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Aluvión de críticas entre los usuarios de la Zona de Bajas Emisiones de Torrelavega
La implantación de la Zona de Bajas Emisiones deja en su primer día más preguntas y reproches que certezas entre quienes viven y trabajan en el corazón de Torrelavega
La Zona de Bajas Emisiones (ZBE) de Torrelavega entró ayer en funcionamiento en el centro urbano y, aunque el Ayuntamiento asegura que la jornada transcurrió « ... sin incidencias», en la calle la noticia no fue muy bien recibida. Las reacciones entre los vecinos y trabajadores oscilan entre la incertidumbre, la crítica y una aceptación con matices. Mientras unos intentan adaptarse a las nuevas normas, otros cuestionan tanto su utilidad como su aplicación desigual.
Rodrigo Fernández, repartidor de productos cárnicos, no parecía ayer especialmente preocupado. «A nosotros no nos va a impedir trabajar, porque estos camiones son nuevos», comentaba mientras descargaba varias cajas en la calle Conde Torreanaz, junto a la biblioteca municipal. Fernández se recorre todos los días buena parte de la ciudad para entregar pedidos y asegura que «he visto que muchos hosteleros están recogiendo firmas para cancelar la Zona de Bajas Emisiones, pero en mi caso no voy a tener problemas».
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Al hilo de lo contado por el repartidor, la visión de la hostelería es de las más críticas. Javier Folgueira, copropietario del bar La Buhardilla, en la calle Carrera, cree que la medida perjudica especialmente al pequeño comercio. «Aquí hay mucho local, mucho comercio y gente que trabaja y necesita aparcar. Ahora no se puede. A nosotros nos afecta, pero más aún a la zona de la calle Consolación, donde hay muchas tiendas», explica. «A mí, por ejemplo, me han puesto una cámara que graba en 360 grados en la farola de enfrente. Si quieren, pueden ver a la gente comiendo dentro del bar. Entiendo que se quiera reducir la contaminación y aprovechar el dinero que viene de Europa, pero no tiene sentido que en unas calles se permita la libre circulación y en otras no».
Salvar Torrelavega carga contra la ZBE y exige una moratoria
La plataforma Salvar Torrelavega de una ZBE reprochó ayer la activación de la Zona de Bajas Emisiones con lo que consideran un «afán recaudador disfrazado de ecología». Critican que las sanciones se apliquen también los sábados hasta las 14.00 horas, «incluso cuando el comercio ya ha cerrado», y aseguran que «ni el propio informe técnico municipal avala este modelo». Además, acusan al equipo de gobierno (PRC-PSOE) de implantar «una medida ideológica que perjudica a más de 26.000 vecinos vulnerables y a miles de visitantes día a día». Desde la plataforma van todavía más allá y exigen «una moratoria inmediata hasta que terminen las obras de FEVE». «Ni una multa más, no nos callarán», concluyen
En el centro de atención ciudadana instalado en La Llama, Raquel García intentaba ayer dar respuestas a las numerosas dudas de los vecinos. Tanto ella como su compañero, Miguel Moncalián, llevan un mes aclarando qué vehículos pueden circular, qué calles están afectadas y cómo gestionar las excepciones. También informan a pie de calle y cada jueves acuden al mercado, una labor que desarrollarán hasta el mes de agosto. «Lo que más nos preguntan es qué calles están incluidas, los horarios de carga y descarga, y si su coche necesita o no la pegatina ambiental», resume.
Algunos vecinos, como Soledad Alonso, han tenido que gestionar los permisos para familiares con coches sin distintivo. «Mis padres viven en el centro y tienen un coche muy antiguo. Ellos son mayores y no sabían cómo tienen que proceder. Están bastante agobiados con la situación», confiesa.
Entre quienes llegaban de fuera de la ciudad, la confusión era aún mayor si cabe. Sarito Berodia, vecina de Viveda (Santillana del Mar), aparcó ayer fuera de la Zona de Bajas Emisiones, en la calle Julian Ceballos, pero admitió no tener claro si se encontraba dentro o fuera del perímetro. «Este coche es viejo, seguro que no cumple con la normativa. Tendré que preguntar a mis hijos otra vez, porque no lo entiendo bien. Es un lío», reconocía.
Desde el comercio, la visión es más pragmática. Elsa Fernández, propietaria de la tienda Lucía, en la calle Santander, reconoce que la contaminación es un problema, pero lamenta los inconvenientes. «Por lo menos han dejado algunas excepciones para poder bajar mercancía en momentos puntuales», valora.
Desde el Ayuntamiento, la concejala de Movilidad, Jezabel Tazón, insiste en que la activación ha sido tranquila. «Todo está discurriendo con normalidad. Todavía es pronto para hacer valoraciones, pero no se ha registrado ninguna incidencia», aseguraba. Tazón recuerda que «los únicos vehículos restringidos son los que carecen de distintivo ambiental, aunque estos pueden acogerse a excepciones o entrar hasta 24 veces al año». Además, aclara que la ZBE estará activa desde las 08.00 horas del lunes hasta las 14.00 horas del sábado. El resto del fin de semana no se aplicará.
En lo que va de semana, 124 vehículos han solicitado su inscripción en el Registro de Vehículos Autorizados (REVA) -en total ya hay 455- para poder circular sin ser sancionados.
De momento, el primer día deja más preguntas que certezas entre quienes viven y trabajan en el corazón de Torrelavega. Aunque la medida busca mejorar la calidad del aire, su aplicación y sus efectos sobre la vida diaria seguirán en el centro del debate en las próximas semanas.
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