Poesía en el aire
El Circo Acrobático de China deslumbra en Torrelavega con acrobacias imposibles
El Bulevar Demetrio Herrero vivió anoche uno de esos momentos que marcan las fiestas. A media tarde, la gente empezó a acercarse, primero de forma ... tímida y, poco a poco, llenando cada rincón. El reclamo era potente: la actuación del Circo Acrobático de China, un nombre que arrastra fama internacional y que no suele dejar indiferente a nadie.
La cita estaba incluida en el programa de las fiestas de la Virgen Grande y, desde que se anunció, había despertado curiosidad. No es habitual ver en Torrelavega una compañía de estas características, con una historia que supera las seis décadas y que ha llevado sus espectáculos a escenarios de medio mundo. Su estilo mezcla técnica depurada, disciplina férrea y una estética que bebe directamente de la tradición circense china, un legado que ha pasado de generación en generación y que hoy sigue cautivando a públicos de todas las edades.
En el Bulevar, la espera se hizo amena. Las terrazas estaban llenas, los niños corrían con globos y camisetas de peñas, y los grupos de amigos se repartían entre la charla y la búsqueda del mejor sitio. Algunos habían llegado con tiempo de sobra, conscientes de que la afluencia sería alta, y otros se unían a última hora, atraídos por el bullicio y la música que llegaba desde el escenario. El ambiente, cargado de expectación, recordaba a esas grandes citas en las que todo el mundo quiere formar parte.
No faltaron quienes aprovecharon la espera para inmortalizar el momento antes de que empezara la función. Selfis, vídeos cortos para redes sociales y fotos de grupo circularon ya antes de que cayera la tarde. El evento sirvió también como excusa para el reencuentro: amigos que no se veían desde el año pasado, familias que han hecho de las fiestas un punto fijo en su calendario y visitantes que, por casualidad o por recomendación, decidieron dejarse llevar por el ambiente.
Más allá del espectáculo en sí, lo de anoche fue un ejemplo de cómo las fiestas de Torrelavega han ido sumando propuestas que combinan lo local con lo internacional. En una misma jornada, los vecinos pueden pasar de un pasacalles tradicional a una actuación llegada desde el otro lado del planeta. Esa diversidad es, para muchos, uno de los grandes atractivos de la programación y uno de los motivos por los que cada año se amplía el público.
El Circo Acrobático de China ha construido su reputación sobre la base de un trabajo en equipo impecable y un entrenamiento exigente. Sus números combinan equilibrios, malabares, coreografías y una coordinación milimétrica.
La presencia de la compañía también ha tenido un impacto fuera del escenario. La zona centro vivió una tarde de intensa actividad comercial y hostelera. Los bares próximos al Bulevar trabajaron a pleno rendimiento y, en las tiendas, el trasiego de clientes fue constante. Para los comerciantes, este tipo de eventos son un impulso añadido en días en los que la ciudad ya respira fiesta por los cuatro costados.
El Bulevar Demetrio Herrero, convertido desde hace años en un punto estratégico para este tipo de citas, volvió a demostrar su capacidad para acoger a cientos de personas sin perder la comodidad. Su ubicación, a un paso de otras zonas clave de las fiestas, facilita que la asistencia se mantenga antes y después del espectáculo, alargando la vida de las calles hasta bien entrada la noche.
Quienes se quedaron hasta el final pudieron llevarse no solo un recuerdo visual, sino también la sensación de haber participado en algo especial. No todos los días se tiene tan cerca una propuesta de este calibre, y esa fue la sensación que más se escuchaba al marcharse: la de que había merecido la pena acercarse, incluso para quienes llegaron sin saber del todo qué iban a ver. Muchos, de hecho, se marcharon comentando que sería positivo que este tipo de espectáculos internacionales tuvieran continuidad en próximas ediciones.
El paso del Circo Acrobático de China por Torrelavega deja un buen sabor de boca y una imagen que encaja a la perfección con el espíritu de estas fiestas.
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