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Antonio 'Sane'
La Audiencia condena a 12 años y medio de cárcel al pedófilo acusado de abusar de su sobrina

La Audiencia condena a 12 años y medio de cárcel al pedófilo acusado de abusar de su sobrina

El condenado realizó tocamientos a la menor, de tres años, que grabó y fotografió. La Policía le intervino además 3.755 archivos con pornografía infantil

CONSUELO DE LA PEÑA

Jueves, 15 de febrero 2018, 07:19

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Abusó sexualmente de su sobrina de tres años y después grabó en vídeo y fotografió esos abusos, que guardaba en su teléfono móvil como si fuera un tesoro, junto a otras 3.755 imágenes de menores desnudos y manteniendo relaciones sexuales con personas adultas mucho mayores que ellos. En otro archivo este depredador de niños escondía otras 40 fotografías de menores desnudas, una de las cuales resulta especialmente escalofriante. Toda esta atrocidad ha recibido su castigo.

La Audiencia Provincial de Cantabria ha condenado al pederasta A. P., cuya identidad no se revela para proteger a la menor, a un total de doce años y medio de prisión como autor de un delito de abuso sexual continuado (5 años) y dos delitos de corrupción de menores (6 años y un año y medio de prisión respectivamente), uno de ellos especialmente agravado por la edad de la víctima, una criatura de apenas tres años.

El reo, que se encuentra en prisión desde que fue detenido el 13 de enero de 2017, no podrá acercarse a su sobrina ni comunicar con ella por un periodo de quince años, y cuando salga de la cárcel permanecerá siete años en libertad vigilada. El Ministerio Fiscal solicitaba una indemnización para los padres de la pequeña por el daño moral sufrido, pero el tribunal no la concede porque en el juicio los progenitores renunciaron expresamente a ella.

«Grabó y fotografió los abusos aprovechando que la menor se encontraba profundamente dormida»

Ernesto Sagüillo Ponente de la sentencia

La prueba documental contra el pederasta era tan apabullante que el acusado ni siquiera se molestó en declarar durante el juicio. No contestó ni a las preguntas del fiscal ni de su abogada. El asunto se destapó cuando la red social de Twitter detectó los contenidos de carácter pedófilo y lo puso en conocimiento de la ONG de Estados Unidos, Centro Nacional de Niños Explotados y Desaparecidos (Ncmec), que a su vez comunicó a las autoridades españolas la existencia de los archivos.

El Grupo de Protección al Menor de la Policía Nacional rastreó la información hasta llegar al acusado, según relató la instructora del atestado policial en el juicio.

En su domicilio los agentes encontraron dos móviles, cuya clave fue facilitada «espontáneamente» por el condenado. En uno de los aparatos descubrieron 3.755 archivos digitales, en los que se veía a menores de corta edad desnudos y manteniendo relaciones sexuales con personas adultas mucho mayores que ellos. En el otro teléfono guardaba dos vídeos y 46 fotografías de contenido pornográfico con su sobrina de tres años. Además, compartió a través de su perfil de Twitter 40 archivos con fotografías de niñas desnudas, cuya identidad se desconoce, aunque ninguna era su sobrina. Las imágenes eran especialmente vejatorias y humillantes para las pequeñas.

Según declara probado la sentencia, A. P. vivía con sus padres y el 22 de agosto de 2015 se encontraba al cuidado de su sobrina de tres años, que se había quedado a dormir en casa de sus abuelos. Aprovechando que compartía habitación con la menor y con ánimo de satisfacer sus deseos sexuales, abusó de ella, acto que repitió al día siguiente.

Este hecho es calificado como un delito de abuso sexual continuado, por el que el tribunal impone al acusado seis años de cárcel, frente a los cinco que había solicitado el fiscal.

Ambas acciones fueron grabadas por el pederasta con su móvil, aprovechando que la pequeña estaba profundamente dormida y no se percataba de su conducta, unos archivos que el condenado conservó hasta el 12 de enero de 2017, fecha en la que fue detenido. Esta conducta es tipificado por el tribunal como un delito de corrupción de menores, agravado por tratarse de una menor de tan sólo tres años, y le condena a seis años de cárcel frente a los nueve que había pedido el Ministerio Público.

Tras su detención le fueron intervenidas otras 3.755 imágenes con pornografía infantil y 40 archivos en su perfil de Twitter. El fiscal había solicitado siete años y medio de cárcel por este hecho, al aplicar la agravante de que una de las imágenes era especialmente vejatoria y degradante. Sin embargo, el tribunal le impone un año y medio de prisión al considerar que la fotografía carece de la nitidez suficiente para afirmar que se trata de una menor.

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