Los expertos reclaman un Plan de Urbanismo «ágil y flexible» para la Santander del futuro
Santander no dispondrá de un nuevo Plan General de Ordenación Urbana hasta 2030, en el mejor de los casos y si no aparecen problemas | El documento 'Santander, hábitat futuro', elaborado la pasada legislatura, debe inspirar el nuevo planeamiento urbanístico
En el mejor de los casos, y contando con que no aparezcan problemas ni obstáculos en el horizonte, Santander no dispondrá de un nuevo Plan ... General de Ordenación Urbana (PGOU) hasta 2030, un proyecto que acaba de dar un paso adelante después de que el Ayuntamiento haya sacado a licitación la redacción del nuevo documento, con un presupuesto de 2,3 millones y la previsión de que pueda contarse con un equipo responsable de su elaboración a final de año.
Decir que un PGOU establece la normativa para el desarrollo urbano de un municipio podría dar la idea de que se limita a indicar dónde se puede construir y dónde no. Demasiado simple: no se trata simplemente de un proyecto de urbanización, sino de diseñar cómo será la ciudad del futuro.
A trancas y barrancas, Santander ha seguido avanzando estas últimas décadas con un Plan de Urbanismo que data de 1997 y que ya acumula dos centenares de modificaciones puntuales. La razón de esta prolongada vigencia habría que buscarla en la incapacidad de aprobar otro nuevo más que en la calidad visionaria de este PGOU. De hecho, en 2012 se aprobó un nuevo plan, que cuatro años más tarde se reveló fallido después de que los tribunales consideraran que no garantizaba el abastecimiento de agua a su población –proyectada para 260.000 habitantes–, tras la anulación del bitrasvase del Ebro. El Ayuntamiento volvió a trabajar para dotar de un nuevo PGOU a la capital entre 2016 y 2019, cuando las elecciones dieron la entrada en el equipo de Gobierno a Ciudadanos que, al hacerse cargo de las competencias municipales de Urbanismo, apostó por un nuevo enfoque, desechando ese plan.
'Santander, hábitat futuro' fue el fruto de un proceso de consulta pública con el objeto de decidir el modelo de ciudad. Se trata de un extenso estudio que debía marcar las pautas de un futuro PGOU, que perseguía un urbanismo ágil y flexible, capaz de adaptarse a los cambios, y que propugnaba un desarrollo sostenible, más centrado en la regeneración que en el crecimiento, y que ponía el foco en la mejora de la calidad de vida de los santanderinos. Ésa, se supone, será la base del nuevo PGOU.
Antonio Bezanilla, arquitecto y director de Urbanismo en la pasada legislatura, habla del «urbanismo regenerativo» contenido en ese informe, del que es responsable, que debía contribuir a la actualización del planeamiento para adaptarlo a la normativa y las necesidades cambiantes. «Se trata de organizar los crecimientos futuros de la ciudad y su esquema mental a partir de corredores verdes, una trama transversal que servía para que la ciudad se volcase un poco hacia otros aspectos no habituales».
Más allá de la gestión económica del suelo, introducía otros elementos de desarrollo, como la regeneración ambiental o el concepto de la ciudad de proximidad, esa 'ciudad de quince minutos', «más policéntrica y en la que el ciudadano disponga de todos los servicios en un entorno inmediato», explica el urbanista.
«Entiendo que todo lo que estaba en el documento de 'Santander hábitat futuro' es interesante, y de una forma u otra se tendrá en cuenta en la redacción el próximo Plan General. En teoría, dentro de los pliegos se ha dicho que ese modelo al que se dio forma sería una de las referencias, aunque seguro que no al 100%».
Las opiniones
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Antonio Bezanilla | Urbanista «Debe ser una ciudad más policéntrica, con los servicios en un entorno inmediato»
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Román San Emeterio | Arquitecto «Un plan debe tener miras a medio plazo que puedan ser sustituidas con rapidez»
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David Moroso | Promotor «Un plan no consiste en desarrollar un solar, consiste en desarrollar una ciudad»
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Rafael Casuso | Mesa de Movilidad «En este momento, toda la ciudad es únicamente para los coches»
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David Añíbarro | Paisajista «Si el nuevo Plan sólo piensa en viviendas, será un plan con minúsculas»
El trabajo plantea un modelo de ciudad atravesada por corredores verdes que ayudan a hacerse una imagen mental de la ciudad como una gigantesca mano con la palma abierta. Como explica el estudio, se trata de «un modelo que devuelve el equilibrio al territorio urbano, y hace compatible la prosperidad económica y social con la naturaleza», y propone «una ciudad circular, sostenible, resiliente, vertebrada, próspera, vital e inclusiva».
