El Gobierno invertirá 2,6 millones para evitar inundaciones en Barreda y Riaño
Ambas orillas del río Saja, desde el matadero hasta el entorno de Solvay y de Duález, se van a reforzar con muros defensivos de cara a grandes avenidas
La fotografía es de comienzos de 2019, de cuando las fuertes lluvias y una nueva crecida del Saja obligaron a la empresa Solvay a ... establecer un operativo de emergencia. Cientos de vecinos de esta zona, en las dos márgenes del río que afectan a esta empresa, Barreda (Torrelavega) y Riaño (Santillana del Mar), se han acostumbrado a vivir pendientes del cauce cada vez que el agua cae con fuerza. Las bombas de achique, los cubos y las botas altas son algo familiar aquí; cuando Cantabria se inunda, el Saja no se contiene y deja escenas como esta. Y para evitarlas o, como mínimo, reducir su impacto, el Gobierno de Cantabria va a realizar actuaciones estructurales en las riberas del río, reforzando la protección de las edificaciones y zonas de uso industrial en la margen derecha y también de las viviendas existentes en la margen izquierda, todo en el marco de una inversión de 2,6 millones de euros.
Ese es el desembolso estimado que prevé la memoria justificativa del proyecto y a la que ha tenido acceso El Diario Montañés. En ella, la Consejería de Fomento, Ordenación del Territorio y Medio Ambiente anuncia la contratación de la redacción de un proyecto -'Proyecto de mitigación de inundaciones en el río Saja en la localidad de Barreda y el Barrio de Riaño en los términos municipales de Torrelavega y Santillana del Mar'- a la empresa de ingeniería Vector3, una primera inversión de 17.908 euros para detallar el plan de trabajo y las necesidades de estas soluciones.
Estas pasan, fundamentalmente, por la restauración fluvial del Saja mediante la formación -o prolongación, en algunos casos concretos- de motas o muros de refuerzo en esta zona. La más grande será la de la margen derecha, que comenzará a la altura del Matadero de Torrelavega y finalizará en la esquina suroeste de las instalaciones de Solvay, tratando de blindar la zona de las crecidas a lo largo de 757 metros y 10,5 de altura; la mota o el muro en la margen izquierda, por su parte, tendrá 440 metros de longitud, otros 9,5 de alto y bordeará las casas expuestas al río ubicadas en el barrio de Riaño.
Para que lo visualicen. La construcción tendrá un metro de alto por cada dos de ancho, de forma que tenga la altura necesaria para que sirva de defensa con un periodo de retorno de cien años, según reza la memoria justificativa. Aquí, además, el Gobierno también avanza su intención de actuar en la parte norte de Barreda, colindante con el barrio de Rinconeda, en Polanco, donde proyecta la canalización del río Cabo con la construcción de unos muros defensivos en una longitud de unos 350 metros y una altura de 6,5.
Desde el punto de vista de la revegetación de estas nuevas estructuras, el proyecto plantea la aplicación de un tratamiento distinto en la cara interior -la más próxima al cauce- y exterior de estos muros: en las primeras, se coloca una capa de 30 centímetros de tierra vegetal, se instalará un geotextil y se sembrará la superficie trabajada; en las segundas, por su parte, se colocará esa misma capa de tierra vegetal y también se instalará una geomalla degradable de tejido en coco sujeta al talud, antes de la siembra de la superficie.
Todo lo anterior y muchos más detalles serán analizados con lupa por parte de diferentes organismos oficiales cuya autorización es necesaria para la tramitación y licitación del proyecto. El Gobierno necesita el visto bueno de al menos seis instituciones: desde la Demarcación de Costas de Cantabria, la Confederación Hidrográfica del Cantábrico, la Dirección General de Montes y Biodiversidad, la Comisión Regional de Ordenación del Territorio y Urbanismo (Crotu), la Dirección General de Medio Ambiente y Cambio Climático, hasta la Dirección General de Obras Públicas.
Este proyecto, que ya apura su redacción y entrega a la Consejería de Medio Ambiente en los próximos días, nace de un encargo por parte de la Dirección General de Aguas y Puertos en noviembre del año pasado, en el marco del convenio de Mejora del Conocimiento del Ciclo del Agua, en relación con el estudio de medidas de adaptación al cambio climático y prevención y gestión de riesgos de inundación en entornos urbanos, de la mano del Instituto de Hidráulica Ambiental de la Universidad de Cantabria (IHCantabria).
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