El puente levadizo de Raos sigue fuera de servicio ocho meses después
El Puerto dice que la reparación de la infraestructura finalizará de forma «inminente» y que la semana que viene realizarán pruebas para que pueda entrar en funcionamiento
El puente levadizo de Raos, que permite el paso de los barcos entre la lonja y el mar, lleva sin funcionar desde el pasado febrero, ... cuando se produjo una avería en una de las hojas. «El cinco de octubre se cumplen ocho meses desde que trabajamos en una situación precaria», comenta Agustín Trueba, secretario de la Cofradía de Pescadores, que reconoce una situación de «hartazgo» en el sector ante esta situación. Y es que no pueden salir y entrar cuando lo necesitan y descargar en la lonja. «Estamos deseando volver a la normalidad».
Desde el Puerto, administración encargada de llevar a cabo la reparación, explican que la finalización de la reparación es «inminente». Según explican fuentes de la Autoridad Portuaria, ahora trabajan con los «últimos ajustes y la previsión es que, a lo largo de la semana que viene, se lleven a cabo las pruebas para su posterior puesta en servicio». De esta manera, y una vez en funcionamiento, «abordaremos la reparación de las patologías que hemos detectado en la otra hoja».
Las mismas fuentes detallan que la Autoridad Portuaria de Santander (APS) ha aprovechado esta intervención para instalar diversos sensores que permitan controlar «en remoto los mecanismos y el funcionamiento del puente, de tal manera que podamos tener mucha más información de su estado y evolución en el tiempo». Y recuerdan que la APS «está dedicando numerosos recursos técnicos, humanos y económicos –1,3 millones de euros– para que la compleja reparación de las averías del puente se realicen con las máximas garantías y en el menor tiempo, minimizando las posibles afectaciones y en coordinación con el sector pesquero».
Hay que recordar que a finales de agosto, la Organización de Productores de Pesca de Altura de Cantabria (Opeca), envió una carta al presidente del Puerto, César Díaz, en la que criticaban los «continuos retrasos que se nos han ido comunicando en el tiempo, por parte de la Autoridad Portuaria, en cuanto a la reparación del puente y que tanto daño está ocasionando al sector pesquero». También recordaron que desde el pasado 5 de febrero, fecha en la que se conoció la avería del puente, padecen «unas condiciones nefastas de trabajo, soportando unos gastos extras añadidos con motivo del transporte del hielo a sus embarcaciones». La Opeca, a través de su presidente, Alberto Rentería, también se refirió al muelle de la Margen Norte, que ha demostrado ser «un muelle peligroso, deficitario y no apto para el atraque de los buques pesqueros», tildando de «insuficientes» las labores de acondicionamiento que ha efectuando el Puerto a lo largo del tiempo.
Un puente muy polémico
La polémica por este puente surgió casi desde su inauguración, hace ya 16 años. Los pescadores se quejaron entonces de que muchas de las embarcaciones eran demasiado altas para pasar por debajo, por lo que dependían de los horarios de apertura que estableció el Puerto. El problema que se encontraron es que no siempre volvían de trabajar a la misma hora, por lo que, en ocasiones, el puente estaba cerrado y tenían que esperar durante horas hasta que volviera a abrir. O directamente optaban por irse a otro puerto.
Al conflicto por el horario hay que añadir las sucesivas averías que se han producido a lo largo de los años. Aunque los pescadores se refieren a tres, «las más graves». La de 2010, que solo duró un día; la de finales del año pasado, que se produjo en una de las hojas; y la de febrero de este año, en la otra hoja. Estas dos últimas son las que aún no se han reparado y por las que los pescadores siguen a la espera de volver a trabajar con normalidad.
En este contexto, los pescadores decidieron plantarse y no realizar la procesión marítima del Carmen. «Si el puente no se abre para trabajar, tampoco para sacar a la Virgen», comentaron entonces.
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