Borja Jiménez
Este lunes torea por primera vez en Santander, en una plaza como la de Cuatro Caminos que cree que tiene un «encanto especial»
A Borja Jiménez (Espartinas, Sevilla, 28 de enero de 1992), el éxito le ha llegado a base de trabajo, banquillo, como él lo llama, y ... de un concepto del toreo muy definido por una personalidad forjada en una de las localidades más taurinas de España. Esta tarde torea por primera vez en Santander, en una plaza como la de Cuatro Caminos que cree que tiene un «encanto especial».
–Nació en Espartinas, tierra taurina por excelencia. ¿La afición le venía ya desde la cuna?
–Sí. Desde muy pequeño siempre he tenido mucha afición a los toros y desde muy chiquitito siempre llevaba un capote al colegio, tenía metido en la cabeza el toro.
–Como Rafa Nadal entre la raqueta y el balón, usted tuvo que elegir entre la muleta y el balón. Ganaron las telas.
–Sí. Cuando tenía de 12 o 14 años jugaba mucho al fútbol también, pero la muleta tuvo más fuerza que el balón. Como Nadal, yo también acerté.
–Se ha criado con un hermano un poquito más mayor que usted que también es torero. ¿La carrera de Javier le ha servido para aprender o para exigirse todavía más?
–Para las dos cosas, para aprender en el tema de la gestión y para exigirme. Mi hermano abrió la puerta grande de Madrid y apenas le salieron festejos, sé lo difícil que es y lo duro que es eso porque lo he vivido en casa. Mi hermano para mí siempre ha sido un referente y me ayuda mucho en mi día a día y hay muchas veces que él es el que tira de mí para poder dar un paso adelante.
–¿Qué es lo más duro del toreo: las cornadas, estar solo frente a frente ante el toro o los periodos sin torear?
–Cada cosa tiene su dureza. Es totalmente distinto una cosa de otra, pero al final la profesión de ser torero es muy dura, tanto cuando las cosas no salen como cuando estás toreando seguido. Cuando las cosas no salen porque quieres torear más y esa etapa de pasar por el banquillo se hace muy cuesta arriba y muy dura. Cuando estás toreando y estás en las ferias es otro tipo de dureza, es la dureza de la presión, la dureza de que tienen que salir de las cosas, de que te estás poniendo delante de la cara del toro día tras día. Pero es mejor vivir la dureza del torear, sin duda.
–El tipo de presión cambia, se pasa de la necesidad a la responsabilidad.
–Sí, tal cual. Cuando no estás toreando y te dan una oportunidad sabes que es la única que hay. Entonces aparece esa presión de que tienen que salir las cosas sí o sí. Y cuando ya ocupas un estatus en el toreo la presión es para mantener tu estatus y subirlo cada vez más. Al final lo que buscamos los toreros es tener la presión de estar en las ferias.
–¿Estar unos años con menos carga de toreo ayuda a gestionar posteriormente el éxito?
–Sí, porque sabes lo difícil que es llegar a tener éxito como torero. Y cuando ese éxito te llega, hay que saber gestionarlo muy bien y saber que en el momento que te despistas se te puede ir otra vez de nuevo.
–¿En qué ha cambiado como persona y como torero desde aquella alternativa en Sevilla en 2015 a la actualidad?
–En la parte personal no he cambiado absolutamente nada, soy exactamente igual que cuando no toreaba, invierto las mismas horas de entrenamiento, hago el día a día lo mismo, hago todo igual. Y a nivel profesional ha cambiado todo, de torear una corrida al año a tener firmadas más de cincuenta. Ahora realmente estoy feliz con la situación que estoy teniendo.
–Debutante en Cuatro Caminos, pero conocedor de la plaza y de la idiosincrasia de la feria.
–Sí, no he toreado nunca en Santander, pero la conozco. He visto muchos toros tanto en televisión como en directo y es una plaza que tiene un encanto especial, mágico, y muy bonita.
–Ha roto con el tópico que dice que al torero del sur le cuesta triunfar en el norte
–Sí, el año pasado en Bilbao corté tres orejas en Bilbao y entré fuerte en el norte. Ojalá que Dios me ayude para seguir creciendo en esta zona porque se están dando bien las tardes, eso es lo que voy a buscar.
–¿Cómo se desenvuelve con los antitaurinos para explicarles que tiene la profesión más bonita del mundo?
–Depende de con qué antitaurino te topes. Lo principal para poder conversar con alguno de ellos es la educación que tenga: he conocido a gente que no le gustan los toros con quien he tenido conversaciones interesantes. Con educación todo llega a un punto medio. Siempre que haya respeto y educación se puede entender mejor.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión