Cantabria y Asturias se unen en defensa del sector primario

Ambos coincidieron en la defensa del modelo de explotación agroganadera familiar y sostenible de la cornisa cantábrica como uno de los ejes de la Política Agraria Común (PAC). Calvo destacó que este modelo se amolda a los criterios que se exigen en Europa y garantiza la «compatibilidad del aprovechamiento de los recursos naturales con la conservación de la biodiversidad».

Los consejeros acordaron una posición común a la que esperan se incorporen Galicia y País Vasco una vez se haya concluido la formación de sus gobiernos.

En cuanto a la PAC, Asturias y Cantabria reivindican el establecimiento de unos valores máximos por perceptor en ayudas directas, de forma que la distribución de los fondos sea más equitativa. «Hay que poner unos límites que por productor deben de ser de 60.000 euros», opinó el consejero cántabro. Según Blanco, las ayudas de 150.000 euros reflejadas anteriormente «dejaban mucho menor margen» para que los pequeños productores pudieran conseguirlas.

También hablaron sobre la gestión conjunta del Parque Nacional de los Picos de Europa. En este caso, profundizaron en la necesidad de un desarrollo sostenible que ayude a conservar la biodiversidad y, a la vez, genere rentabilidad económica para el sector primario de la zona. «Tenemos que ser capaces de que siga generando riqueza y que a la vez sea útil a la generación de desarrollo económico dentro del Parque», explicó Calvo.

El consejero asturiano también expresó su interés en avanzar en la creación de la indicación geográfica protegida (IGP) de la anchoa del Cantábrico y apuntó que esta iniciativa «tiene mucho que ver» con el trabajo que se está realizando en el Principado.

Tal y como explicó Blanco, «se trata de proteger jurídicamente este producto frente a imitaciones que usurpan su nombre», señalando que la IGP -una aspiración que lleva años en el horizonte- es «el instrumento más eficaz para defender a la anchoa y su sector».

Blanco también aseguró que defenderá «con uñas y dientes» a los ganaderos frente a los problemas que les causan los lobos mediante la búsqueda de un equilibrio entre ambos. Para ello habló del Plan de Gestión del Lobo, puesto en marcha hace más de un año en Cantabria. El plan contempla la «extracción» de fauna salvaje y la creación de infraestructuras para intentar que el ganadero y el lobo puedan convivir, aunque insistió en que «por encima de todo está el sector ganadero, al menos en Cantabria».