Ignacio Diego dice que no se va y que hablará con otros partidos
El presidente del PP cántabro asegura salir "seguro" y "fuerte" de la Junta Directiva, y no descarta presentarse a las próximas autonómicas de 2019
E. Press
Jueves, 28 de mayo 2015, 21:51
La cúpula del Partido Popular de Cantabria ratificó anoche su confianza en su líder, Ignacio Diego, y le otorgó todo su respaldo. Dos apoyos nítidos que el propio presidente de los populares había reclamado minutos antes, casi como condición para continuar al frente de la formación «a la que he dedicado mi vida». De ahí que Diego decidiera seguir «conduciendo el PP», e incluso fijó un nuevo plazo temporal, al indicar que lo hará «hasta alcanzar el gobierno, algo que no tengo ninguna duda de que sucederá más pronto que tarde». Es más, no descartó repetir ser cabeza de cartel del PP en 2019 y hasta «en el dos mil veintitantos». «Pero eso no lo decido yo, sino la Junta Directiva. Hoy me han dado el respaldo, pero es que hoy no son las próximas elecciones. Eso depende de ellos».
Diego hacía pública esa decisión ante la Junta Directiva del PP reunida en el hotel Santemar. Un encuentro que había concitado expectación tras conocerse que el presidente había trasladado un día antes a su entorno más cercano del Gobierno su intención de dar un paso atrás, y pilotar su relevo al frente de la dirección de los populares tras las próximas elecciones generales. Un anuncio hecho a los jefes de gabinete del Ejecutivo y a varios de los hombres fuertes de su Gobierno que sorprendió a algunos miembros de la dirección del PP y que trató de ser reinterpretado durante la jornada por varios de los asistentes al encuentro.
Ayer, Diego envió un nuevo mensaje a los suyos en el que apeló a la necesidad de cerrar filas y responder a la confianza que han depositado en la formación popular los más de 106.000 cántabros que la han llevado a ganar las elecciones el 24-M. El líder del PP proclamó que «sería absolutamente irresponsable enfrentarse al reto» de los comicios generales «con deserciones, derrotismo y flagelaciones injustificadas». Es más, esa actitud sería dijo «impropia de un partido que ha ganado las elecciones».
Hechas esas aseveraciones, Diego negó que su primera intención, «tras un resultado electoral malo sin paliativos», fuera dejar la dirección del PP. «No es esa mi intención aseguró porque ni me voy a precipitar ni he caído en el desánimo. No me voy. Y no lo haré en tanto estéis conmigo, en tanto no me digáis lo contrario». Un apoyo expreso que fue el que el líder del PP pidió, y recibió, ayer de la cúpula dirigente de la formación. Y confesó también que quizá alguna de las frases que pronunció en la noche electoral han podido «dar lugar a muchas interpretaciones». Y, por ello, corrigió: «No quise dar a entender que me iba, ni que mi presunta prepotencia me llevaba a no hablar con las demás fuerzas políticas».
Según él, aquella aseveración solo pretendía trasladar su convencimiento de que el pacto antiPP ya estaba hecho, por lo que abrir un proceso de diálogo con otros partidos resultaría estéril. Pero, aun así, Diego pidió a la Junta Directiva que se definiera al respecto: «Pretendo que me digáis si debo, o no, proponer a los otros partidos con representación parlamentaria sentarse, no a discutir como hoy una vez más se está haciendo sobre quién ocupa unos u otros sillones... Os pregunto si debemos sentarnos con el proyecto político del PP, el proyecto que defiende la mayoría de la sociedad, para ofrecerle a los demás partidos».
Y la respuesta fue sí, porque en su comparecencia ante los medios dijo que en los próximos días se pondrá manos a la obra. Dialogará con todos las formaciones con representación en el futuro Parlamento, para ofrecerles el proyecto popular. Llegado el caso, aunque aseguró descartarlo de antemano, «si ellos no son capaces y me lo piden, presidiría el Gobierno».
La intervención de Diego ante los suyos fue una mezcla de autoafirmación de su gestión, pero también de autocrítica. Apuntó que el mensaje, aunque cierto, no puede ser el de que el PP ha vuelto a ganar las elecciones, «cuando hemos sufrido un retroceso electoral». Y reconoció de igual forma virtudes, éxitos y errores. Afirmó que quizá su Gobierno habló «demasiado de la herencia», centró mucho su prédica en la «buena gestión» y hasta cierto punto dejó «relegada la política a un papel secundario».
«Hemos fallado»
Categóricamente el presidente del Gobierno reconoció que «hemos fallado, hemos cometido errores y los ciudadanos nos han castigado por ello». Y por esa reflexión es por donde Diego cree que el PP debe empezar a trabajar «si queremos construir los éxitos del futuro». Para ello apuntó que es necesario saber escuchar a los ciudadanos y a «nuestro electorado, que es exigente y tiene claros sus valores».
El reto de las generales
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Ignacdio Diego ha recordado en su intervención que los 'populares' en las próximas elecciones generales tienen un "importantísimo reto para el futuro de España".
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Y ha opinado que, en ese contexto, es "absolutamente irresponsable" asumir ese "reto" con "deserciones, derrotismo y flagelaciones injustificados, absolutamente impropias de un partido que, a pesar de ver reducido fuertemente su respaldo electoral, ha ganado las elecciones", algo que cree que no sería "ni conveniente ni razonable olvidar".
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"Por tanto es nuestro deber, el mío y el de todos vosotros, mantener con pulso firme, con unidad y con convencimiento, este proyecto político que no es nuestro patrimonio sino el patrimonio de decenas de miles de cántabros para los que, incluso, en las cirunstancias más adversas, somos su referente", ha subrayado.
Eso sí, afirmó que el retroceso electoral no es la consecuencia de una falta de liderazgo regional o local, sino el resultado de un «cúmulo de circunstancias que han contribuido a la tormenta perfecta», y que han hecho que el PP pierda apoyos en toda España. En suma, vino a decir que no hay culpables, aunque proclamó que en Cantabria «hemos pagado el pecado de otros» en referencia a los casos de corrupción.
En su primera reunión con los principales cargos de su formación tras el batacazo electoral del 24-M dibujó esta «cruda realidad» y animó a los suyos a seguir adelante frente a la adversidad. El líder de los populares atribuyó el severo retroceso en las urnas a la abstención, el voto útil al PRC y el desgaste de la marca. Lo ya sabido.
No se asumieron responsabilidades políticas por el descalabro ni se plantearon eventuales dimisiones. «Todos por unanimidad me han respaldado a mí, pero también a todo el equipo», dijo el presidente. Si cayese él, posiblemente tendría que seguir la cadena de ceses por la dirección.
Diagnóstico reflexivo
Frente a ello, asumió el resultado. «Temo quizás que no hemos sabido ponernos en la piel de miles y miles de personas a las que hemos pedido que confiaran en nosotros y en lo que hacíamos, casi como con un dogma de fe, sin más razones que los datos, tanto como cuando eran malos como ahora, que son buenos». «Hemos hablado desde la razón, pero no hemos acertado a hacerlo desde el corazón. Y el corazón entiende razones que la razón no comprende», insistió el jefe del Ejecutivo.
Se mostró «orgulloso» por haber conseguido «cambiar un ciclo desastroso y dejar una Cantabria que crece y crea empleo». «No me avergüenzo de haber terminado Valdecilla, ni de ser la región española con más reducción del paro o del abandono escolar temprano. No me avergüenzo de terminar la autovía Solares-Torrelavega o de mejorar el ferrocarril con Madrid», sentenció ante los suyos.
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