Los negocios ubicados en las estaciones de Santander tendrán que trasladarse por las obras
La integración ferroviaria juntará las vías de la antigua Feve con las de Renfe y suprimirá todos los edificios que hay actualmente entre ellas
La actuación principal de la integración ferroviaria de Santander consiste en juntar las vías de la antigua Feve con las de Renfe (al norte del ... espacio ferroviario) y liberar el espacio más cercano a la calle Castilla. Después, todo el parque de vías se cubrirá con la polémica losa que conectará esta zona con el Parque del Agua. El Ministerio y el Ayuntamiento acordaron hace un par de semanas que las obras arranquen en 2026 y entre las incógnitas de la faraónica tarea está el futuro de los negocios y locales que actualmente se sitúan entre las vías de ancho ibérico (Renfe) y métrico (Feve), que tendrán que abandonar este espacio.
Uno de esos negocios es Ralarsa, un taller de lunas que lleva allí veinte años: «Estamos pendientes de reunirnos con Adif para ver qué solución nos dan. Sentimos mucha inquietud», explica el propietario, Ricardo Lasterra. También está ahí el Museo del Ferrocarril, que recibió una carta de desahucio en 2019 pero en el que ahora se sienten «más optimistas» porque acaban de firmar un contrato de alquiler de un año. Además, ven predisposición por parte de las Administraciones para reubicarlos cuando llegue el momento de derribar el edificio donde se ubican ahora, como explica el presidente de la Asociación Cántabra de Amigos del Ferrocarril (ACAF), Cristian Suárez.
«Solución definitiva no hay de momento, pero somos optimistas porque Adif está trabajando para reubicar el museo»
Cristian Suárez
Presidente Amigos del Ferrocarril
El taller Ralarsa se instaló entre las estaciones a principios de los 2000 y tienen muy instaurado su negocio allí. A sus clientes habituales se suman, además, los vehículos de 'renting' que se pueden alquilar en las estaciones. «Tenemos que hablar con Adif, ya nos hemos puesto en contacto con ellos para que nos citen. Nuestro contrato de alquiler termina el año que viene y nuestra intención es seguir aquí», cuenta Lasterra. Reconoce que lleva «desde que llegamos» escuchando que van a empezar las obras de integración ferroviaria, lo que también les despierta dudas sobre si esta vez es la definitiva o no. «No sabemos qué va a pasar». Sí tienen claro que quieren quedarse en esta zona y esperan que desde Adif les reubiquen en algún local cercano.
«Sentimos mucha inquietud. Nuestro contrato termina el año que viene y nuestra intención es seguir aquí»
Ricardo Lasterra
Taller de lunas Ralarsa
El Museo del Ferrocarril es otro de los edificios que tendrá que derribarse cuando empiecen las obras de integración. El inmueble es muy antiguo e, independientemente de este proyecto, necesitaba trasladarse sí o sí y así lo pedían desde ACAF, la entidad que se ocupa de mantenerlo y abrirlo al público. Cuando se anunció el proyecto de la integración ferroviaria en 2018 temieron por el futuro del museo y, un año después, recibieron una carta de desahucio.
Ahora están más tranquilos porque acaban de firmar un contrato para quedarse un año más e irán renovándolo anualmente ya que, aunque las obras arrancan en 2026, empezarán por el edificio de oficinas y centro de control antes de actuar en las vías. «Solución definitiva no hay de momento, pero somos optimistas porque Adif está trabajando para reubicar el museo», apunta Suárez. Aunque no hay una localización elegida, ACAF se decanta por la zona de talleres de Cajo. «Lo que hace falta es que se adecúe como museo, se conserve todo el material y alguien se encargue de abrirlo». Actualmente son los miembros de la asociación quienes lo gestionan y lo compaginan con sus empleos.
La situación del parking
La situación del aparcamiento en superficie es más compleja, ya que por sus dimensiones no es un negocio fácil de trasladar. Aunque las infografías recogen la construcción de un nuevo aparcamiento al lado de la calle Castilla, las intervenciones se prolongarán varios años y desde Adif no aclaran si el parking tendrá que cerrar una vez empiecen los trabajos o si las intervenciones se realizarán por fases para que el negocio pueda seguir funcionando, aunque sea con menos plazas. Tampoco está claro si la concesionaria que actualmente gestiona este aparcamiento –de unas 600 plazas–, que acaba de renovar por 15 años más, estará también al frente del que se construya junto a la calle Castilla.
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