Un patio con múltiples huellas artísticas
Alumnos de tercero de la ESO del Instituto Manzanedo se vuelcan en pintar los últimos espacios del muro interior, quedando pendiente remates para el próximo septiembre
En el instituto Marqués de Manzanedo se han vuelto a poner manos a la obra. Por tercer curso consecutivo han echado mano de las brochas y los botes de pintura para continuar dando color al muro interior del patio. Una nueva remesa de alumnos están dejando su huella en este gran lienzo, al que solo le restan los últimos retoques para estar concluido.
«Ahora estamos inmersos en la tercera fase y quedarán unos detalles finales que los tendremos terminados para septiembre y octubre. Hemos preferido no correr y dejarlo bien acabado», explica Pedro Linares, profesor de Educación Plástica y Visual del centro. Es el alma mater de este proyecto. La persona que se lío 'la manta a la cabeza' para dejar en el olvido un patio con las paredes «grises y con moho» y convertirlo en un espacio saneado del que brota vida y energía. Para este docente no es una experiencia nueva. A lo largo de sus tres décadas en la enseñanza siempre ha apostado por este tipo de trabajos artísticos en grupo porque supone poner la guinda a la asignatura de Plástica que imparte en el aula y por los valores que se transmiten.
Este curso, los artistas en potencia son los estudiantes de 3º de la ESO. Ellos se enfrentan a un mural bastante avanzado por lo que se vuelcan en pintar los huecos que quedan vacíos. En uno de ellos, aún en blanco, Linares tiene previsto que plasmen el retrato del Marqués de Manzanedo, que financió este centro, «a modo de homenaje con nuestro fundador».
«Se trata de una experiencia artística de primer orden, que les va a quedar marcada para toda su vida»
Pedro Linares | Profesor de Plástica
No será el único personaje histórico local presente. Una parte del gran mural se ha reservado para poner en valor la figura del navegante y cartógrafo santoñés, Juan de la Cosa. Lo han hecho pintando un nocturlabio y su nao. «Es una interpretación que ha realizado uno de los alumnos del monumento que hay en el paseo marítimo a Juan de la Cosa». Se enmarca dentro de una temática regional con otros símbolos del mar, la playa y la montaña y de la comunidad de Cantabria como el lábaro. Si echas un vistazo al conjunto se deduce una cierta narrativa visual que empieza en un lado con el «Marqués que fundó el colegio para que los niños pobres pudieron prosperar gracias a la educación. Seguidamente, se representa una especie de viaje para mejorar que llega hasta las columnas de Hércules - pendientes aún de dibujar - y Juan de la Cosa, que triunfa descubriendo el nuevo mundo. Refleja el camino que tienen que hacer estos chavales hacia su futuro».
Lo cierto es que es un patio un poco de todos porque muchas de las ilustraciones guardan relación con la vida de los propios alumnos. Uno de ellos, ha pintado una barca africana haciendo referencia a sus orígenes. «Es de Senegal y llego prácticamente sin saber nada de castellano». Justo al lado ha captado la imagen de una tortuga que guarda relación con «el viaje que haces a otro lugar». Otra estudiante musulmana ha escrito una frase en letras árabes con un boceto inspirado en su país. Y también está plasmada la estela gitana pues una parte del alumnado pertenece a esta etnia. Todos han podido dejar su huella. «He buscado la manera de llevar al muro aquello que puede tener un significado y un sentido que les represente».
«Es una iniciativa que llama mucho la atención. Me gustaría que se hicieran más proyectos así»
Josu | alumno
Como adolescentes que son hay un toque lúdico con siluetas de personas haciendo deporte y en monopatín que se entremezclan con el lado académico en el que están inmersos actualmente en sus vidas, que se representa con lápices de colores. Son diseños que previamente han bocetado en clase y de los que, luego, el docente ha seleccionado los más interesantes y viables para llevar a la práctica. Este trabajo en el exterior es el fruto de lo que han aprendido en los últimos meses en el interior de clase en la materia de Educación Plástica y Visual. «Es una asignatura con tres partes diferenciadas. Una es el lenguaje visual, saber leer las imágenes, la otra, saber escribirlo, las técnicas pictóricas, y la última, saber mostrarlo y qué mejor manera que en la propia calle».
Para enfrentarse a este tipo de proyectos, Linares reconoce que «hace más falta un cierto grado de madurez del alumnado que de técnica artística», porque lo segundo se aprende y lo primero exige «responsabilidad para controlar el asunto y no tirar la pintura al suelo, ni manchar al compañero, pero están en esa fase y lo asumes. Todos los días vuelvo a casa pintado», cuenta sonriente.
Trabajo colectivo
Lo «más interesante» de esta iniciativa es el trabajo colectivo porque los escolares aprenden algo fundamental que es que «cuando las cosas se hacen en grupo, mejoramos todos». Además, pintar un espacio que disfruta todo el instituto es una motivación extra. «Es una experiencia estética de primer orden, que les va a quedar marcada para toda su vida». Ellos son los auténticos y únicos protagonista lamentando el profesor que el Ayuntamiento de Santoña «no ha querido colaborar en absoluto».
Absorto de todo lo que sucede a su alrededor está Josu, un estudiante de 4º de la ESO, concentrado en dar forma a su dibujo. Cuenta que lo empezó el año pasado y le quedaron pendientes algunos detalles. «El año que viene ya no voy a estudiar aquí y no quería marcharme sin acabarlo sí o sí este curso». Ha pintado la silueta de un chico que «es mi amigo Juan» y alrededor lo ha decorado con fórmulas, años, letras, círculos... «He dejado mi huella aquí para siempre», dice orgulloso. Se muestra encantado con la iniciativa y «me gustaría que se hicieran más proyectos así». Confiesa que su propósito es estudiar en un futuro la carrera de Bellas Artes por lo que «esto es algo que me llama mucho la atención y me parece muy bonito. Quiero que el arte sea mi vida».
El profesor le mira con satisfacción. No es un caso excepcional. «Todos los que han empezado un dibujo han hecho lo posible para terminarle». Calcula que por el muro han pasado entre 250 y 300 chavales. «En este momento todos los alumnos que están en el centro estudiando, desde 3º de la ESO hasta 2º de bachillerato, han pintado. Una generación del instituto está reflejada aquí»
En una esquina, varias chicas están pintando la parte trasera de la puerta metálica del patio. Ahí, señala Linares, irán las firmas de los alumnos que han intervenido.
Al contemplar las paredes destacan por su calidad y belleza dos pinturas artísticas. Sus autores son Joel Arroyo y Renzo Brambilla que fueron invitados por el profesor a colaborar en esta idea, que será inaugurada oficialmente en el trimestre del próximo curso coincidiendo con la jubilación de Linares. Una despedida con la que dejará huella.
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