Derriban la iglesia de San Pablo, en la calle del Monte, por su avanzado deterioro
El edificio estaba desacralizado y el año pasado se cayó el tejado. Al encontrarse dentro de una urbanización, es la comunidad de vecinos la responsable de la obra
Llegó el final de la iglesia de San Pablo, en la calle del Monte de Santander, que llevaba varios años agonizando sin remedio tras ser ... desacralizada (desacralizar es quitar el carácter sagrado) hace cerca de una década. Al estar localizada dentro de una urbanización privada, es la comunidad de vecinos la que ha tenido que tomar la decisión de derribarla. El año pasado ya se hundió la cubierta, que por suerte lo hizo hacia dentro y no cayó ningún cascote a la acera. De todos modos, los bomberos acordonaron la zona por cuestiones de seguridad. Ahora, la maquinaria y los operarios demuelen lo que queda de ella, de la que apenas queda rastro del tejado y es poco más que paredes. Desde la asociación de vecinos de La Amistad, su presidente, Adolfo Vázquez, lamenta el abandono de esta iglesia a raíz de la reestructuración que concentró la actividad religiosa de esta zona en la Colonia del Mar, en el paseo del General Dávila. A partir de ahí y en apenas diez años, el inmueble se ha ido degradando hasta la práctica desaparición.
La iglesia de San Pablo «ha tenido mucha vida», recuerda Vázquez. «Que se dejasen de dar misas trajo cola y hubo mucho lío porque en estas calles –la asociación que lidera Vázquez es de la calle Juan José Pérez del Molino– hay mucha gente mayor que no puede subir hasta General Dávila. Se pidió por todos los medios que la actividad siguiera porque en esta zona hay unos 700 vecinos, pero no hicieron caso». Además, forma parte de la historia de sus vidas, una parte que se pierde para siempre. «El 99% de la gente de mi edad hizo ahí la comunión», lamenta este vecino.
La actividad religiosa de esta zona se concentró en la Colonia del Mar y, desde ese momento, esta iglesia fue degradándose
Esta iglesia era, en realidad, la capilla del convento de las oblatas, que se derribó para construir viviendas. Del paso de estas religiosas por este barrio solo quedó este inmueble color mostaza que en pocos días pasará a la historia. Como los terrenos se vendieron a la constructora que levantó lo viviendas, la iglesia –dentro del mismo terreno– tras perder su carácter religioso pasó a ser propiedad de la comunidad de vecinos y por eso son ellos los encargados de su derribo.
El tejado de la iglesia se cayó hace justo un año, en septiembre de 2024. «Se veía venir», contaron entonces algunos vecinos. «Gracias a Dios cayó hacia dentro, porque el temor que teníamos era que se desplomara cuando pasara alguien». El edificio presentaba claros síntomas de abandono y acabó pasando lo que decían. Hasta allí se trasladaron los bomberos municipales a comprobar lo ocurrido y apuntaron que algunos muros exteriores presentaban grietas y estaban desplazados. Por eso, hicieron una revisión desde un vehículo de altura y procedieron a precintar la cara norte, en la calle Juan Jose Pérez del Molino. Además, junto a la Policía Local, se colocaron vallas por seguridad.
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