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Gira y gira en el tiovivo
Las ferias reviven sonidos y ambientes junto a los Campos de Sport
«Ay, que te como, que te como». El soniquete del Ratón Vacilón persigue a todo aquel que se adentra en el recinto ferial de ... Santander, ya esté a un metro de la atracción o en la otra punta del espacio. Su pegadizo 'leitmotiv' se repite cada pocos segundos, cuando alguna vagoneta de esta montaña rusa infantil adornada con simpáticos roedores hace algún giro inesperado o una bajada repentina. Es uno de los cachivaches habituales en las fiestas de la capital cántabra, que genera año tras año largas colas de niños, adolescentes y familias al completo. El recinto ferial de El Sardinero acoge atracciones para públicos de todas las edades: desde pequeños tiovivos a altísimas lanzaderas. También hay puestos para matar el gusanillo, con algodón de azúcar, churros o perritos calientes; o directamente para cenar, con mesones que preparan parrillas de carne –y desprenden un olor a barbacoa que sobrepasa los establecimientos–.
Como el recinto está a escasos metros de la playa, muchos aprovechan los días de sol –o días que, aunque el cielo está cubierto, no llueve–, para hacer los dos planes. Primero, se dan un chapuzón y toman el sol en la arena; y, después, van directos a las ferias. Depende de cada uno, ya que otros van a las ferias más enfocados en trasnochar y se acercan al recinto arreglados, con intención de ir más tarde a las casetas del parque de Mesones o ir al centro para continuar con la fiesta.
La lanzadera Mega Thor es una de las atracciones que más adrenalina genera estos días entre el público adolescente. Suben con cara de emoción y bajan con el rictus desencajado. Pero no tardan en recomponerse y buscar la siguiente aventura: el Barco Vikingo, el Turbo Show o un tentempié para recuperar fuerzas.
Otro asunto que deja desencajado, sobre todo a los padres con más de un hijo, son los precios de cada viaje. «¿Cinco euros el tíquet? Casi nos compensa ir a un parque de atracciones», comentaba una pareja que hacía cola con sus dos retoños. Los niños, aún ajenos a lo que cuesta organizar las finanzas familiares, estaban encantados pensando ya en la siguiente atracción a la que arrastrarían a sus padres.
Un clásico de feria que parece estar más de moda este año es el 'punching ball' o máquina de puñetazos, que consiste en dar lo más fuerte posible a una pera de boxeo y lograr la mayor puntuación. Junto a esta atracción –hay varias seguidas–, muchos jóvenes hacían cola el sábado a media tarde y comentaban entre ellos por qué tenían ganas de probarlo: se acerca 'La Velada del Año' –es este sábado–, el evento de boxeo que cada año organiza el popular youtuber Ibai Llanos y que suma millones de visualizaciones en sus redes sociales.
También hay clásicos reinventados. Lo que siempre fue El tren de la Bruja, ahora es 'Star Disney'. El mecanismo es el mismo, varios vagones que dan vueltas entrando y saliendo de un túnel, pero todo lo que lo adorna es diferente. Como su propio nombre indica, todos los dibujos son de la franquicia Disney: personajes de Toy Story, Peter Pan, las princesas... Quien no sigue la temática es 'la bruja', que en vez de dar escobazos atiza con un churro de piscina y su atuendo mezcla el de los hermanos Bros: buzo de fontanero rojo como el de Mario y gorro verde como el de Luigi. Además de los niños, en todas estas atracciones indicadas para el público infantil no fallan los padres y abuelos que hacen de tripas corazón para no dejar solos a los pequeños de la casa.
Pero no todo va a ser subirse a cachivaches, también hay tiempo de probar suerte en juegos de azar o de habilidad. En la feria no fallan las tómbolas: desde la que solo tiene sus buenos jamones a las de premios variados; donde se puede ganar desde un minúsculo muñeco a una cafetera, una freidora de aire o un aspirador. Los que tienen buena puntería se decantan por probar suerte y tratan de explotar tres globos con tres dardos. En este típico juego de las ferias, los premios son los de siempre, pero también reinventados: peluches de las películas o series de moda como Stitch (de Lilo y Stitch); Labubus (muñecos con forma de conejo que tienen cara de malo); Blue (de los dibujos animados del mismo nombre); Ansiedad (de la película Del Revés 2); o clásicos como el Pato Donald o Pikachu.
Hasta el 3 de agosto
El recinto ferial abrió sus puertas el día del Chupinazo y se mantendrá abierto, como es habitual, más allá que el resto de actividades de la Semana Grande. Concretamente, las atracciones estarán en el aparcamiento del Racing hasta el domingo 3 de agosto y en esa jornada se celebrará el Día del Niño, con las entradas a mitad de precio, un alivio para las familias, que se echan a temblar cada vez que tienen que comprar una ficha y ven que la mayoría de atracciones está a cinco euros por vuelta (aunque hay alguna a cuatro y a seis).
El horario es de 18.00 horas a 00.30 de lunes a jueves, domingos y festivos; y hasta las 02.30 horas los viernes, sábados y vísperas de festivos. Además, todos los días de 18.00 a 20.00 horas hay menos ruido para que las personas con trastorno del espectro autista puedan disfrutar de las atracciones del recinto ferial.
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