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Santiago Casares muestra los desperfectos que el impacto con el oso causó en su vehículo. P. Álvarez
Un vecino de Vejo atropella a un oso en Vega de Liébana

Un vecino de Vejo atropella a un oso en Vega de Liébana

El animal, que le sorprendió cuando circulaba por la Nacional 621, escapó por el acceso a unos prados junto al pueblo de La Vega

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Miércoles, 1 de agosto 2018, 07:16

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Durante estos últimos meses ha sido constante la presencia de ejemplares de oso pardo que han sido avistados en diferentes localidades de la comarca lebaniega, cada vez más cerca de los pueblos o incluso, en el interior de los mismos. Lo que no se imaginaba Santiago Casares, vecino de Vejo, en el municipio de Vega de Liébana, es que la noche del pasado lunes iba a atropellar a un ejemplar «grande» que le salió al paso cuando circulaba por la Nacional 621 en dirección a su localidad.

Aún nervioso por lo acontecido y en el lugar donde sucedieron los hechos, Casares recordaba el encuentro con el oso: «Había bajado desde mi pueblo de Vejo, que se encuentra en la zona alta del municipio, hasta la localidad de La Vega y ya era de noche cuando cogí el coche, un vehículo todoterreno, para regresar de nuevo a mi casa. Eran aproximadamente las 22.30 horas cuando había pasado junto a las últimas casas de La Vega, poco después de la báscula para pesar los camiones, y al acabar de salir del término municipal, en una de las primeras curvas de la Nacional, entre La Vega y Vada, algo que vi bajar de repente por una ladera del monte en la margen derecha de la carretera, entre los árboles, me impactó contra el vehículo en la aleta derecha».

Sorpresa inicial

Casares pensó en un animal del monte en un primer momento, quizá un jabalí, pero tardó en poder reaccionar y lo que nunca se le vino a la cabeza en ese instante es que hubiera atropellado a un ejemplar de oso pardo. «Fue un momento de duda y de tensión», dice. «Miré hacia la izquierda de la carretera y vi que un animal de gran tamaño empezaba a bajar por un camino que se encuentra entre los prados al otro lado de la carretera. Enseguida pude ver la silueta inconfundible de un oso pardo. En ese momento uno se queda bloqueado y no asume lo ocurrido hasta pasados unos minutos».

El vecino de Vejo pudo comprobar enseguida los desperfectos que el impacto contra el coche del oso había causado. «Menos mal que iba en un todoterreno y no en un turismo, porque no sé lo que me habría pasado en ese caso. El golpe principal fue contra el foco delantero izquierdo, que lo rompió, así como la defensa del coche que se desprendió».

Ayer, Casares volvió a recorrer el camino estrecho por donde bajó el ejemplar del oso pardo, que en un tramo discurre junto al río Quiviesa, y en el que todavía se podían contemplar evidencias del paso del ejemplar, ya que en la alambrada del prado se localizan pelos de haber pasado más de una vez por ese lugar y las huellas se encontraban junto al río.

Presencia constatada

«Este es un oso, que según he podido saber por la guardería, lleva un tiempo recorriendo esta zona, de un lado de la carretera al otro y hasta vecinos del pueblo de Pollayo, lo han visto cerca de aquí», relata Santiago Casares, que añade que «cruza el río Quiviesa y pasa al otro lado donde hay fincas que tienen árboles frutales».

Casares denunció los hechos a la Guardia Civil del cuartel de Potes, así como ante la guardería de Montes y ante la Fundación Oso Pardo y después de que tasaran los daños sufridos en el coche, por parte de un taller mecánico, espera que se lo abonen. «Ya que me han dicho que como es una especie protegida me pagarán los desperfectos. Espero que sea más pronto que los sufridos por otro ejemplar que hace un mes me destrozó quince colmenas en mi pueblo, y aún no me han abonado las pérdidas sufridas», relata el vecino de Vejo con ciertos tintes de resignación.

Los encuentros con los osos, cada vez más frecuentes

No es el primer encuentro que un vecino tiene con el oso pardo o evidencias de su presencia en los montes y pueblos de Liébana en los últimos tiempos. Hace unos días, Santiago Cuevas, de Cobeña, encontraba los restos de un ejemplar muerto en el interior de una tubería cerca del pueblo; el alcalde de Cabezón de Liébana, Jesús Fuente, cuando bajaba en su coche de noche desde la localidad de Luriezo, casi atropelló a otro ejemplar que cruzó la carretera por delante del mismo. En esa misma zona, durante la prueba de un rally automovilístico, un oso salió de repente a la carretera, cerca de Cambarco, ante el asombro de los espectadores, y cerca de allí se tuvo que capturar al oso Beato, que sufrió una herida en una pata y hubo que llevarle a un centro de recuperación. Finalmente, en los pueblos de Llayo y de Tama, dos osos estuvieron varios días comiendo cerezas y cruzando las calles, ante la sorpresa y asombro de los vecinos.

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