«Santander no es la ciudad de España con el planeamiento más antiguo: Barcelona tiene uno que lo es aún más, pero tienen una idea muy fuerte de su estructura urbana. Aquí quizás se podría dar vuelta a ese concepto general; la ciudad interior quizás no sufriría grandes cambios, las calles centrales, aunque sí podría cambiar la idea de las supermanzanas. Si empezamos a pensar en calles con menos tránsito de vehículos y menos aparcamientos, quizás podría haber más arbolado. Todo es susceptible de transformarse», apunta Bezanilla.
Algo más que suelo
El nuevo PGOU no puede aspirar simplemente a facilitar suelo para levantar el mayor número de viviendas, advierte el paisajista David Añíbarro, sino que debe tener presentes «los cambios ya patentes en el medio ambiente, en las necesidades de una ciudadanía cambiante y, en definitiva, desarrollar la ciudad hacia unos objetivos que permitan a la población crecer y desarrollarse en unas direcciones claras, en todos los sentidos».
«El suelo a desarrollar debe ayudarnos a mitigar, a amortiguar los posibles cambios en el medio ambiente que se están dando, los suelos deben ser más permeables, se deben poder reutilizar las aguas pluviales y no simplemente encauzarlas dando su salida al mar; esos suelos permeables deberían poderse conectar con zonas verdes y permeables existentes, conectando a la vez más zonas verdes», sostiene. Sugiere que el suelo a desarrollar esté dispuesto en «grandes cinturones verdes longitudinales, que estuvieran conectados transversalmente también por zonas verdes y permeables que a su vez pudieran conectar con diferentes espacios verdes ya existentes, generando la infraestructura verde de la ciudad, ahora inexistente».
«El desarrollo de ese suelo debe cumplir la regla 3-30-300, que un ciudadano pueda ver tres árboles desde su ventana (no tipo caramelo con palito, un árbol seleccionado por género y especie por un verdadero profesional del paisaje), que su barrio tenga un 30% de cobertura verde y que un parque o zona verde amplia esté a menos de 300 metros. Esta regla ayuda a un desarrollo armónico y equilibrado pudiendo potenciar y aportar parte de las soluciones al bienestar y desarrollo necesario de una población cada día más mayor y con una gran falta de natalidad». «Una ciudad es un ecosistema artificial donde deben convivir muchas especies además del 'ciudadano'. Si el nuevo PLAN sólo piensa en viviendas no será bueno, será un plan en minúsculas».
«Flexibilidad» es la clave que debe tener el próximo PGOU santanderino, en opinión de Román San Emeterio, decano del Colegio de Arquitectos de Cantabria. «Hemos visto que en los últimos años las exigencias climáticas y sociales nos obligan a realizar cambios rápidos que los planeamientos ahora no permiten». El concepto de sostenibilidad es otra exigencia en cualquier plan actual, teniendo siempre presente que éste no debería redactarse «con vocación de eternidad». «Los planes caducan y hoy quizás antes que los anteriores, porque las sociedades cambian más rápido; deben tener miras a medio plazo y que puedan ser sustituidas con rapidez». «Es necesario que los dirigentes lo tengan presente: a pesar de que los planes sean tan costosos de hacer, son provisionales, aunque no lo parezca».
¿Cómo debe ser ese nuevo planeamiento? En opinión de San Emeterio, ha de «incorporar calidad de la arquitectura, y no sólo de la construcción. Tenemos una ley de ordenación de la edificación que habla de la calidad y prestaciones de los edificios, con normas técnicas de calidad constructiva, y también una ley de arquitectura: una mejor arquitectura contribuye al desarrollo de las personas, a su salud física y mental. La arquitectura es tu habitación, la casa donde vives, el edificio en el que está, y también tu calle y tu ciudad. Delimita tu desarrollo personal».
«En los procesos de decisión municipal hay que promover esa calidad, con concursos públicos de ideas, licitaciones, participación... con más dinámica de sociedad que de plan general. El nuevo planeamiento de Santander debe tejer relaciones interesantes con el puerto, esa relación ciudad-puerto, porque forma parte de ella, aunque es algo complicado de gestionar en el PGOU al tratarse de terrenos fuera de ámbito; también es necesario conseguir que la ciudad sea refugio climático, con una planificación que atienda a quienes viven en ella y a quienes la visitan, en ese orden. Y tiene que gestionar la infraestructura verde, teniendo en cuenta no sólo lo que sucede por encima del suelo, sino también por debajo, que es mucho, y debe haber una conexión por debajo, atendiendo a la biodiversidad y a la fertilidad de los suelos».
