Patrimonio estudia incluir en la lista de bienes inventariados la iglesia de Bolmir

La reciente noticia de las cigüeñas que querían hacer su nido en la Espadaña del templo a proteger, y que data de la primera mitad del siglo XII, ha arrojado a la luz el hecho de que aun no está inventariada como otras que si lo están en el catálogo de templos con algún tipo de protección (BIC o BIL) eso ha llevado a la directora general de Patrimonio del Gobierno de Cantabria, Zoraida Hijosa, a encargar esta semana el estudio para incluir a la iglesia en el puesto relevante que se merece.

Lo curioso del caso es que la mayor parte de los vecinos de la pequeña pedanía campurriana ya creían que estaba protegido, pero solo tiene el grado que se le da al románico de por sí, pero no es aún un Bien de Interés Cultural o Local como tal, lo que elevaría su grado de protección.

Galones no le faltan al templo en el que las cigüeñas anidan, ya que está considerada como uno de los mejores exponentes del sur de Cantabria en románico erótico. Y es que a pesar de algunas reformas que ha sufrido la iglesia a lo largo de muchos siglos de historia, sigue conservando una preciosa portalada con tres arquivoltas y algunos de los canecillos que representan las típicas escenas sexuales que tan famosa han hecho a la colegiata de Cervatos, esa sí protegida con la categoría de monumento.

En Campoo de Enmedio, según explicaba la dirección de Patrimonio, además de Cervatos está declarada como BIC Santa María de Retortillo y como zona arqueológica, Julióbriga y los castros romanos. Además, este año se ha iniciado el trámite de zona arqueológica también para el entorno de la iglesia de Retortillo.

Como a las cigüeñas, el pueblo de Bolmir también tiene mucho apego al templo, tanto que los vecinos siempre han colaborado en su mantenimiento.