. El cubiculum, dormitorio donde descansar. Y la tabernae, tienda expuesta para comprobar de qué manera se hacían las compras por entonces.

Estancia recreada en el centro de interpretación de Juliobriga
Estancia recreada en el centro de interpretación de Juliobriga

De las piedras reales que levantaron aquella villa hoy se conoce solo una pequeña parte. Dos calles principales, cardum y decumanum, parte del foro y los cimientos de un templo consagrado al protector de Roma, Júpiter, y al fundador de la ciudad, Augusto. La visita al yacimiento es libre, las características urbanas se habrán explicado durante la visita a la Domus.

Sabrás ya que existen restos de un barrio de clase baja donde se apelotonaban estructuras de 15 a 35 metros cuadrados en las que convivían personas y animales. Su nombre deja clara la ausencia de lujos: casae o tuguriu. Algo más lejos los más ricos vivían mejor, como puede intuirse al observar los cimientos de la Casa de los Morillos y la de los Mosaicos. Ambas tienen cerca de 700 metros cuadrados, medida modesta teniendo en cuenta que en 'La Llanuca' se levantaron las grandes casas de 1.200 metros cuadrados, pertenecientes a los más poderosos. Siempre hubo clases.

Excavaciones

Si tras la visita quedan ganas de seguir indagando en el mundo romano, los turistas pueden acercarse hasta el Arqueositio cántabro-romano de Camesa-Rebolledo, a 20 kilómetros al sur de Reinosa. Las excavaciones descubrieron un asentamiento de los siglos I al III. Después fue abandonado, pero renació como necrópolis en dos momentos históricos, con los visigodos, a finales del siglo VI e inicios del VII, y en la Edad Media, a partir del siglo VIII. Entre las estructuras descubiertas destaca una casa del siglo I con instalación termal y un tramo de calzada cercano. Parece que la villa era una lujosa casa de campo o una residencia cercana a las inmediaciones de algún núcleo urbano. El paseo es guiado y la zona cuenta con un centro de interpretación donde se explican la ocupación del valle y las Guerras cántabras.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios