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ADELA SANZ
Jueves, 9 de agosto 2012, 11:27
Mereció la pena la kilometrada a las cuenca minera asturiana. La Gimnástica, con un partido muy serio y disciplinado, apoyado en su seguridad defensiva, su presión y el contragolpe, se impuso al Caudal en Mieres y se llevó el Memorial Alfonso Magdalena.
Se medía el equipo de Torrelavega a un conjunto de su misma categoría, por lo que la lucha de fuerzas se presentaba, en principio, pareja. Nada de entrenamientos, como ante el Rinconeda, o repasos como el del Castilla. Esta vez, los de Gómez se midieron a un grupo de jugadores de similar nivel en una fase de preparación parecida. En fin, una buena ocasión para calibrar las posibilidades del equipo en esta fase final de la pretemporada.
El resultado, visto lo visto en el partido, solo puede calificarse como bueno. Incluso notable. Los futbolistas gimnásticos lucharon lo indecible, pelearon cada balón -a veces con exceso de ímpetu-, presionaron, intentaron tocar, protegieron con eficacia los huecos y acertaron en los contragolpes. Y eso que el Caudal comenzó bien plantado, potente, incluso intimidatorio.
Los asturianos trataron, desde el inicio, de hacerse con el balón, jugando, moviéndolo. Daba la impresión de que sabían lo que hacían. La Gimnástica, un poco despistada de inicio, acabó por soltarse los nervios. Con Neira y Alberto bien plantados atrás, y con Cusidor de mariscal, el sistema defensivo funcionó a la perfección. Así empezaron a hilvanarse las primeras jugadas al contragolpe. En una de ellas, Siro recogió el balón, avanzó hasta la frontal del área, se lo pasó a la derecha a Cristian y éste lo mandó hacia el interior del rectángulo grande del área para que Pulido lo enviara a la red, logrando su primer gol con la camiseta gimnástica.
El tanto sirvió para afianzar la confianza de los torrelaveguenses en su juego. Sabedores de que su oponente amagaba, pero no golpeaba, los cántabros se limitaron a aguantar los tímidos envites de su rival hasta el descanso.
La segunda mitad resultó más movida. Carlos Álvarez se erigió en protagonista con una llegada frente al portero que no acertó a concluir. Era el primer aviso del asturiano. Diez minutos después volvió a llamar a la puerta, pero para librarse de sus defensores y batir al portero. Segundo tanto del equipo y trofeo a las vitrinas del Malecón. Y eso que aún quedaba mucho partido por jugarse.
Como acabar con once es un reto en la Gimnástica, Camus fue expulsado. No obstante, la inferioridad no hizo mella alguna en el juego. Además, con los hombres de reserva en el césped, el equipo no perdió fuelle. Platero, incluso, pudo aumentar la renta, pero no acertó en un remate. Los últimos minutos, con todo decidido, sirvieron para que Sergio se luciese con un par de vistosos despejes.
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