La constructora renuncia a la obra del edificio de Baldomero Iglesias

En un escrito remitido al Consistorio, la constructora justifica su decisión alegando dos razones principales. Por un lado, sostiene que, según la Ley de Contratos del Sector Público, la oferta presentada tenía una validez de dos meses desde la apertura de las proposiciones, celebrada el 14 de enero. Al haber recibido el contrato para su firma el 23 de abril, considera que ese plazo había expirado, sin que mediara una prórroga expresa aceptada por su parte.

Por otro lado, la empresa señala que el retraso acumulado en la tramitación del procedimiento ha alterado su programación técnica y operativa, impidiéndoles asumir ahora la ejecución de los trabajos en los términos inicialmente previstos.

El proyecto, con un presupuesto de 434.390 euros y un plazo de ejecución de seis meses, es una actuación clave para la ciudad. No solo porque permitirá consolidar la estructura de un inmueble en mal estado, con importantes daños en la cubierta y en su entramado de madera, sino porque es el paso previo imprescindible para poder habilitar en ese espacio el futuro Museo del Hojaldre, uno de los proyectos incluidos dentro del Plan de Sostenibilidad Turística.

La renuncia de Tamisa, aunque inesperada, no ha paralizado del todo el proceso. El concejal de Obras, José Luis Urraca, ha informado de que el Servicio de Contratación ya ha contactado con la siguiente empresa mejor puntuada en el proceso: Global Tektia S.L., que debe ahora presentar la documentación necesaria para formalizar la adjudicación. Si todo avanza sin nuevos imprevistos, el contrato podría estar firmado en el plazo de un mes.

Global Tektia es una empresa conocida para el Ayuntamiento, ya que actualmente está ejecutando otros proyectos municipales, como la finalización del edificio de la Tecnoteca o el aparcamiento de El Ferial.

Además, ya se ha contratado la asistencia técnica para la dirección de obra, que asumirá la empresa A-Gatein Ingeniería S.L. por un importe de 15.730 euros. Una vez se firme el acta de replanteo, podrán comenzar las obras, aunque la fecha de inicio sigue sin concretarse.

Mientras tanto, el retraso tiene ya consecuencias visibles. Una de ellas es el nuevo aplazamiento del desalojo del bar de la Peña Bolística, ubicado en los bajos del edificio. A finales del año pasado, el Ayuntamiento alcanzó un acuerdo con el hostelero para que dejase el local en el momento en que comenzaran las obras, evitando así un conflicto judicial. Como la intervención sigue pendiente, la actividad del bar continúa, aunque el desalojo sigue sobre la mesa.

El mayor problema, sin embargo, puede estar en los tiempos. Una vez consolidado el edificio, será necesario formalizar la adjudicación de la redacción del proyecto museístico –este periódico ya adelantó que se lo llevará el Estudio GD de Madrid– y, posteriormente, licitar y ejecutar las obras de adecuación. Todo ese proceso está aún por delante, y el calendario se estrecha si se quieren cumplir los plazos marcados por el Plan de Sostenibilidad Turística.

De momento, la prioridad pasa por cerrar cuanto antes la nueva adjudicación y arrancar una obra que, si nada falla, podría empezar en verano y estar finalizada a finales de año. Aunque, a la vista de los precedentes, cualquier previsión debe tomarse con cautela.