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SANTANDER

«No hay un duro»

Los comerciantes están muy preocupados porque no venden ni en las rebajas y algunos creen inevitable el cierre de sus negocios

DONATA BUSTAMANTE

Domingo, 6 de julio 2008, 03:37

«No hay un duro. Esto es insostenible». Seis días después del inicio de las rebajas apenas se vende nada y eso que para lograr desembarazarse de la mercancía los dueños de los establecimientos han tirado los precios hasta un 50 o un 70 por ciento en algunos artículos.

Sólo hay que preguntar: ¿Cómo van? a los Comerciantes del Centro y del Ensanche y Casco Viejo- dos asociaciones que suman 281 establecimientos- y la respuesta inmediata es negativa.

«No se vende nada. Son muy duras y eso que los descuentos son mayores que otros años pero las ventas son inferiores a las del año pasado que no fue un ejercicio bueno». Eso no es invento de periodista. Lo sostiene el gerente de la Asociación del Ensanche y Casco Viejo de Santander, Agustín Ordejón, tras una consulta a tiendas de ropa, de bolsos y complementos, niños y otros.

El presidente de la Asociación de Comerciantes del Centro, Javier Gandarillas respondió con argumentos parecidos: «Muy justitas. No están siendo las rebajas que se esperaban, han bajado sensiblemente». No lo dice a humo de pajas. También ha consultado a los socios de esa entidad que engloba a 128 establecimientos de textil, calzado, piel, equipamientos de hogar y joyería.

El tiempo y la crisis

Aún queda mucho tiempo para poder repetir la pregunta, pero por el momento la media de las transacciones comerciales resultan inferiores en comparación al mismo periodo del año anterior. Gandarillas no sabe si la atonía demostrada hasta ahora tiene una argumentación basada en el clima, como cree, o es fruto realmente de otras cuestiones, como la crisis económica.

«En verano, si hace buen día, la gente se va a la playa, porque hay muchas ganas de tomar el sol. Y si llueve, tampoco apetece ir de tiendas, pero no hay una sola razón. La verdad es que hay gente que no tiene dinero y la que lo tiene está tocada por la incertidumbre ante la situación económica. Tienen miedo». Gandarillas añade que la ventaja que tienen estas rebajas frente a otras es que duran dos meses, por lo que confía que haya un poco más de animación.

Por su parte, el portavoz de la Asociación del Ensanche y Casco Viejo, Agustín Ordejón, apuntó que «el tiempo es la excusa que siempre buscamos. La verdad es que no hay un duro, suben los créditos, la gente tiene hipotecas y lo que está funcionando es el miedo psicológico porque la crisis todavía no ha empezado». Ordejón trataba de explicar en resumen una realidad. «Los trabajadores ven que cobran el mismo sueldo y que les suben todas las cosas y, entonces, ¿cómo ir de rebajas? Esto no hay quien lo arregle ya». Ha hecho un sondeo rápido entre comercios de todo tipo y sólo ha podido escuchar lamentaciones.«Muchos van a cerrar. Ya se puede ver que los establecimientos que abren son franquicias. Los comerciantes o nos unimos, de verdad, todos para salvarnos, o estamos abocados a desaparecer, porque vamos a unas tiendas homogéneas. Da igual donde estés. El consumidor va a encontrar los mismos artículos en Barcelona que en México o en Londres o París».

Inquietud

El pequeño comercio está muy inquieto. Sus dueños «tienen que hacer frente a los salarios, a las letras de las mercancías que siguen en las tiendas, a los módulos de Hacienda y eso, cuando la gente no compra, es insostenible» apuntó Ordejón. Este aseguró, también, que los turistas no pueden salvar la temporada: «Lo más que se llevan es un regalo».

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