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Una mañana en el Mercado Romano
La tradicional iniciativa de la fiesta de los Santos Mártires de Santander vuelve un año más con 137 puestos de comida y artesanía
Santander se ha hecho a un lado para dejar paso a la Antigua Roma durante el fin de semana. La Alameda de Oviedo, la Plaza ... de Juan Carlos I y la calle Burgos se han convertido en máquinas del tiempo capaces de transportar a los curiosos que se aventuran en sus entrañas a una época lejana que, gracias al esfuerzo de los comerciantes, puede rozarse con la punta de los dedos. Un paseo sensorial que no deja a nadie indiferente. «Venimos todos los años, es tradición», contaban Conchi y María, madre e hija. «Nos encanta el ambiente, al final estas cosas dan vida a la ciudad». Y no se equivocan. El viernes, a las 11.30 horas, treinta minutos después de la inauguración oficial del Mercado de los Santos Mártires, el centro de Santander estaba a rebosar de gente. Para abrir la jornada, la alcaldesa Gema Igual, acompañada de Álvaro Lavín –concejal de Comercio y Mercados–, así como de vecinos y mercaderes de la zona, pasearon por la feria romana, saludando entre sonrisas y comentarios amables a los trabajadores y mostrando interés por una labor que, desde luego, no pasa desapercibida.
El aroma de los puestos de jabones y ambientadores artesanales creaba una atmósfera envolvente y difícil de olvidar, aunque los encurtidos, las cecinas de León y el resto de productos gastronómicos no se quedaban atrás. Para contribuir a la experiencia inmersiva, la mayoría de los comerciantes iban ataviados con ropajes de estilo romano clásico: telas blancas con bordados variados, coronas de laurel, broches dorados… Lo cierto es que comprar una figurilla de 'Ataque a los Titanes' nunca se había antojado una actividad tan épica. Cientos de banderines escarlatas y amarillentos decoraban el paseo, ondeando al son del viento que este viernes sacudió la ciudad.
Como es costumbre en las fiestas cántabras, nadie se queda fuera. Con un total de 137 puestos –6 de restauración, 35 de alimentación y 96 de artesanía–, el Mercado Romano ofrece un amplio abanico de oportunidades para todo aquel que desee visitarlo. Pocas cosas mejor que compartir una crepe con alguien especial, regalar un ambientador a la abuela de ese olor que sabes que le encanta, o, tal vez, acompañar a su hijo al barco de madera vikingo. Porque sí, la diversión para los más pequeños de la casa también está asegurada. En el Rincón Infantil, juegos, atracciones y cuentacuentos. En los Santos Mártires hay para todo y para todos.
Las caras tras los puestos
Entre los comerciantes había complicidad, de esa que se adquiere con los años y que nace de un punto muy concreto al gozar de una jerga común y de compartir gremio. Para algunos, la experiencia estival de este fin de semana no es el primer rodeo: «Es mi quinto año participando en el mercado», explicaba Almudena al otro lado de su puesto de productos herbolarios. «Creo que es una iniciativa muy buena, porque hace que la gente de a pie nos conozca. Ahora mismo están teniendo mucho éxito los chupa-chups de CBD, que son antiinflamatorios y sirven para relajarse y calmar dolores», explicaba.
Más adelante, cuesta arriba, Aida, en su puesto de 'Residia', contaba cómo todos sus productos disponibles son artesanales y fabricados a partir de resina e incluyen, incluso, arena de playa: «Es mi primera vez en el mercado de Santander y la verdad es que hay mucha gente. Por ahora veo que se ha organizado muy bien». Las expectativas estaban por los cielos para los primerizos, entre los que también se encontraban Noemi y Andrés. Pendientes de la clientela y con sonrisas dibujadas en los rostros, aseguraban estar «contentos con cómo se presenta la mañana». «Pasa mucha gente, es una calle muy transitada, así que pinta bien. Es una buena manera de darnos a conocer. Trabajamos con aceite de oliva ecológico y mieles crudas monoflorales y así la gente puede probar el producto, que es muy especial».
Pero si creen que los puestos son el único atractivo del Mercado Romano de los Santos Mártires están muy equivocados. Tanto el sábado como el domingo se cerrarán las jornadas con conciertos y espectáculos nocturnos a partir de las 22.00 horas. Además, el programa incluye una zona de exposiciones, talleres antiguos para aprender «los oficios que hicieron grande el imperio», y la 'Castra Romana oppidum Celta', que permite sumergirse de lleno en la antigüedad para aprender como vivían y luchaban ambas culturas.
Lo cierto es que se trata de un mercado muy completo, una celebración de la historia pasada y presente. Una travesía por el paso de los siglos que celebra la historia antigua entre risas, buenos olores, artesanía para el recuerdo, espléndida comida y mejor compañía.
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