Una previa taurina a fuego lento

En una jornada más tranquila que la del día anterior, el calor ha hecho acto de presencia pronto y a los alrededores de Cuatro Caminos les costó algo más entrar en ebullición –aunque la calle Jerónimo Sainz de la Maza siempre cumple y acabó con las terrazas llenas– en este penúltimo día de Feria del Norte. Pero eso no es un problema porque siempre los hay que llegan preparados y con tiempo para pasarlo bien en la previa. Era el caso de Sergio Griñán y sus once amigos que le trajeron vestido de torero por su despedida de soltero –se casa en septiembre– . «Está preparado para tomar la alternativa. O se muere en la plaza o se casa», comentaban entre risas. Llegados desde Cuenca trajeron al novio para pasar el fin de semana y que disfrute de unas de sus aficiones como son los toros.

Una pasión que traspasa fronteras y en la que se puede encontrar aficionados que acuden de otros países como Francia y aprovechan la feria para acercarse al coso santanderino.

El kit de los asistentes sí que no cambia a lo largo de la semana, una bolsa para la almohadilla y una nevera para llevar las bebidas y el bocadillo: «Es algo imprescindible para venir a los toros, las tardes así hay que tomárselas con entusiasmo», explicaba Juan Manuel González. «Mi mujer viene preparada con el abanico y yo con un sombrero de paja para no notar tanto el calor». Aunque sí hay algo que lamentaba en tardes así: «Hay muy pocos chavales que vienen a la fiesta de los toros».

En la recta final de la feria, se encontraban a las puertas aficionados que no querían que acabase ya la temporada: «Se me va a hacer raro quedarme sin toros», contó Fulgencio López. «Es el penúltimo día con toros, no quiero pensar en que esto se acaba y toca esperar un año de nuevo». Los había que apuraban el helado antes de entrar a la plaza: «Hay que refrescarse que esto es largo».

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