Metaltec pone a la venta el solar de la discoteca Aqua tras seis años vacío
Los actuales propietarios compraron el recinto al Gobierno de Cantabria en 2018, pero tras su derribo la parcela ha permanecido sin uso
El solar fruto de la demolición de la antigua discoteca Aqua, en el Polígono de Raos junto al Puerto Deportivo de Camargo, finalmente no albergará ... unas nuevas instalaciones industriales de la empresa Metaltec Naval, posicionada por sus diseños de embarcaciones sostenibles y aliada con Alsa. La compañía ha descartado finalmente dicho emplazamiento como astillero, por lo que la sociedad que compró los terrenos al Gobierno de Cantabria en 2018, Commercial Marine North Coast, en la que participa la firma cántabra Metaltec, ha optado finalmente por poner la parcela a la venta.
El precio que se pide por el solar alcanza los 750.000 euros. Tras la demolición y desaparición de la discoteca Aqua, el recinto tiene una superficie de 6.000 2. El suelo está calificado como urbano y edificable al 100%, por lo que los usos van desde oficinas hasta otro tipo de actividades como deportivas o industriales.
El gerente de Metaltec, Enrique Arriola, confirma la decisión adoptada por los socios de Marine North Coast. El empresario señala que finalmente, dentro del proceso de búsqueda de emplazamientos para poder disponer de nuevas instalaciones fabriles que soporten el incremento de actividad por la construcción de barcos sostenibles, se ha descartado el solar de la antigua discoteca Aqua. Aunque Arriola opta por la prudencia, sí que avanza que el lugar para las futura planta está prácticamente elegido. La compañía lleva largo tiempo explorando todas las opciones para decidir qué camino adoptar. Por el camino, y de la mano de Alsa, va haciendo frente a nuevos encargos, especialmente en Cataluña, a la par que explora nuevas marinas nacionales y mercados exteriores como Oriente Medio.
750.000 euros
es el precio que piden los actuales dueños por los terrenos en Raos.
6.000 metros cuadrados
tiene el solar, que puede albergar usos industriales u oficinas.
En la otra parte, los propietarios optan por traspasar el terreno y dejar de asumir los costes de tenerlo vacío. En paralelo, un factor en absoluto secundario: el beneficio con la operación, puesto que en 2018 compraron el activo por 221.040 euros.
En relación a potenciales compradores, la oportunidad no ha pasado desapercibida para empresas de la zona. Gestores portuarios ya han trasladado su interés, especialmente ante la falta de espacios en los muelles del Puerto de Santander.
Larga historia
El presumible cambio de propietario del solar de Aqua no será sino un nuevo capítulo en una larga historia desde el cierre del histórico recinto de ocio.
Lejos del glamour de sus primeros años, allá en la década de los 90, Aqua se convirtió en todo un quebradero de cabeza para el Gobierno cántabro, como muchos otros inmuebles de propiedad pública sin uso, deficitarios y por los que nadie pujaba subasta tras subasta. Aqua, cuya fama le convirtió en sede del Concurso de Miss España, sala de conciertos y escenario del programa de Nochevieja de TVE, se pasó diez años en la lista de intentos infructuosos de venta de la Administración, hasta que consiguió enajenarla en 2018.
La antigua discoteca fue demolida en 2019 con la idea de albergar un astillero para Metaltec
Gestores portuarios ya han trasladado su interés por la finca ante la falta de espacio en el Puerto
El edificio y el negocio fueron pasando de mano en mano hasta que la Seguridad Social lo sacó a subasta en 780.000 euros en el año 2011 por deudas del último propietario. Nadie pujó por la discoteca. Ese mismo año, el inmueble fue adjudicado a la Comunidad Autónoma de Cantabria en pago de la deuda con la Agencia Tributaria por parte del concesionario. Desde 2014, el Gobierno regional lo sacó a la venta en tres ocasiones: primero en 257.000 euros, después en 219.000 y por fin en 185.000 euros. Nadie quiso hasta septiembre de 2018. Ni siquiera la propia Administración regional optó por invertir en él para convertirlo en oficinas o almacenes. La restauración que necesitaba lo hacía inviable.
Ya en marzo de 2019, tras obtener los correspondientes permisos, se ejecutaron las labores de derribo. Adiós a un icono del ocio cántabro en favor de una nueva etapa industrial. En la práctica, el futuro uso tendrá que esperar al comprador que acuda al anuncio de Marine North Coast.
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