El 'pederasta del Fortnite', condenado a 436 años de prisión por delitos contra la libertad sexual a menores de trece años
La Audiencia Provincial de Madrid condena al hombre que atrajo a varios niños con monedas virtuales para verles desnudos
Desde al menos 2021, Aldo M. V. jugaba al Fortnite, un conocido videojuego en línea de estrategia y guerra con el ‘nick name’ Oscuros Secretos. ... Con un «target mayoritario» de niños de entre siete y once años, el criminal comenzó a chatear con jugadores de 13 años, a los que conocía en este mundo virtual y, una vez ganada su confianza, les ofrecía comprarles «pases de batalla, skins, trajes y picos», para mejorar su destreza y aumentar la experiencia jugadora, transfiriéndoles la moneda virtual. Después les hacía videollamadas dentro del espacio digital y ahí pedía que le «mostraran sus partes íntimas (...) Los menores les exhibieron sus genitales, en ocasiones mientras se tocaban, interactuando con el acusado, que procedía a capturar las imágenes de cada uno, utilizando para ellos unas veces su móvil y otras su ordenador», indica la sentencia de la Audiencia Provincial de Madrid, que condenó al conocido como ‘pederasta del Fortnite’.
Por diez delitos distintos, que algunas veces tuvo una docena de víctimas, y que comprenden agresiones sexuales con penetración y abuso sexual, ambos continuados, y elaboración de pornografía infantil, el condenado recibió una pena de 436 años de prisión, que se complementa con la «prohibición de practicar juegos online con menores durante todo el tiempo de la condena». Las penas tuvieron la agravante de multirreincidencia, según la ponencia del magistrado Abel Téllez. Sin embargo, «se fija como límite máximo de cumplimiento los 20 años de prisión».
Conocía la edad de sus víctimas, pasaba a la aplicación Skype, hacía una videollamada y pedía «poses con matiz sexual»
Nacido en Argentina en 1979, residente en Málaga y con antecedentes penales por múltiples abusos sexuales a menores, cometidos en esa localidad desde 2009 (con penas extinguidas en 2019), el pederasta actuó esta vez contra una veintena de niños.
Guardaba las imágenes en una «carpeta llamada ‘Angelitos’, en la que hacía subcarpetas con los nombres de sus víctimas y las subía a un servidor cifrado, según la sentencia del 25 de junio, conocida este viernes.
Conocía la edad de sus víctimas, pasaba a la aplicación Skype, aprovechaba las fechas de vacaciones, hacía una videollamada y exigía «poses con matiz sexual», describe la sentencia. Hizo entre seis y más de 150 archivos de imagen por cada menor. Atacaba a chicos y chicas, y les forzaba a variar la postura para que le «mostraran los genitales». Cuando alguno se negaba, insistía, aunque para eso lo tuviera «que convencer con las vidas que le facilitó para jugar».
Agresión continuada
En la investigación, que comenzó por una denuncia que activó un procedimiento en julio de 2024, se abordó también la agresión sexual a un menor de siete años, que estaba con su madre en una playa nudista. En un descuido, «con la excusa de ir a coger cangrejos», lo llevó aparte y le obligó a tener sexo oral con él. La agresión fue continuada, al visitar a la madre luego, y le sacó fotografías. El menor está en tratamiento psicológico, por elevada tensión y nerviosismo, sentimientos de vergüenza e incomodidad, acredita la sentencia.
Además, con algunas de sus víctimas, se exhibía, al posar «desnudo ante la cámara de su dispositivo móvil». También usaba otras aplicaciones para entablar contacto con los menores, como TikTok, aunque en la casi totalidad de sus delitos utilizaba Fortnite.
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