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Lynn y Don Cutrell, dos céltigos de Alabama enamorados de las Guerras Cántabras. Nacho Cavia
Las Guerras Cántabras conquistan Estados Unidos

Las Guerras Cántabras conquistan Estados Unidos

Los Corrales de Buelna ·

Una pareja norteamericana participa en la fiesta de Los Corrales | Enamorados de Cantabria, ambos cruzan medio mundo para integrarse en la recreación «por el ambiente, la gente y por poder vivir la historia»

Nacho Cavia

Los Corrales de Buelna

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Viernes, 31 de agosto 2018, 07:33

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Atravesar medio mundo para disfrutar de una fiesta es toda una aventura (una locura diría más de uno), más cuando el idioma es distinto y apenas se conoce a la gente que participa en esa celebración. Pero el amor es lo que tiene, y cuando alguien se enamora, no hay distancias ni barreras que lo detengan. Eso es lo que les ha sucedido a una pareja estadounidense, de Alabama, en concreto. El año pasado estuvieron en Los Corrales de Buelna disfrutando como invitados de las Guerras Cántabras y este año han repetido ya como participantes con pleno derecho.

Don Cutrell y Lynn Sharp Cutrell son un matrimonio residente en Fairhope (Alabama, EE UU), una localidad semejante a Los Corrales, con unos 12.000 habitantes. Los Cutrell eran amigos de la familia de acogida de una joven corraliega que participaba en un intercambio, Isabel de la Fuente, y eso desembocó en que Lynn visitara Cantabria en junio de 2017, se enamorara de la tierra y trajera a Don, dos meses después, a ver cómo era aquello de las Guerras Cántabras. La chispa prendió y ambos solicitaron formalmente la entrada en la tribu de los Céltigos, uno de los grupos integrantes de la recreación histórica, para poder participar, como así es su intención, los próximos años.

Programa de este viernes

  • 18.00 h. Inauguración del Macellvm (mercado de época) junto al campamento festero.

  • 21.00 h. Entrega de la Tessera Viridis en el Circo Máximo.

  • 21.15 h. Reunión del Consejo de Tribus para declarar la guerra a Roma y nombrar a Corocotta como caudillo, todo ello en el Circo Máximo.

  • 21.30 h. Oráculo de los Dioses cántabros.

  • 21.45 h. Marcha de las Antorchas desde la plaza de la Constitución al Circo Máximo.

  • 22.00 h. Llegada de los insurrectos a Cantabria.

  • 22.30 h. Devotio cántabra.

Cuando se les pregunta sobre qué les mueve a atravesar 7.000 kilómetros para participar en la fiesta tienen muy clara la respuesta: les gusta «el ambiente, la gente, el poder participar de lleno en una fiesta así, no ser solo turistas, vivir la historia». Les sorprende que varias generaciones se unan para ello y «el trabajo que todos ponen para dar autenticidad a la celebración, la unión de todo un pueblo».

Lo cierto es que reconocen que se sienten «muy afortunados de que les hayan acogido de la forma que lo han hecho los Céltigos para participar en la fiesta como uno más de la familia». En cuanto al idioma, cuentan con Isabel como traductora y, cuando no está, con Google. Pero se han comprometido a mejorar sus conocimientos de español. De hecho Lynn se ha apuntado a clases universitarias y el «promete solemnemente» mejorar el castellano para el año que viene.

Lo que más les sorprende de la fiesta corraliega es «el gran trabajo que supone, la autenticidad», dice Lynn. A Don es «lo que consigue un pueblo pequeño unido para hacer una fiesta tan grande». Lo que menos les gusta, la escasa limpieza y la falta de baños, pero reconocen que es lo mismo que pasa con otros grandes eventos.

La madre de Isabel, Ruth Huelga, sitúa esa historia de amor. Recuerda que su hija hizo un año de intercambio en Alabama, en una familia amiga de los Cutrell. Isabel regresó y a los dos años, en junio de 2017, vinieron a verla acompañados por Lynn, que se enamoró de Cantabria de forma inmediata. Ese mismo año convenció a su marido para visitar de nuevo Cantabria y participar como invitados en las Guerras Cántabras, incluso se vistieron para el gran desfile general. «Nos sentimos tan integrados, tan felices, que fue fácil decidir que queríamos volver». Pidieron permiso para integrarse en la tribu y ya son dos más, pagando sus cuotas respectivas y completamente ataviados.

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