La segunda expedición de una travesía «nueva» y «poco conocida»
Hace un mes, dos riojanos que se dirigían a Rubicera desde la boca del Acebo, tuvieron que salir por una cavidad intermedia por el retraso acumulado
A. R. García
Jueves, 22 de agosto 2013, 18:58
La travesía que conecta la sima delAcebo con la cueva de Rubicera es relativamente nueva. Son pocos los que la conocen y muchos menos los que la han realizado. Se trata de un recorrido que no está entre las actividades de espeleología clásicas que se desarrollan en Soba. Los cuatro espeleólogos madrileños, que han permanecido 84 horas desaparecidos, integraban la segunda expedición que accedía al sistema del Mortillano por la boca del Acebo con dirección a Rubicera.
Los primeros fueron dos espeleólogos riojanos, hace poco más de un mes, que también tuvieron ciertas dificultades para terminar la travesía. En este caso, no protagonizaron ningún incidente ni fue necesario poner en marcha un operativo de búsqueda. Eso sí, en vista del retraso acumulado, tuvieron que cortar la ruta y salir por una cavidad intermedia. Todos ellos habían estudiado la morfología del recorrido y conocían su dificultad, sin embargo se encontraron con «imprevistos» que complicaron el avance. Según Ricardo Cardín, miembro de la Agrupación de Espeleología Ramaliega (AER), esta travesía cuenta «con gateras estrechas, tubos de difícil acceso, que hay que pasar prácticamente a gatas, muchos cruces y zonas bastante laberínticas», que añaden complejidad a un recorrido donde es «muy fácil desorientarse». Y más aún cuando se trata de una travesía que no está tan documentada como el resto de las existentes.
La conexión se realizó en el año 2009 (10 de agosto) entonces se habilitó la travesía, aunque los trabajos para su adecuación se han prolongado en los años siguientes. En 2012, la Agrupación Espeleológica Ramaliega completó la instalación para la doble ruta del Acebo/Rubicera-Mortera, con la colocación de 26 reuniones de acero inoxidable, según se recoge en la memoria de actividades del colectivo. Las opciones de salida son dos: la cueva de Rubicera o Mortero de Astrana, a unas cuatro o seis horas más de actividad.
Ayer, mientras esperaba noticias de sus compañeros, David Fernández de Miguel, miembro del grupo madrileño Espeleo Minas, aseguraba que ésta «no es de las cuevas más complicadas de la zona», aunque explicó que tiene un desnivel entre la boca de entrada y la salida que obliga a realizar rapel en varios tramos de su recorrido. Por eso insistía en «la única manera de salir es hacia abajo, y claro, si se te atasca la cuerda y no la puedes recuperar, te quedas atascado».
Entre 'La playa' y el 'paso de los Bufidos'
Por la descripción aportada por los espeleólogos del lugar en el que decidieron instalar el vivac campamento provisional, el punto en el que surgieron las dudas de por dónde continuar podría ser la zona conocida como paso de los Bufidos, una de las gateras más complicadas y selectivas de la travesía. Aunque es muy corta, primero se avanza un metro en horizontal, después hay que colarse por un estrecho agujero vertical de un metro y a continuación arrastrarse en horizontal otros dos metros bastante estrechos. Pasado ese punto, situado antes de acceder a las galerías de Rubicera, el sonido del río indica el camino hacia un estrato de areniscas. Lo más probable es que se instalaran en una sala de suelo arenoso y techo plano, llamada La playa, situada a unos 50 metros antes de adentrarse en el paso de los Bufidos.
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