Las obras pendientes del centro cívico de Sierrapando terminarán en otoño
El Ayuntamiento de Torrelavega contrata un nuevo proyecto tras la repentina fuga de la firma adjudicataria, que dejó dos tercios de los trabajos comprometidos sin hacer
Desde que ocurrió lo inimaginable y la empresa adjudicataria del centro cívico de Sierrapando -Cis Conezta- se dio literalmente a la fuga y dejó ... la obra sin terminar, a finales del año pasado, el Ayuntamiento de Torrelavega viene trabajando en los despachos para reanudar los trabajos pendientes cuanto antes, darle a los vecinos el espacio que se les prometió hace diez años y cerrar un triste capítulo que, como ya corroboró el responsable de Obras, José Manuel Cruz Viadero, no conoce precedentes en la historia reciente de la capital del Besaya. Cerca de dos meses después de aquel surrealista 24 de noviembre, el equipo de gobierno (PRC-PSOE), empeñado en dejar atrás estas páginas, ya tiene algo tangible que anunciar ante los residentes de la localidad y la comunidad educativa del colegio Pancho Cossío, rodeado de andamios y material de obra desde que las máquinas llegaron a la zona en junio de 2021. El Consistorio ha contratado ya el proyecto de ejecución para reanudar esas obras, una hoja de ruta que, tras su salida a licitación y adjudicación definitiva en los próximos meses, se propone terminar el centro cívico de Sierrapando este otoño.
La actuación no será tan distinta a la que se adjudicó hace dos años y medio. Para hacerse una idea, Cis Conezta únicamente acometió cerca de un tercio de las labores durante el año y medio que estuvo trabajando en Sierrapando. Las otras dos correrán a cargo del relevo. Para hacerse una idea de lo que puede costar este nuevo plan, el total de las obras se adjudicó hace dos años por 280.430 euros -y eso sin contar un 18% de sobrecoste tras el modificado del proyecto-.
Han pasado dos meses desde que las familias y la comunidad educativa del Pancho Cossío fueron testigos del abandono de la construcción. Aquella tarde del 24 de noviembre, y sin avisar previamente al Ayuntamiento de Torrelavega, operarios de Ciz Conezta empezaron a recoger sus cosas y llevarse los andamios y el vallado perimetral que rodeaba a la antigua Casa de los Maestros. Tanto el alcalde, Javier López Estrada, como el propio Cruz Viadero, que tuvieron a bien entrevistarse con representantes de la Asociación de Madres y Padres de Alumnos (AMPA), no daban crédito ante este precipitado adiós. «Nunca vi nada igual», compartían ambos políticos; «es una vergüenza», denunciaba por su parte el presidente de la AMPA, Íñigo Uriarte.
El proyecto sustituirá al de Cis Conezta para finalizar el edificio, un compromiso político de hace una década
Fue una tarde para el olvido. El Ayuntamiento tuvo que reaccionar rápidamente y avisar de urgencia tanto al personal de Bomberos como al servicio de Obras municipal para que acudiera a la zona y repusiera las vallas que la empresa se había llevado. Cis Conezta se había largado con todos los materiales y el acordonamiento de la zona y, con él, cualquier garantía de seguridad para las familias, profesores y alumnos del centro educativo.
Desde entonces, la marcha de la adjudicataria se ha cobrado dos grandes consecuencias: movilizaciones sociales, como la que protagonizó la localidad y la comunidad del colegio el pasado 12 de diciembre; la rescisión del contrato por parte del Consistorio, indignado con el incumplimiento de los trabajos comprometidos con la empresa; y, en suma, un deseo firme de hacer justicia tras lo ocurrido.
El Consistorio rescindió el contrato y ahora estudia medidas legales contra la anterior adjudicataria
Los abogados del Consistorio estudian desde entonces medidas jurídicas para que la compañía, con sede en Valladolid, rinda cuentas por no ejecutar el contrato que le fue adjudicado hace más de dos años. «Ya se ha rescindido y el próximo paso es presentar sanciones», avanzó hace unas semanas el concejal de Obras. Entre tanto, lo pueden ver en la fotografía adjunta a la página, la antigua Casa de los Maestros sigue pendiente del lavado de cara, un compromiso político desde hace diez años.
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