Materia prima para construir
El promotor inmobiliario David Moroso coincide en la necesidad de redactar un plan flexible. «Un plan general contiene un montón de documentación, un montón de información que luego tienes que replicar una vez que desarrollas ya sean los sectores o las unidades de actuación. Para mí, ese plan tendría que ser ágil; abogaría por que los planes generales tuvieran unas aprobaciones exprés, con unos parámetros básicos que luego desarrollen las actuaciones del planeamiento, algo más flexible. Lo que le pediría a ese plan es que sea lo más ágil posible, sin saltarse los pasos necesarios: no sé hasta qué punto se pueden implementar las medidas de simplificación administrativa para su redacción».
Moroso es consciente de que un PGOU «no consiste en hacer ese solar que quedó ahí entre otros dos: consiste en desarrollar una ciudad», pero es también el instrumento necesario para generar «materia prima» para el sector de la construcción. «Actualmente las áreas de desarrollo de la ciudad están muy limitadas, y es necesario desarrollar nuevo suelo para permitir que se vaya extendiendo». Explica que en la zona norte no queda mucho suelo, y Santander tendría posibilidades de crecer hacia Santa Cruz de Bezana y en el área de San Román. «Habría que modificar lo que proponía el planeamiento en la zona de Monte, donde era complejo el desarrollo». A la vez, se muestra partidario de que actuaciones importantes, como, por ejemplo, el soterramiento de la vía del tren en Campogiro, fuesen recogidas en el plan, sin tener que recurrir a aprobaciones puntuales para ejecutarlo. «Se trata de hacer ciudad, en definitiva, de pensar cómo quieres que sea Santander los próximos 25 años».
A Rafael Casuso, miembro de las Mesas de Movilidad de Cantabria y de Cantabria con Bici, le gustaría que en la redacción del PGOU se repitiera la «transparencia y participación» que hubo en la elaboración de 'Santander, hábitat futuro'. «Se ha debido de meter en un cajón y olvidarse, cuando era un proyecto interesante y participativo».
Casuso lamenta que, actualmente, «la ciudad está preparada únicamente para los coches», algo que debería cambiar en el próximo plan. «En este momento, toda la ciudad es para los coches, no es una ciudad que se vea verde y viva. Con las bicicletas hacen de vez en cuando alguna cosita, pero aquí prima el turismo y quieren las bicicletas para dar un paseo por el muelle y Reina Victoria, no como una alternativa real de transporte». La lista de cuestiones pendientes en la asignatura de movilidad es larga: «Los coches circulan a mucha velocidad, y se incumple lo de la 'ciudad 30'; con los semáforos, los peatones tiene que estar saltando de isla en isla continuamente y esperando mucho tiempo; también se demanda una OLAverde para que puedan aparcar los residentes, pero siguen sin considerarlo, y tampoco se ve mucho interés en implantar las zonas de bajas emisiones, que ya llevan dos años de retraso. Todo esto demuestra que la ciudad está preparada únicamente para los coches».
Revitalizar la ciudad y atenuar los impactos del cambio climático

Evitar la dispersión urbana y revitalizar la ciudad existente y prevenir y reducir los impactos del cambio climático son dos de los objetivos que debe contemplar el nuevo Plan General de Ordenación Urbana de Santander, según se refleja en el pliego de prescripciones técnicas.
El listado de objetivos estratégicos que habrá de guiar la redacción del documento comienza con el de ordenar el territorio y hacer un uso racional del suelo, conservarlo y protegerlo.
La interacción entre el puerto y la ciudad también está recogida en esa relación, apelando a su relación histórica y a la necesidad de diálogo entre ambos entes para facilitar la identificación y diagnóstico de problemas que afecten a su convivencia.
Prevenir y reducir los impactos del cambio climático, potenciando la capacidad de Santander de adaptarse a los retos que se le planteen, y mejorar la resiliencia de la ciudad será otra de las líneas de actuación del próximo PGOU, que no olvida tampoco la necesidad de hacer una gestión sostenible de los recursos y favorecer la economía circular.
Hacer de Santander una ciudad de proximidad e impulsar la movilidad sostenible constituye otro de los propósitos del plan, tratando de que el ciudadano no se vea forzado a realizar grandes desplazamientos para atender sus necesidades diarias, al tiempo que se apuesta de forma decidida por una movilidad menos contaminante, con un menor uso del coche particular, en favor del coche compartido o autónomo y de la bicicleta. Santander habrá de liderar y fomentar la innovación digital, aprovechando el potencial del banco de toma de datos de que dispone la ciudad para obtener el máximo rendimiento a esta información.
Ayudar al desarrollo de la economía urbana, conociendo las dificultades que atraviesa actualmente el sector del comercio local, es otro de los requisitos del planeamiento, que no olvida que la capital cántabra tampoco es ajena al problema generalizado, común a todo el país, que supone la dificultad del acceso a la vivienda para buena parte de su población.
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